Las diócesis del norte suspenden misas, piden comulgar en la mano y vacían depósitos de agua bendita La Iglesia italiana, en alerta roja por el coronavirus
En el municipio de Vo, donde se registró la primera víctima, tampoco se pueden hacer celebraciones públicas, según una nota del obispo de Padua, Claudio Cipolla
En algunos Obispados se han vaciado las pilas de agua bendita, anulado el saludo de paz y suspendido actividades públicas y sacramentos como la confirmación
El coronavirus ha llegado a la Iglesia italiana, y se han desatado las alarmas. El mismísimo Duomo de Milán cerró sus puertas tras la noticia de los cientos de infectados -ya van tres muertos- en el norte del país, y numerosas diócesis -especialmente en el norte- han optado por medidas drásticas para evitar que los templos sean focos de contagio.
Tal y como informa Avvenire, las medidas de precaución no quieren alimentar la psicosis, pero lo cierto es que el miedo ha entrado por las puertas de los templos. La primera y más lógica medida ha sido la de instar a fieles y sacerdotes a dar la comunión en la mano, para evitar que la saliva se convierta en un instrumento de propagación del virus. Así lo apuntó el vicario general de Milán, Franco Agnesi, en una carta a los fieles.
Del mismo modo, el obispo de Piacenza, Gianni Ambrosio, ordenó “la suspensión del catecismo, de las actividades de grupo y de otras ocasiones agregativas (actividades oratorias, fiestas...)", pidiendo que “la comunión se distribuya sólo en la mano y se evite el intercambio de la paz".
Evitar contactos innecesarios
En Vicenza, monseñor Beniamino Pizziol, decidió suspender la confirmación prevista para ayer en la catedral, mientras que el Patriarcado de Venecia (ciudad que ha suspendido sus famosos Carnavales), a la espera de "cualquier indicación de la Prefectura" sugiere que uno debe lavarse las manos cuidadosamente, evitando contactos innecesarios, como el intercambio de la paz.
Las más drásticas parecen haber sido las diócesis de Vercelli, que ha decidido vaciar los depósitos de agua bendita, mientras que en Cremona se ha ordenado la suspensión de las celebraciones públicas de la Eucaristía en la capital.
En el municipio de Vo, donde se registró la primera víctima, tampoco se pueden hacer celebraciones públicas, según una nota del obispo de Padua, Claudio Cipolla, lo que no significa, y se aplica a toda Italia, renunciar a la celebración eucarística sino hacerlo de las maneras posibles. En particular a través de la televisión, la radio o en Internet.