A pesar de las promesas del Gobierno para iniciar el diálogo Obispos de Etiopía denuncian: "La situación humanitaria en Tigray sigue siendo desesperada"
"La guerra siempre causa devastación, pérdida de vidas, destrucción de bienes, desintegración de comunidades, desplazamientos y otras crisis humanas conexas", afirman los obispos católicos de Etiopía al término de su 52ª Asamblea Plenaria
El conflicto que estalló en noviembre de 2020 entre las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), el ejército etíope y el ejército de Eritrea, ha tenido consecuencias devastadoras para la población civil
"La guerra", dicen los obispos, ha socavado gravemente "la armonía social que existía entre las personas" haciendo que los ciudadanos vivan con miedo e incertidumbre
Tigray sigue aislado del resto del mundo y la ayuda humanitaria tiene dificultades para llegar. La situación en sus hospitales es desesperada debido a la falta de medicamentos y otros suministros médicos
"La guerra", dicen los obispos, ha socavado gravemente "la armonía social que existía entre las personas" haciendo que los ciudadanos vivan con miedo e incertidumbre
Tigray sigue aislado del resto del mundo y la ayuda humanitaria tiene dificultades para llegar. La situación en sus hospitales es desesperada debido a la falta de medicamentos y otros suministros médicos
(Agencia Fides).- “La guerra siempre causa devastación, pérdida de vidas, destrucción de bienes, desintegración de comunidades, desplazamientos y otras crisis humanas conexas”, afirman los obispos católicos de Etiopía en una declaración emitida al término de su 52ª Asamblea Plenaria, celebrada en el centro pastoral de los misioneros de la Consolata en Modjo.
La guerra que estalló en noviembre de 2020 entre las fuerzas del Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF), por un lado, y el ejército etíope apoyado por algunas formaciones regionales etíopes y el ejército de Eritrea, por otro, ha tenido consecuencias devastadoras para la población civil. Como denuncia la Conferencia Episcopal de Etiopía, “muchas personas han perdido la vida, otras se han visto obligadas a desplazarse, otras han perdido sus bienes, muchas han sido encarceladas y muchas niñas y mujeres han sido violadas”. La guerra, dicen los obispos, ha socavado gravemente “la armonía social que existía entre las personas” haciendo que los ciudadanos vivan con miedo e incertidumbre.
With millions facing famine in Tigray, "the blackout of electricity, telecom, and internet throughout [the] Tigray region will only exacerbate the already dire humanitarian situation.” Telecomm services must be restored. #ReconnectTigray@SenatorMenendezhttps://t.co/491ii51gZA
— Emmanuel @2015 (@aman_tigray) January 10, 2022
Los obispos han reafirmado el compromiso de la Iglesia católica de responder a la crisis humanitaria en el país y planean recaudar unos 2 millones de dólares estadounidenses para ayudar a las poblaciones afectadas.
Mientras tanto, después de que las fuerzas gubernamentales hayan repelido una ofensiva de los tigrinya que se han retirado a su territorio, el gobierno de Addis Abeba ha liberado a algunos opositores y prometido iniciar un diálogo nacional. “La clave de una paz duradera es el diálogo”, dice una declaración del gobierno, que subraya que “una de las obligaciones morales de un vencedor es la misericordia”.
Sin embargo, Tigray sigue aislado del resto del mundo y la ayuda humanitaria tiene dificultades para llegar. La situación en los hospitales de Tigray es desesperada debido a la falta de medicamentos y otros suministros médicos.
#Tigray facts https://t.co/KMy2aFO6Jg
— zeray (@zeray13230057) January 10, 2022