José María Fernández Nieto, PREMIO CASTILLA Y LEÓN DE LAS LETRAS
Hace unos días (el pasado 23 de marzo) ha sido galardonado el palentino José María Fernández Nieto con el Premio de las Letras de Castilla y León. Prestigioso honor que han ido recibiendo otros ilustres escritores, como Miguel Delibes en 1984, Antonio Gamoneda en 1985, Claudio Rodriguez en 1986, Julián Marías en 1987, José Jiménez Lozano en 1989, etc., etc... Y otros muchos líricos como José María Valverde, Victoriano Crémer, Antonio Colinas, Antonio Pereira, Eugenio de Nora y, el más reciente, Andrés Trapiello.
Digo mal: el más reciente es ya Fernández Nieto, a sus 91 años bien aprovechados en el amor a la literatura, a la poesía, en su doble vertiente de creación personal (lleva publicados una decena de importantes libros recopilatorios) y de animador de vocaciones literarias, como muy bien destaca el jurado del premio, al subrayar su “actitud generosa” hacia la obra de sus contemporáneos, “que se traduce en la puesta en marcha y sostenimiento de aventuras literarias como la revista y colección poética Rocamador...”
LA REVISTA Y COLECCIÓN DE POESÍA “ROCAMADOR”
Creada en 1955, ha sido una destacada Revista de Poesía y Crítica, de la que se han editado 45 números. Hay que destacar además su compromiso, también económico, con la Colección de Poesía “Rocamador” que llegó a editar 87 títulos, acogiendo en su catálogo a las más importantes figuras de la lírica nacional, tanto de orientación social (Celaya, Crémer, Ángela Figuera, Gloria Fuertes, José Agustín Goytisolo), como más formalistas.
Me gustaría cerrar esta breve introducción con un par de párrafos seleccionados de una sentida nota que ha publicado un sobrino del premiado, en su blog "Cosas de Eladio":
... Farmacéutico licenciado por Granada, ha vivido siempre en Palencia donde ha regentado la farmacia que abrió su padre y que ahora llevan sus hijas...
Poeta y agitador poético desde los primeros años cincuenta, recogió en la revista y en la colección de libros de poesía (Rocamador) a todos los poetas, vivos o muertos, del interior o del exilio...
Poeta social, cercano, religioso, del día a día... Castellano abierto al mundo, cariñoso... Mi tío muy querido. Me encanta que a estas alturas de su vida tenga estas alegrías, me encanta… Y estoy feliz.
Eladio
TE DIGO QUE BEBO Y BEBO Y BEBO Y NO ME SACIO...
Entre los múltiples poemarios de Fernández Nieto destacan dos: “La trébede” (1961) y “La nieve” (1974), del cual vamos a presentar hoy dos títulos: “La sed” y “El ruido”. El estilo de “La nieve” es novedoso: diríamos que se trata de un monólogo con expresiones vulgares y desinhibidas, del discurso íntimo, en libre asociación como en diván psicoanalítico, de un anónimo personaje que podríamos ser cualquiera de nosotros.
Los temas se desarrollan con aparente frivolidad, pero se ahonda en ellos; diríamos que se enfrentan sutilmente en el protagonista dos movimientos de alma contrarios: el espíritu del mundo, consumista y deshumanizado, que se manifiesta descaradamente en el juguetón oleaje de expresiones coloquiales, y el espíritu de unos valores evangélicos que pugnan por acceder a la conciencia, y finalmente suelen conseguirlo.
Alude inicialmente el primer poema a una gran sequía; y se critican las bebidas artificiales que no satisfacen la sed. Se hace referencia expresa a la samaritana junto al pozo de Sicar, cuando afirmó Jesús (Juan 4,1-14): “Pero el que bebe del agua que yo le daré, no volverá a tener sed”.
No hay que asustarse por los cuarenta largos versos, sin apenas puntuación, del poema. Mi sugerencia: leerlos, acaso en voz alta, con la descarada monotonía de un rapero (os llegará muy hondo):
LA SED
Con esta sed, te digo, no hay quien pueda llegar
a ningún sitio, si no llueve no sé que va a pasar,
están los trigos que da pena mirarlos, mira el cielo
rabiosamente azul, cerveza amarga, vino que dejaposo
de silencios, limonada agridulce o coca-cola
que sabe a hipocresía, no hay más que eso, agua
inventada o maltratada, cuántos siglos desde Sicar
sin que podamos apagar esta sed, dónde los pozos,
dónde los manantiales y las fuentes, todo se fue
secando, amor, te digo que el agua dulce no nossatisface,
que queremos el agua sin azúcar, sin sal,
el agua pura sin disfraces, te digo, amor, que quemo
si me tocan, que este calor eterno que me abrasa
no puede refrescarse con un vaso de aguarefrigerada,
amor, te digo, que volveré a abrasarme nuevamente,
que bebo y bebo y bebo y no me sacio, que cada vez
la sed es más terrible porque el azúcar da más sed,
el agua salada da más sed, el agua amarga damás sed,
te lo juro, amor, no bebas, espera a ver si llueve,
amor, espera a ver si un manantial en algún sitio
vuelve a brotar, si queda alguna fuente queno hayamos
cegado todavía, mira el campo callado, sordomudo
esperando un milagro, mira el viento cómo sofoca
el fuego de las rosas que ya no pueden más,
mira mi carne cuarteada, reseca, dunas, olas
de arena, amor, te digo, si no llueve no sé
que va a pasar, no sé qué rutas podemos esperar,
amor, te digo, que estoy deshidratándome, quequemo
como un secreto antiguo, que no puedo seguir así
que el alma se me seca, que bebo y bebo y bebo
y no me sacio, que cada vez la sed es más terrible,
que ya es para alarmar esta sequía que dura siglos,
siglos, que es tremendo esperar y esperar un vaso
de agua que nos quite la sed, a ver si llueve,
a ver si empiezan a correr los ríos y crece el trigo
y nace el pan, qué pena, tener el mar tan cerca
y que no pueda saciamos esta sed, a ver si llueve
o a ver si nieva de una vez y apaga, copo a copo,
este fuego, esta sequía del corazón,
amor, amor, te digo, que bebo y bebo y bebo y nome sacio.
NO HAY QUIEN PUEDA PENSAR QUE DIOS EXISTE...
Con el mismo estilo de corazón abierto en libre asociación, se desahoga por los versos de “El ruido” el anónimo protagonista, que se siente acosado, herido, por los tentáculos de poderosos decibelios que golpean su precaria intimidad. Conviene recordar que las estrofas del poemario “La nieve” se dieron a conocer en 1974, en la agonía final del franquismo. Palabras y frases como “grises, escaramuzas, no hay derecho...” nos dejan constancia de aquellos alborotados y decisivos años de ensoñación política. Claro que cuando se pregunta el poeta “quién arregla el país”, ¿no estará profetizando futuros tiempos de búsqueda, futuras crisis...?
Se queja con razón el lírico de que si Dios nos está hablando no habrá forma de escucharle en el estruendo: que echamos de menos el silencio blanco de la nieve, y necesitamos citarnos con el Amor en el locutorio secreto del alma. Sólo abriendo el corazón a nuestra pasada historia y perdonando errores, seremos capaces de construir futuro, de vivir en complicidad con nuestro mejor amigo: nosotros mismos.
EL RUIDO
Me gusta estar oyendo este silencio de la nieve
al caer, cuando estoy solo y el corazón, callando,
me saluda igual que un viejo conocido que hace
siglos que no me ve, que no hay quien hable
consigo mismo, es la verdad, con este televisor
al lado, con la casa llena de transistores, de seriales,
con la calle poblada de motores, de gritos,discusiones,
tomavistas, quinielas, trolebuses, compraventas,
bancos, qué tal estás, pues no sabía, cenas,
juntas, sermones, puertas, trampas, no se que vaa pasar
cuando se muera, películas de sexos y pistolas,
grises, escaramuzas, no hay derecho, los hijosde papá
se han puesto chulos, quién arregla el país,
abajo el clero, catorce resultados, cómo suben
los precios este otoño, no hay quien viva, no hay
quien sepa por dónde va el asunto, planesde desarrollo,
planes, planes de amor, de otro negocio más lucido,
de otra mujer que cansa ya la misma, la vida,
ya lo ves, pues vaya un tiempo que nos toca vivir,
no hay quien se aclare con tanto ruido, es la verdad,
qué tímpanos se necesitan, mon amour, que aguante
para este mundo acústico, sirenas, frenazos,
altavoces sicodélicos, ni siquiera la lluvia
que golpea rabiosamente las ventanas, digo,
no hay quien pueda pensar que Dios existe, quenos está
llamando, quién le escucha, quién le puede escuchar
con este ruido, con esta batería amplificada
que asesina el silencio, este silencio que, a finde cuentas,
somos, qué delicia contemplar esta fiesta inenarrable
callada como un sueño, apaga el mundo, pon un poco
más bajo su sonido, a ver si sé quién soy, a ver sipuedo
contar las esperanzas que me quedan, poner un pocode orden
en el sótano donde las telarañas del olvido
han tapiado mi ayer, mira qué tristes se mehan puesto
los ojos de mirarme, no es posible que haya llegado
a ser lo que no quiero, que ya me corre prisa, quelos años
pasan y no sé cómo me he perdido, que ya vieneel invierno
y es urgente que me pueda escuchar, que aún sonmuchas
las cosas que me quedan por decirme, pero con esteruido
no hay quien pueda buscarse fácilmente, hallarel modo
de poder dialogar con uno mismo, por favor
apagad el tocadiscos, que va a nevar y no quiero
perderme este silencio blanco de la nieve,
esta callada navidad que anuncia con villancicos
sin sonido un año feliz que no figura en las tarjetas...
JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ NIETO
Premio Castilla y León de las Letras
1.Cuatro sonetos inéditos sobre Miguel Hernández
2.Enseñar a un hijo a poner el belén
3.16 pensamientos originales (RELÁMPAGOS) sobre espiritualidad, edad, cotidianidad, chispa y humanidad.
4.Seis poemas a página completa:
VILLANCICO DE LA ENFERMERA (pulsar), SONETOS PARA APOSTAR POR UN POETA (pulsar), SI ALGUNA VEZ... (pulsar), VILLANCICO DEL FUTBOLISTA (pulsar), VILLANCICO GITANO (pulsar), FIESTA DE VIVIR (pulsar).
5.Premio Castilla y León de las Letras
LA SED y EL RUIDO
6.Un niño va a nacer
ROSAS URGENTES PARA UN AMOR FUTURO
UN RAMO DE ESPERANZAS PARA UNA MADRE PRÓXIMA
7.La claridad compartida
HE AQUÏ LA PIEDRA
¿QUIÉN ES TAN RUÍN...?