Cada año, las iglesias históricas hacen del primer día del año el “Día mundial de la Paz". Durante 54 años, cada 1ro de enero, el Papa ha enviado un mensaje a la humanidad. Cada año propone un aspecto o elemento que debemos trabajar más para avanzar en la conquista de la paz. Para este 1ro de enero de 2021 el Papa propuso como tema a profundizar: "La cultura del cuidado como camino de paz".

Este tema nunca ha sido más oportuno y urgente. El renacimiento del Covid 19 en todas las regiones del Brasil y la noticia de la mutación del virus con nuevas vestimentas y nuevas fuerzas en varios países traen inmensos desafíos para el año 2021. Es extraño pensar que hemos llegado a un punto en el que no abrazar y no dar la mano a alguien puede ser la mayor señal de afecto y cuidado que tenemos con esa persona. Todavía es extraño ver imágenes o películas de gente caminando por las calles con máscaras y sabiendo que siempre tenemos que sentarnos a una cierta distancia física. Sin embargo, lo que hace que estos cuidados avancen si casi la mitad de la población brasileña no tiene acceso a un saneamiento básico adecuado. ¿Cómo podemos tener justicia en Brasil si cinco o seis brasileños tienen un ingreso equivalente a la mitad de toda la población pobre? ¿Cómo obedecer la prescripción de lavarse las manos si no hay muchos que tengan agua en casa? ¿Cómo quedarse en casa si no hay nada que comer o cómo vivir con dignidad? ¿Cómo podemos pensar en un nuevo año de paz en una sociedad en la que, cada día, vemos nuevos signos de racismo estructural, signos de machismo y violencia?

En su mensaje para este nuevo año, el Papa Francisco afirma que en todo el mundo: "Es doloroso ver que, junto con numerosos testimonios de caridad y solidaridad, varias formas de nacionalismo, racismo, xenofobia y también guerras y conflictos que siembran la muerte y la destrucción están lamentablemente cobrando un nuevo impulso”.

A partir de esta observación, el Papa dice claramente: "Por esta razón, he elegido como tema de este mensaje la cultura del cuidado como camino de paz; la cultura del cuidado, con el fin de erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y el conflicto, que hoy en día parece prevalecer a menudo".

En su mensaje, el Papa muestra que todas las tradiciones religiosas enseñan el cuidado de los demás como una expresión de fe y espiritualidad. Como escribe principalmente a los cristianos, desarrolla una interpretación que muestra cómo toda la Biblia y la vida de Jesús en los evangelios revela la pedagogía del cuidado. Sin embargo, este llamado a basar nuestro estilo de vida en el cuidado de los demás y de la naturaleza es algo que va más allá de la cuestión religiosa. Se trata de la supervivencia de la especie humana en el planeta Tierra y de la posibilidad de tener una coexistencia pacífica que es esencial para todos. Por eso el Papa propone una "gramática" de cuidado.

Así como hemos aprendido a hablar bien nuestro idioma, debemos aprender la gramática del cuidado. Esto significa que debemos profundizar en los fundamentos sociales de la coexistencia humana. Covid 19 confirmó que dependemos unos de otros mucho más de lo que pensábamos. Cualquier tipo de virus, ya sea el Covid 19, o el virus del egoísmo, el desamor y la indiferencia hacia los demás que ataca a una persona humana, perjudica a toda la humanidad.

La gramática del cuidado nos ayudará a hablar bien el lenguaje del cuidado como una promoción de la dignidad y los derechos de cada persona y de toda la humanidad. Esto significa respeto por los bienes comunes de la tierra y de la vida. Sobre esta dimensión ecológica del cuidado, el Papa explica: "La encíclica Laudato si' reconoce plenamente la interconexión de toda la realidad creada, enfatizando la necesidad de escuchar al mismo tiempo el grito del necesitado y el de la creación. De esta escucha atenta y constante puede nacer un cuidado eficaz de la tierra, de nuestra casa común y de los pobres".

Todos sabemos que, muy posiblemente, en este año 2021, Brasil verá empeorar seriamente la vida y las condiciones de los pobres.  Más que nunca, será necesaria una solidaridad efectiva y permanente. El Papa Francisco comentó al respecto: "La solidaridad expresa el amor al otro de manera concreta, no como un sentimiento vago, sino como "la firme y perseverante determinación de comprometerse con el bien común, es decir, con el bien de todos y cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos. La solidaridad nos ayuda a ver al otro, no como una estadística, sino como nuestro prójimo, un compañero de viaje, llamado a participar, como nosotros, en el banquete de la vida, al que todos estamos igualmente invitados por Dios".