Los editores de “Porque esta noche el amor” (BAC, 1997) así presentaban su antología de poesía navideña del siglo XX:“Las más tiernas vivencias del misterio de Dios hecho hombre se han expresado siempre con lírica de muchos quilates. Incluso autores de fe vacilante se han rendido ante el Niño que es hombre y Dios. Diríase que este siglo XX, que ya termina, está sumido en la indiferencia y el escepticismo religioso; sin embargo, no está de más comprobar cómo nuestros poetas cantan y sienten la gracia de Dios a través de un Niño con el fervor heredado de siglos…”
CON HUMOR Y TEOLOGÍA
Dedicamos hoy nuestro espacio en “Religión Digital” a un único poema de José Javier Aleixandre, “Figuras de barro para un belén naïf”, de cierta extensión, pues se trata de un trabajo lírico compuesto exactamente de diez décimas (100 versos). El material físico sobre el que trata el poema es el barro, un barro amasado, cocido y decorado con amor y devoción para montar un belén, acaso el nacimiento familiar. El barro, material primigenio que así, con cierta simpatía, ensalzan los artistas del modelaje y la espiritualidad:
"Oficio noble y bizarro,
de entre todos el primero,
pues, siendo el hombre de barro,
Dios fue el primer alfarero
y el hombre el primer cacharro."
Nos asomamos ya a las diez décimas sobre las figuras de barro que han habitado por siglos nuestros belenes. Habrá que reconocer el ingenio, la facilidad compositiva, la espiritualidad, la humanidad, de José Javier que, reposadamente, nos irá describiendo, con humor y teología, la grandeza y limitaciones de cada uno de los personajes que representan el drama de la encarnación (Dios se hace barro con alma y el barro se hace Dios.)
FIGURAS DE BARRO
PARA UN BELÉN NAIF
Son de barro, pero son
de amor también. Las figuras
del belén son criaturas
que nacen a condición
de llevar un corazón
de barro. Qué maravilla
que la tierra, tan sencilla,
pueda servir de sostén
para llevar a Belén
el amor hecho de arcilla.
Una y otra y otra, tres
patas perdió ya la oveja.
La oveja, que no se queja,
por más vueltas que le des.
Al derecho y al revés
su barro es angelical.
Calman su sed celestial
ríos de papel de plata.
Y con una sola pata,
pero llegó hasta el Portal
.
Gaspar tiene en la corona
barro de oro. Melchor
usa barro superior
para su real persona.
Baltasar no desentona
ni por barro, ni por oro.
A pesar de su tesoro
son del barro que parecen,
y por un tesoro ofrecen
pagar el oro y el moro.
El pastor tiene este año
roto un pie. Lleva sus huellas
cojas el pastor y en ellas
deja atrás paso y engaño.
De estrellas es el rebaño
que tiene ahora el pastor
-porque un pesebre de amor
le alimentó la mirada-,
y el barro de una pisada
cambió por senda mejor.
Un barro pardo se cuece
con humildad para ser
la mula. Pero hay que ver
la mula cómo se crece.
Parece que se merece
noche de tanta hermosura.
Parece que se figura...
Se diría que parece...
Y un relincho que estremece
crece lleno de ternura.
El buey -de barro dormido-
por nada pierde su calma,
y se le pasea el alma
entre mugido y mugido.
¿Será verdad que ha nacido
en aquel establo un rey?
¿Por qué antigua o nueva Ley
todos se alborotan tanto?
Y el buey -el buey, que es un santo-
mira con ojos de buey.
Toda la noche de pie,
de pie mirando y callando,
de pie viendo y escuchando
se la ha pasado José.
Cualquier noche no se ve
lo que él ha estado mirando.
Cuando Dios nacía. Cuando
Dios le miró. Cómo fue.
Y siempre de pie su fe,
que era barro suspirando.
¿Se sabe si le ha dolido
cuando la Virgen María
entre la noche y el día
divino barro ha parido?
Cómo se han estremecido
los hombros de la doncella.
Porque ha nacido una estrella
de una flor nunca tocada.
Porque aquella madrugada
la luz ha nacido de ella.
No había sido ninguna
sonrisa nunca tan clara,
hasta que el Niño llegara
envuelto en pañal de luna.
Con prisa bajó a una cuna
sin puntilla ni entredós,
de verde manzana en pos
para calmar nuestra prisa.
Y al barro pone sonrisa
porque es un niño y es Dios.
Para las reclamaciones
que sabe de buena tinta,
un ángel díscolo pinta
"pintadas" con soluciones.
Paredes y corazones
con "pintadas" de Belén,
que pintan alma también
al barro de las figuras.
"Gloria a Dios en las alturas".
"Paz a los hombres". Amén.
