“No podemos dejar a Ucrania sola": El nuncio Kubolkas apuesta por una mesa de paz El Vaticano trabaja en la repatriación de 4.000 niños ucranianos retenidos en Rusia
“No podemos dejar a Ucrania sola -pidió el diplomático pontifico-, porque una guerra tan feroz destruye los mecanismos de diálogo y los contactos. Ciertamente necesitamos un grupo de países que acompañen y ayuden a Kiev y Moscú. No sólo Ucrania como país fue atacado, sino también Rusia, porque humanamente hablando es necesario que todos nos sentemos alrededor de una mesa en nombre de la humanidad”
"Esperamos que puedan regresar a Ucrania. Es un trabajo muy complejo que involucra varias oficinas: las nunciaturas apostólicas de Kiev y Moscú y la Secretaría de Estado del Vaticano. Actualmente estamos trabajando con alrededor de cien niños. Y ya tenemos la idea de ayudar a otros 4 mil niños”
“Una guerra como esta no se resuelve fácilmente, pero la Santa Sede, que tiene un papel particular como Iglesia, tiene la posibilidad de proponer mecanismos. Los intentos continúan. Cuando comprendes que un formato no funciona, empiezas a buscar otro y haces algunas comprobaciones. Es un trabajo continuo". Así lo considera el nuncio en Ucrania, Visvaldas Kulbokas, quien, en declaraciones a TV2000 recogidas por la agencia Sir, asegura que “necesitamos una mesa humanitaria para lograr la paz”.
“No podemos dejar a Ucrania sola -pidió el diplomático pontifico-, porque una guerra tan feroz destruye los mecanismos de diálogo y los contactos. Ciertamente necesitamos un grupo de países que acompañen y ayuden a Kiev y Moscú. No sólo Ucrania como país fue atacado, sino también Rusia, porque humanamente hablando es necesario que todos nos sentemos alrededor de una mesa en nombre de la humanidad”.
“La Iglesia no tiene propuestas concretas a nivel político. Nos centramos en los aspectos humanos, pero si encontramos una mesa de trabajo conjunta sobre los aspectos humanitarios, esto también podría fomentar otros aspectos del diálogo”, apostilló Kulbokas.
"Una chispa de paz"
Preguntado sobre si de esa manera podría surgir “una chispa de paz”, el nuncio en Ucrania señaló que “es una esperanza bien fundada”, subrayando además que la Santa Sede “no puede abandonar los intentos de encontrar la paz. Todavía estamos en la esfera provisional, pero concreta. Como la misión que el Papa Francisco encomendó al cardenal Zuppi”.
En este sentido, el nuncio recalcó que aquella misión encomendada al presidente del Episcopado italiano, en colaboración directa con la Secretaría de Estado, “no se limitó a unas pocas visitas de tarjeta. Zuppi ha creado canales y mecanismos en los que el trabajo continúa”, indicó.
“El más importante, por ejemplo –prosiguió Kulbokas – es un trabajo que concierne a los niños [ucranianos retenidos por Rusia]. Esperamos que puedan regresar a Ucrania. Es un trabajo muy complejo que involucra varias oficinas: las nunciaturas apostólicas de Kiev y Moscú y la Secretaría de Estado del Vaticano. Actualmente estamos trabajando con alrededor de cien niños. Y ya tenemos la idea de ayudar a otros 4 mil niños”.
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