"Al igual que Egipto, en Jordania no queremos que los palestinos se desplacen, queremos que tengan su propio Estado" Padre Rifat Bader: Ammán se solidariza con Gaza, pero ya no puede recibir a los refugiados palestinos

Padre Rifat Bader, sacerdote del Patriarcado Latino de Jesrusalén
Padre Rifat Bader, sacerdote del Patriarcado Latino de Jesrusalén

El sacerdote del Patriarcado Latino de Jerusalén, fundador del sitio de información católica abouna.org, reiteró la posición de la monarquía jordana: "Los palestinos tienen derecho a su propio Estado"

"El desplazamiento de los palestinos es una línea roja para Jordania", declaró ayer el viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores, Ayman Safadi, según el cual el traslado forzoso de la población corresponde a una violación del derecho internacional humanitario"

Tras la explosión del hospital al-Ahli en Gaza, los manifestantes salieron a las calles. El sacerdote jordano considera que la resolución del conflicto sólo se puede conseguir por medio de negociaciones

“Desde la firma de los acuerdos de Oslo no ha habido más negociaciones … Ya no se plantea nada en la mesa de negociaciones. Entonces me pregunto: ¿quién quitó las mesas de diálogo?”

(AsiaNews).- Desde hace dos días la capital de Jordania también se encuentra sacudida por protestas de apoyoa la población palestina tras la explosión del hospital al-Ahli al-Arabi administrado por la Iglesia Anglicana, en la que murieron cientos de personas que se habían refugiado en el edificio para protegerse de los ataques israelíes.

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Aunque los análisis preliminares de datos e imágenes de libre acceso parecen confirmar la versión israelí según la cual fue un mal funcionamiento de un cohete de la Jihad Islámica lo que provocó la destrucción del hospital, las acusaciones de Hamás contra el Estado judío han dado la vuelta al mundo, con el riesgo de ampliar el conflicto al Líbano e Irán y revolucionar las calles, donde los ciudadanos de los países árabes también se han levantado contra sus propios gobiernos por la falta de apoyo a Palestina.

En Ammán hubo disturbios, pero fueron "bien contenidos por las fuerzas del orden" y "no estaban dirigidos contra la monarquía jordana", afirmó el p. Rifat Bader, sacerdote del Patriarcado Latino de Jerusalén, párroco de Tla' Al Ali y fundador de abouna.org, un sitio de información católica en inglés y árabe. “Las manifestaciones se convocan para apoyar a los palestinos, no contra el Estado jordano, y la policía se hizo presente para garantizar el derecho a manifestarse", declaró el sacerdote a AsiaNews. Sin embargo, hoy cerraron las calles que conducen a las embajadas de Israel y Estados Unidos, para evitar que la situación degenere.

“En Jordania hay muchos ciudadanos de origen palestino y no existe ningún tipo de discriminación contra ellos. Nosotros, como sacerdotes, también sentimos un amor especial por cada lugar y cada piedra de Tierra Santa, porque la mayoría de los religiosos del Patriarcado Latino de Jerusalén estudiaron en Beit Jala", una parroquia que se encuentra al norte de Belén, donde la población es mayoritariamente cristiana -cuenta el sacerdote -. "Pero también sentimos una gran preocupación por la causa palestina, porque hemos visto muchos años de sufrimiento, y las principales cuestiones siguen sin resolverse", precisó. “Hay unos pocos puntos fundamentales: la ocupación de Jerusalén, los asentamientos en Cisjordania, el reparto del agua, el regreso de los refugiados, la presencia del muro en los territorios ocupados y el establecimiento de las fronteras. Tocar sólo uno de estos puntos acarrea grandes complicaciones políticas". Sin embargo, una posible resolución del conflicto no podría ignorar ninguno de ellos.

"Sentimos una gran preocupación por la causa palestina porque hemos visto muchos años de sufrimiento y las principales cuestiones siguen sin resolverse: ocupación, asentamientos, agua, refugiados, el muro, las fronteras"

Precisamente por las relaciones de afecto que unen a los jordanos con Palestina, "las víctimas de la explosión del hospital para nosotros son 'mártires'", continúa el p. Rifat. “En Gaza hay pocos cristianos, pero están bien integrados en la sociedad. Están al servicio de la gente con diversas iglesias y hospitales. Pero las condiciones en las que han vivido hasta ahora son inhumanas". En las últimas semanas los bombardeos contra Gaza han matado a más de 3.000 palestinos, que necesitan urgentemente ayuda humanitaria y sobre todo alimentos y agua.

Cuando se supo la noticia del ataque al hospital, el presidente Biden, que se encontraba en Israel, canceló la reunión con el rey Abdullah II, quien por su parte viajó hoy a El Cairo para discutir con el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi "las formas de detener la agresión israelí en Gaza”, según un comunicado de la Corte Real.

A pesar de sus fuertes vínculos con Tierra Santa, el reino hachemita no está dispuesto a recibir refugiados palestinos como hizo en el pasado: "En Jordania hay refugiados de 35 nacionalidades diferentes. En los últimos años hemos aceptado refugiados de Siria e Irak porque gracias a Dios nuestra monarquía es estable, pero al igual que Egipto no queremos que los palestinos se desplacen, queremos que tengan su propio Estado, estable e independiente, en el futuro”, explicó abouna Rifat, confirmando las palabras del gobierno. "El desplazamiento de los palestinos es una línea roja para Jordania", declaró ayer el viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores, Ayman Safadi, según el cual el traslado forzoso de la población corresponde a una violación del derecho internacional humanitario.

"El desplazamiento de los palestinos es una línea roja para Jordania", declaró ayer el viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores, Ayman Safadi, según el cual el traslado forzoso de la población corresponde a una violación del derecho internacional humanitario"

“Jordania siempre ha estado comprometida diplomáticamente con la paz”, añadió el p. Rifat. Pero hoy reina un clima diferente que en el pasado: "Recuerdo la violencia de la primera Intifada en 1987, a la que siguió la conferencia de Madrid en 1991 y después los acuerdos de Oslo en 1993. En aquel momento había un gran optimismo, la esperanza de que las cosas mejorarían.

Hoy, por el contrario - subraya el sacerdote - no hay confianza en el futuro, ni siquiera se abordan los problemas humanos esenciales. Rezamos para que las cosas cambien y lleguen tiemposmejores, aunque sea difícil, porque el alto nivel de violencia que estamos presenciando nubla los sentimientos de esperanza". Pero en las últimas tres décadas ha faltado otro elemento: la diplomacia.

¿Quién quitó las mesas de diálogo?”

Desde la firma de los acuerdos de Oslo no ha habido más negociaciones. Debería haber un ministerio de la Autoridad Nacional Palestina dedicado únicamente a eso, pero hoy no lo ocupa nadie. Ya no se plantea nada en la mesa de negociaciones. Entonces me pregunto: ¿quién quitó las mesas de diálogo?”.

Israel y Palestina
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