Benedicto XVI vuelve a romper su silencio para desmentir cualquier implicación en el caso del 'padre H.' ¿Encubrió Ratzinger a un cura abusador durante su etapa como arzobispo de Münich?
El Papa emérito desmiente el informe de la cadena ZDF, que apunta a que pudo reunirse con el clérigo en el año 2000, siendo ya prefecto de Doctrina de la Fe
De hecho, apenas coincidieron algunos meses en Münich, pues Hullerman fue enviado a la diócesis en 1980 para someterse a unas terapias tras ser sorprendido abusando de niños en Bottrop
| Jesús Bastante Agencias
¿Encubrió Joseph Ratzinger los abusos de un sacerdote alemán durante su breve etapa como arzobispo de Münich (1977 a 1981)? Las especulaciones de un posible 'trato de favor' del Papa emérito al 'padre H.' (Peter Hullerman), condenado por varios casos de abusos, volvieron a salir a la luz tras la emisión de un programa en la emisora pública alemana ZDF, que afirmó que Benedicto XVI se podría haber reunido con el religioso en el año 2000, siendo ya prefecto de Doctrina de la Fe.
Ratzinger rompió de nuevo su silencio para negar, en declaraciones al Die Tagespost, dicha reunión, indicando que, en realidad, a quien visitó fue al obispo auxiliar de Münich, monseñor Heinrich von Soden-Fraunhofen, y que jamás tuvo ningún encuentro ni conversación con el cura defenestrado. De hecho, apenas coincidieron algunos meses en Münich, pues Hullerman fue enviado a la diócesis en 1980 para someterse a unas terapias tras ser sorprendido abusando de niños en Bottrop.
Acusaciones con poco fundamento
La acusación contra Benedicto XVI, en realidad, es bastante floja, pues sólo se basa en una supuesta cercanía entre el entonces arzobispo de Münich y el 'padre H.', pero sin ninguna prueba. El caso ha sido presentado en Alemania, durante años, como un ejemplo de lo que no hay que hacer a la hora de afrontar los casos de abusos clericales.
Peter Hullermann es un sacerdote que, tras haber cometido abusos sexuales en varias diócesis alemanas, fue transferido a la diócesis de Essen y posteriormente a Münich, donde siguió trabajando pese a ser suspendido por abusar de menores en 1986. No fue hasta 2010 cuando Hullerman fue expulsado del sacerdocio.
Por su parte, el Arzobispado de Münich admitió graves errores en el trato con el 'padre H.', aunque constató, buceando en sus archivos, que Joseph Ratzinger no tenía consignada ninguna tarea en este caso. Sea como fuere, parece que no hay manera de que el Papa emérito pueda 'retirarse del mundo'.