La poesía de Fernández Nieto se ha ido publicando en numerosas ediciones pequeñas, imposibles de adquirir hoy. Por eso, en 1997, en vista de la dispersión de su obra, se editó en ediciones Cálamo un magnífico volumen de 192 páginas, cuya portada podemos apreciar a la derecha, realizado en presentación y selección por Marcelino García Velasco. Afortunadamente, esta misma semana la editorial ha relanzado el poemario(pulsar), que puede adquirirse por 9 euros. Me informan los editores que la distribución corre a cargo de Firex. Teléfono de Cálamo: 979 701 250. Mañana mismo, 20 de abril, recogerá su premio el nonagenario escritor palentino. Recordemos que se le ha otorgado el Premio Castilla y León de las Letras por unanimidad, por la dimensión de su obra poética, que concilia el intimismo de los temas con la amplitud de su mirada creadora.
UN NIÑO VA A NACER
Entre los Cuadernos de Poesía que ha publicado José María, me gustaría destacar el número 100 de la colección "Rocamador", titulado "Poemas del amor de cada día", donde se nos entregan 17 poemas muy personales, algunos inéditos. La edición es de 1982. Me parece interesante trancribir el porqué ha seleccionado el poeta estos versos "del amor de cada día":
"Creo, después de tantas experiencias poéticas, que lo único que vale la pena cantar es el amor, que es por esencia materia de creación. Porque sólo el amor es capaz de construir, de crear, de sembrar un optimismo vital del que tan necesitados estamos todos en nuestra época."
De esta biografía del corazónse seleccionan dos títulos"Rosas urgentes para un amor futuro" y "Un ramo de esperanzas para una madre próxima", dedicados ambos al emocionante tema de la transmisión de la vida.
Y TODAVÍA NI PAÑALES NI SÁBANAS TENEMOS...
Leeremos a continuación unos extraños versos en los que, refiriéndose al próximo nacimiento de un niño, se nos habla de fusiles, odio, llanto, batalla, arenga... Los poemas de este Cuaderno lírico no tienen fecha ni referencias temporales. Así que sólo podemos ensayar nuestra particular lectura. José Maria Fernández Nieto y María del Sagrario Perandones Pariente recibieron la bendición matrimonial un 12 de septiembre de 1949, diez años después de la contienda civil española (medio millón de muertos), cuatro años después de la terrible conflagración europea (55 millones de muertos).
A lo mejor escribió José María el poema para el anunciado hijo de un amigo en guerra, o con motivo del nacimiento de su primer vástago en posguerra... Lo valioso de tan tiernos y bien rimados endecasílabos es el contraste entre la atmósfera bélica que sugieren y el milagro de la nueva presencia que va a llegar de Dios a los calientes brazos de una ilusionada pareja. A lo mejor ambienta el tema la lectura de los humanísimos versos que Miguel Hernández escribió en la "Canción del esposo soldado" para Josefina en su embarazo (pulsar):
ROSAS URGENTES PARA
UN AMOR FUTURO
Un niño va a nacer. Y es una pena
que estén oliendo a llanto sus pañales,
que no haya ni un clavel ni una azucena
para aromar sus besos iniciales.
Un niño va a nacer, un universo
de amor brotando, apenas, de un gemido,
una canción inacabable, un verso
que vencerá a la muerte y al olvido.
Un niño va a nacer y nadie sabe
qué hacer para que el mundo se sonría,
porque entre tantas lágrimas no cabe
que pueda florecer tanta alegría.
Un niño va a nacer... Necesitamos
rosas urgentes, besos infantiles,
palmas alegres y olorosos ramos
para enterrar un mundo de fusiles.
Hagamos una tregua en la batalla.
Convirtamos en cántico la arenga.
Que un niño va a nacer... ¡no sea que vaya
a mancharse de sangre cuando venga...!
Que un niño va a nacer y todavía
ni pañales ni sábanas tenemos,
que está nevando el odio y si se enfría
¿con qué ropa de amor le envolveremos?
Pongamos rosas y claveles rojos
en el quicio de todas las ventanas,
inundemos de pájaros los ojos
y volteemos todas las campanas.
Cantemos la esperanza que aprendimos
de memoria cuando éramos pequeños
y vendimiemos todos los racimos
que aún quedan en la viña de los sueños.
Que un niño va a nacer y ¡qué sería
de nosotros, amor, si descubriera
que para recibir tanta alegría
nos queda ya tan poca primavera!
ENTENDERÁS QUE EN UNA GOTA MÍNIMA PUEDE CABER EL MAR...
Pocos comentarios se me ocurren en un texto tan expresivo teológicamente. Engendrando en el amor, prolongarás la Creación: "aumentarás la Creación..."; "un nuevo ser sobre la nada..."; "el júbilo de ser más que tú misma...". Creación más allá de la muerte: "tu alma / la eternidad escriba..."; "comprenderás la eternidad que estaba / en tu entraña dormida..." Toda la Creación se alegrará contigo: "y todo el orbe / gire a tu alrededor como una noria / de rosas...". Y, sobre todo, Dios se llenará, contigo, de gozo: ¡Y la alegría / de Dios que está esperando ese momento / para añadir tu gozo a su sonrisa...!
UN RAMO DE ESPERANZAS
PARA UNA MADRE PRÓXIMA
Poema para una hija que va a ser madre
Cuando llegue el milagro
en que tu carne cante y te sonría
un nuevo corazón,
en que tu alma
la eternidad escriba,
entonces,
como si te doliera la alegría
de ser, como si dieras
a luz el mar,
entonces,
hija mía,
entenderás el paraíso,
el júbilo
de ser más que tú misma.
Será como si el tiempo
te inaugurara nuevamente viva
y tú,
madre estrenada
búcaro de caricias,
aumentarás la Creación, sumando
un verso más de amor al gran poema
de la vida.
Cuando llegue el milagro
y con el oro de tu sangre escribas
un nuevo ser sobre la nada
y nadie
sepa explicarse cómo
y te bendiga
Dios porque has contestado a su llamada,
entonces,
hija mía,
cuando llegue
ese momento en el que tu sonrisa
se cuaje en carne tuya,
en beso tuyo
y el mundo arda en tu gozo,
madre niña,
y todo el orbe
gire a tu alrededor como una noria
de rosas,
entonces
comprenderás la eternidad que estaba
en tu entraña dormida,
te sentirás pequeña como un beso,
llena como una espiga.
Y sólo entonces
entenderás que en una gota minima
puede caber el mar.
¡Y la alegría
de Dios que está esperando ese momento
para añadir tu gozo a su sonrisa...!
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