"NO PUEDO RESPIRAR". El último aliento profético de George Floyd, por Reinaldo de Miranda.

¡Hola, queridos!

La Secretaría Ecuménica Marcelo Barros es un grupo de personas que buscan vivir y promover una Espiritualidad Liberadora. El equipo asesora al monge Marcelo Barros, teólogo y biblista, a través de los canales de comunicación (youtube), reuniones, retiros, venta de libros, etc. La Secretaría está compuesta por personas de diversos lugares del Brasil y el Uruguay, con diversas profesiones y actividades. En este tiempo de cuarentena mundial, nos reunimos semanalmente para encontrarnos, compartir la vida y celebrar. Las reuniones tienen lugar semanalmente los sábados para celebrar el Ágape Ecuménico. El sábado 30 de junio, vísperas de Pentecostés, el joven Reinaldo nos regaló la reflexión que queremos compartir ahora.

REINALDO DE MIRANDA NEVES, es líder comunitario en los suburbios de la ciudad de Río de Janeiro. Graduado en derecho con trabajo en Justicia Restaurativa y actualmente consejero tutelar de 2020 a 2023 en Río de Janeiro, BR.

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REMEMORACIÓN DE LA VIDA

Reflexión de Reinaldo - Sábado 30 de junio de 2020, vísperas de Pentecostés

 La semana en que rezamos por la unidad de las iglesias cristianas con el lema "Bondad genera bondad" fuimos interrumpidos por un grito, un sufrimiento. En toda América escuchamos una sofocación del dolor. Este grito se unió al grito de los pueblos originarios, de los bosques, de los animales, se convirtió en el grito de toda la naturaleza. 

Este último aliento hecho en profecía, hace eco noche y día dentro de mí y es ensordecedor: "NO PUEDO RESPIRAR". El joven George Floyd dio su último aliento como una verdadera palabra de toda la naturaleza. Un grito de la tierra, un grito del cielo, un grito del pueblo, el grito de todos aquellos que no pueden respirar en este sistema que mata a los pobres, explota a los que trabajan y contamina todo el tiempo para mantenerse en pie.

El aliento del Espíritu que da vida es sofocado por la policía del estado que mata a los desechables. El templo del Espíritu Santo ha sido violado. El que calla es cómplice de este sistema de pecado que asfixia la vida, que contamina el aire, que deforesta, que despelleja a la persona humana, que mata a los pobres de los barrios bajos, que hace de la carne negra la carne más barata del mercado.

Cuando el pecado del racismo es alimentado por el propio capitalismo para seguir beneficiándose de la explotación de las masas trabajadoras. Este sistema debe ser denunciado, ya que su estructura es una fuente de pecado y no hay manera de hacer justicia social o racial dentro del capitalismo porque son objetivos completamente opuestos. La vida que la iglesia ha jurado proteger está en peligro, la paz entre los hermanos y hermanas se hace imposible, algunos con tanto y otros con tan poco o nada. La sangre del joven negro que fluye de las mismas heridas de Jesús crucificado nos desafía de qué lado estamos: ¿Cristo o los que lo mataron?

Las vidas de los negros importan, por eso no tienen otra opción, necesitan hacer uso del derecho natural y fundamental, de la autodefensa, porque están siendo asesinados por el virus del racismo estructural, del capitalismo voraz.

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“RECORDAÇÃO DA VIDA”

Partilha de Reinaldo -  Sábado 30 de junho de 2020, vésperas de Pentecostes

 Na semana em que rezamos pela unidade das igrejas cristãs com o lema "Gentileza gera Gentileza" fomos interrompidos por um grito, um sofrer. Na América inteira se ouviu um sufocar de dor, esse clamor se juntou com o grito dos povos originários, das matas, dos bichos, se tornou o grito de toda natureza.

Esse último suspiro feito em profecia, ecoa noite e dia dentro de mim é ensurdecedor, “EU NÃO CONSIGO RESPIRAR”, o jovem George Floyd deu seu último suspiro como verdadeira palavra de toda natureza. Um clamor da terra, um clamor do céu, um clamor da gente, o grito de todos que não estão conseguindo respirar nesse sistema que mata pobre, explora quem trabalha e polui o tempo todo para continuar de pé.

O sopro do Espírito que dá a vida é sufocado pela policia do estado que mata os descartáveis. O templo do Espírito Santo foi violado, aquele que permanece calado é cumplice desse sistema emporcalhado de pecado, que sufoca a vida, que polui o ar, que desmata, que esfola a pessoa humana, que mata pobre na favela, que faz a carne negra ser a carne mais barata do mercado.

Quando o pecado do racismo é alimentado pelo próprio capitalismo para continuar lucrando com a exploração das massas trabalhadoras, esse sistema deve ser denunciado, pois sua estrutura é fonte de pecado, não há como fazer justiça social ou racial dentro do capitalismo porque são objetivo completamente opostos. A vida que a igreja jura proteger está em perigo, a paz entre irmãos torna-se impossível, uns com tanto e outros com tão pouco ou nada. O sangue do jovem menino negro escorrendo nas mesmas chagas de Jesus crucificado, nos interpela de que lado nós estamos: Do Cristo ou daqueles que o mataram?

Vidas negras importam, por isso não tem outra escolha, precisam fazer o uso do direito natural e fundamental, da legítima defesa, porque estão sendo assassinados pelo vírus do racismo estrutural, do capitalismo voraz.

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