Un llamamiento a rebelarnos contra la ideología apocalíptica que nos rodea El teólogo Javier Vitoria publica Dar razón de la esperanza en tiempos de incertidumbre
El futuro de la promesa nos transforma invocando un nuevo inicio: Javier Vitoria, sacerdote de la diócesis de Bilbao, firma el último cuaderno publicado por el centro de estudios Cristianisme i Justícia, en el que reivindica la necesidad de recuperar la esperanza cristiana
La esperanza cristiana, dice el autor, permite tener ilusiones en las posibilidades de un mundo nuevo, fraterno y reconciliado a través de la denuncia de las catástrofes del presente y la promesa de justicia para las víctimas inocentes
Insiste Javier Vitoria en liberar la esperanza cristiana de la hipoteca de confundirla con el optimismo histórico, dejando abiertos los desafíos que afronta la Iglesia para detener e invertir una dirección que puede convertir en banal la fe y la esperanza cristiana
Insiste Javier Vitoria en liberar la esperanza cristiana de la hipoteca de confundirla con el optimismo histórico, dejando abiertos los desafíos que afronta la Iglesia para detener e invertir una dirección que puede convertir en banal la fe y la esperanza cristiana
(Cristianisme i Justícia).- Entre las incertidumbres y amenazas apocalípticas del presente, ¿hay lugar para la esperanza cristiana? El teólogo Javier Vitoria, sacerdote de la diócesis de Bilbao, firma el último cuaderno publicado por el centro de estudios Cristianisme i Justícia, en el que reivindica la necesidad de recuperar la esperanza cristiana. La publicación de este cuaderno, que lleva por título Dar razón de la esperanza en tiempos de incertidumbre, coincide precisamente con el inicio del Jubileo de la Esperanza, convocado por el Papa Francisco.
En los últimos años, hemos pasado de pensar el futuro como tiempo de la promesa a pensarlo como amenaza inminente. Si con el Concilio Vaticano II la Iglesia había dialogado con la utopía del progreso, ahora la crisis de la esperanza histórica ha debilitado también la esperanza cristiana. En el marco de un tiempo descrito como insostenible, pero con voluntad de distanciarse de las ideologías apocalípticas, Javier Vitoria reivindica la esperanza cristiana para afrontar este presente complejo. Lo hace dejando muy claro lo que no es: no es una esperanza barata ni un reconstituyente para vivir en la postmoderna sociedad del cansancio. En cambio, es una mirada esperanzada, dice Vitoria, que no se fundamenta en ninguna utopía humana sino en el cumplimiento de la promesa de Dios de fraternidad y reconciliación.
El cuaderno expone cómo el futuro de la promesa nos transforma, ya que las promesas hablan del futuro pero invocan un nuevo inicio. La esperanza cristiana, dice el autor, permite tener ilusiones en las posibilidades de un mundo nuevo, fraterno y reconciliado que se abre paso no a través del anuncio catastrofista del futuro, sino de la denuncia de las catástrofes del presente y la promesa de justicia para las víctimas inocentes.
Pero insiste Javier Vitoria en liberar la esperanza cristiana de la hipoteca de confundirla con el optimismo histórico: porque carga en su misma matriz la señal de sus derrotas. Por eso se dirige el autor a los cristianos para advertirles que utopía significa no rendirse a las cosas tal como son y luchar por las cosas tal como debieran ser. Aquí hace nuevamente un llamamiento a rebelarnos contra la ideología apocalíptica que nos rodea, y apela a la esperanza cristiana para alentar en las situaciones de desánimo, oponerse a los escépticos, a los despreocupados y a los resignados, aceptando que es necesario superar la tentación de tirar la toalla y seguir adelante.
Al final del texto el autor se pregunta si los cristianos dan razón de su esperanza o si el cristianismo establecido se ha fundido con la sociedad de tal modo que comparte sus ambigüedades y contradicciones. Deja aquí abiertos los desafíos que afronta la Iglesia para detener e invertir una dirección que, considera este teólogo, puede convertir en banal la fe y la esperanza cristiana.
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