“Hay que mostrar la vitalidad del factor religioso en el seno de nuestras sociedades” Monseñor Derio Olivero: "El cristianismo está fuera de la cultura, de los hábitos, de las elecciones del mundo actual"
“Como cristianos, estamos fuera de los hábitos, de las elecciones, de la forma de estar en el mundo y en la humanidad. Admitir esto es duro”, aseguró el presidente de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo de la Conferencia Episcopal durante su intervención en las tres jornadas de trabajo y planificación promovidas por la Oficina Nacional de Ecumenismo de la CEI
Nuestras Iglesias son a veces culpables de autorreferencialidad, y a veces quizás también nosotros corremos el riesgo de ser nichos. Por eso la cuestión ecuménica e interreligiosa se vuelve esencial: todos estamos llamados a afrontar este reto y a afrontarlo juntos, poniendo nuestras mejores energías”
"Estamos en un momento extremadamente difícil para el cristianismo en Occidente”. Derio Olivero, obispo de Pinerolo y nuevo presidente de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo de la Conferencia Episcopal Italiana, se muestra así de tajante a la hora de admitir que la influencia cristiana ha quedado al margen de la cultura, entendida como una forma de pensar, elegir y estar en el mundo.
"Estamos fuera de la cultura. No de la cultura académica, sino de la cultura como forma de pensar. Estamos fuera de los hábitos, de las elecciones, de la forma de ser en el mundo de la humanidad. Admitir esto es hacer una declaración dura".
En una entrevista concedida recientemente al portal Sir, el prelado advirtió de la necesidad de mostrar, ante un contexto adverso, “la vitalidad del factor religioso en el seno de nuestras sociedades”. De no ser así, aseguró, el mundo estará destinado a convertirse cada vez más en “la sociedad de las tribus”, donde “el otro, el diferente, es visto como un enemigo”.
“Como cristianos, estamos fuera de los hábitos, de las elecciones, de la forma de estar en el mundo y en la humanidad. Admitir esto es duro”, aseveró el presidente de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo de la Conferencia Episcopal durante su intervención en las tres jornadas de trabajo y planificación promovidas por la Oficina Nacional de Ecumenismo de la CEI.
Preguntado por cómo deben las Iglesias cristianas y las confesiones religiosas en Italia y Europa afrontar el reto que supone su pérdida de peso en la sociedad, el prelado no ahorra en autocrítica: “Nuestras Iglesias son a veces culpables de autorreferencialidad, y a veces quizás también nosotros corremos el riesgo de ser nichos. Ciertamente, la cuestión ecuménica e interreligiosa se vuelve esencial. Porque todos estamos llamados a afrontar este reto y a afrontarlo juntos, poniendo nuestras mejores energías”.
Los males de la pandemia
“La contribución de las Iglesias y de las religiones en la sociedad actual es sobre todo una contribución de solidaridad común y de germinación de la esperanza y de la confianza”, respondió el prelado cuestionado acerca de cómo se puede combinar este compromiso en una época de pandemia y reinicio como la actual. “Uno de los males de la pandemia —agrega— fue la pérdida de confianza: pérdida de confianza mutua, de confianza en las instituciones, de confianza en el futuro. Es propio de las religiones, y del cristianismo en particular, activar procesos de solidaridad hacia los más afectados por la pandemia e inyectar esperanza y confianza en la sociedad.
En una civilización en la que la gente se increpa mútuamente, el prelado está convencido que “las religiones tienen en su ADN el respeto a los demás en nombre del hecho, como escribe el Papa en Fratelli tutti, de que todos somos hijos del mismo Padre y hermanos entre nosotros”. “Recordar siempre esta hermandad humana que nos une es la gran aportación que los cristianos y las religiones pueden hacer a las sociedades. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de generar una generación que vea al otro, al diferente, como un enemigo”, zanja Olivero .
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