Ana María Schlüter en San Pablo “¿Por qué unos ven y otros miran y no ven?”
"En el terreno religioso, somos testigos de un proceso de secularización creciente" asegura la autora
Pese a las facilonas confusiones semánticas al uso, se suele dar por supuesto que una cosa es “mirar” –es decir, “registrar, revisar o examinar algo que puede percibirse por los ojos”, con atención más o menos clara-, y otra cosa distinta es “ver”, es decir “ “percibir con cualquier sentido o con la inteligencia, averiguar, buscar o analizar”…
Partir de estas diferencias reales será indispensable al plantearse la lectura del reciente libro editado por “San Pablo”, en su colección “Proa” con el título interrogador, y un tanto enigmático para algunos, del “¿Por qué unos ven y otros miran y no ven?”.
Síntesis aproximada del contenido del libro, en sus 220 páginas, la refieren las siguientes palabras:
“El anonimato de cualquier ciudad. Barrios obreros y marginados en muchos casos, con poco arraigo social. Escaso bagaje cultural y una relación casi anecdótica con el hecho religioso. ¿Pueden entrar Dios y la fe en esta ecuación?. La religiosa y maestra zen, Ana María Schlüter ha hablado con trece jóvenes de 16 a 19 años para indagar cuales son sus preocupaciones y anhelos; para saber qué ocupa su alma. Las conversaciones, profundas y certeras, dan paso a una serie de reflexiones sobre cómo ayudar a los adolescentes a encontrar su camino en medio de contextos no siempre fáciles…”
La misma autora destaca y desglosa en la página diez, tal contenido, de esta manera:
“En el terreno religioso, que es el que aquí nos interesa, somos testigos de un proceso de secularización creciente. Antes, cuando no se disponía de los medicamentos que ahora se tienen, era fácil recurrir a Dios para pedirle el restablecimiento de un enfermo; hoy día, sin embargo, parece difícil rezar por una intención semejante, a no ser que se trate de un caso de extrema gravedad. Lo mismo le ocurre al agricultor que ahora dispone de abonos y otros medios para labrar la tierra y asegurarse, en menor o mayor medida, una buena cosecha. Y así en muchos ámbitos donde la oración se reserva para ocasiones sin salida. Es evidente que de esta manera, cada vez queda menos sitio para Dios, al que se acaba considerando del mismo orden que las causas intramundanas de las que el “hombre tecnológico” está convirtiéndose en dueño…”
Aseguro que la lectura del libro de Ana María les abrirá a muchos –educadores y educandos- los ojos del alma y del cuerpo, para lograr “mirar” y “ver”, “juzgando” y “actuando” después, con todas sus consecuencias, en el marco religioso integral en el que se desarrolla su vida. Ana María es “oftalmóloga” espiritual por vocación y estudios y adelantada en sabidurías que atañen personal y colectivamente a la fe y a la convivencia entre los humanos…