JJ ALEIXANDRE 4. ÚLTIMOS PASOS
Hoy nos detendremos unos minutos en “Últimos pasos” (2010), su entrega lírica final, con 86 años pero con inteligencia y corazón generoso y comunicativo. Concibe Javier la aventura humana como un camino misterioso a lo desconocido, y su viaje, a pesar de la edad, no ha terminado todavía, “aunque ya fui viajero tantas veces / por caminos de ida y por caminos de vuelta, / con mis últimos pasos todavía he de seguir andando. / Aunque me falten muchos de los que iban junto a mí / para que me apoyara yendo en su compañía. / Aunque hieran las piedras del camino / mis pies que están descalzos / porque ya demasiados zapatos se me han roto / de tanto tropezarme con la vida, / dando últimos pasos todavía he de seguir andando…”
Así se cierra este inicial poema: “Cada noche mirando a las estrellas / para seguir andando hasta el final, / donde sólo se llega / si se enciende la luz cuando la luz se apaga. / Con mis últimos pasos, / pero debo seguir andando todavía.” “Últimos pasos” que, recordamos, dan título al libro.
TODAVÍA
Crea el poeta una fresca sección bajo la consigna de “CAMINANDO”. Nos encontramos de frente con el primer poema, “Todavía”, que nos anima a no detener la marcha. Con sinceridad, con humor y alegría, teñida de reminiscencia e ilusión que brota del realismo y la esperanza, el veterano poeta nos entreabre el cofre de sus esencias, nos confidencia algún quebranto, alguna nostalgia:
“He de seguir andando aunque mis huesos / me van hablando ya de descansar. / Pero como soy sordo no los oigo. / No necesito aún un tercer pie / que sujete mis pasos. / Y si camino más despacio / ¿para qué necesito ir más deprisa? / Si lo que puedo ver / con estos pobres ojos que ya no ven del todo / no me gusta mirarlo, / todavía consigo cuando busco hacia atrás / encontrar tantos goces como tuve, / para gozar de nuevo recordándolos…”
POR EL CAMINO MUERTES QUE NO MUEREN
Si la sección primera se titulaba “CAMINANDO”. La segunda se llama “POR EL CAMINO MUERTES QUE NO MUEREN”, refiriéndose, claro, a poetas amigos que se hundieron un día en el silencio definitivo. En mi opinión, se trata del sector más emotivo, más trágico del libro. Hubo que borrar del listín teléfonos de amigos. Sin piedad se quebraron día a día las comunicaciones, y la vida social se convirtió en visitas al cementerio y relectura de versos en lápidas o poemarios deshabitados… ¿Qué será de mis libros, se quemarán también para siempre en el oscuro foso de los silencios? Permitidme evocar seis doloridos versos aleixandrianos de soledad, de amor, de tiempo roto, seleccionados del espléndido poema "Himno con timbales":
"Vuestros nombres me caben en tres alejandrinos / con insistente ritmo de tambores: / Leopoldo, Luis Felipe, Manuel, José María, / Jesús, Ginés, Adriano, José Luis, Rafael, / Gerardo, Federico, Luis, Dámaso, Vicente… / (Contad si son catorce y está hecho.)"
SIEMPRE DE LUZ MIS PENSAMIENTOS LLENOS
Después del tercer grupo de poemas, “TAMBIÉN OCTOSÍLABOS EN MI DESPEDIDA”, accedemos al notable tríptico “A LA LLEGADA”, tres sonetos mayores muy reflexionados y estimulantes: “Postrer destino”, “La gran duda” y “Oración para decir que quiero querer a Dios”. Por el primero de ellos, “Postrer destino”, aletea un vuelo, casi un revuelo, de vida y serenidad:
“mi sonrisa / dispuesta a ser amor de cualquier modo”, “No dejar de seguir, codo con codo, / junto a los míos”, “Aceptar la brisa / que me llegue”, “Llegar a mi destino / final sin el sabor de la amargura”, “Siempre de luz mis pensamientos llenos”, “fue mi vida magnífica aventura”.
POSTRER DESTINO
No me puedo engañar, Señor. Ya todo
lo que yo debo hacer es darme prisa
para hallar todavía mi sonrisa
dispuesta a ser amor de cualquier modo.
No dejar de seguir codo con codo
junto a los míos. Aceptar la brisa
que me llegue. Y en mangas de camisa
buscar en cualquier parte mi acomodo.
Avanzar como sea en mi camino
sin rendirme. Llegar a mi destino
final sin el sabor de la amargura.
Siempre de luz mis pensamientos llenos,
creyendo hasta morir que por lo menos
fue mi vida magnífica aventura.
DÍME, SEÑOR, ¿POR QUÉ ME HABLAS TAN QUEDO?
Como tantos humanos en busca de trascendencia, el octogenario poeta se pregunta por la existencia de Dios. Envuelto en la tiniebla de la duda, le pide con perseverancia a Dios una señal de su existencia: "¿no quieres indicarme de algún modo / que esperas mi llegada al otro lado?".
Algo así le ocurrió a Jesús en la cruz (Mateo 27,46), cuando gritaba al Padre: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (en realidad estaba recitando el salmo 22 de la Biblia). Es curiosa la coincidencia de Jesús y José Javier al sentirse ambos abandonados de Dios (escribe Aleixandre: “¿no se me cerrará nunca esta herida / de sentirme tal vez abandonado?”).
LA GRAN DUDA
Si te quiero escuchar, ¿por qué no puedo
tu voz oír, Señor? ¿Es que no hay nada
detrás, cuando se apaga la mirada
sin que siquiera quede pena o miedo?
Dime, Señor ¿por qué me hablas tan quedo
que no te puede oír mi desmayada
manera de escuchar? ¿Por qué es espada
tu silencio, que corta mi denuedo?
Tú que puedes, Señor, pues puedes todo,
¿no quieres indicarme de algún modo
que esperas mi llegada al otro lado?
Mientras no acabe de vivir mi vida
¿no se me cerrará nunca ésta herida
de sentirme tal vez abandonado?
YO TE QUIERO QUERER
El poema “Necesaria esperanza” de José Javier se abre así: “La necesito. Necesito / la esperanza –sin dudas– de que no se termine / mi vida al acabárseme la vida. / Cuando yo solo sea pasado y solo quede / mi recuerdo levísimo / dentro de la memoria de unos pocos…”
En el presente soneto “Oración para decir que quiero querer a Dios”, entre la fe y la duda el poeta irunés elegirá la fe. Pero como la fe es don de Dios, le pide angustiosamente, mitad súplica, mitad golpe de voluntad: “Yo te quiero querer”.
ORACIÓN PARA DECIR
QUE QUIERO QUERER A DIOS
Yo te quiero, Señor. Te quiero, pero
no te lo sé decir como quisiera.
Te quiero, mas no acierto la manera
de explicarte, Señor, cómo te quiero.
Sin duda estoy perdido en un sendero
que no sabe encontrar la verdadera
manera de querer, que desespera
por no hallar el amor que hallar espero.
Yo te quiero querer, aún sin hallar
el amor que te pueda comprender,
sin saber dónde estás y cómo eres.
Yo te quiero querer para alcanzar
que –si querer querer es ya querer–
yo te quiera, Señor, como Tú quieres.
JOSÉ JAVIER ALEIXANDRE
"Poeta de tersos, hondos, personalísimos versos"
JUAN VAN-HALEN
0.Nuestro homenaje al poeta guipuzcoano
MIS VERSOS
1.Sonetos en el tiempo
BODAS DE ORO
NO VUELVAS LA CABEZA
MADRIGAL DE LA FLOR ABIERTA
2.Solo
COMO UNA NOVIA GUAPA TE HAS DORMIDO
PORQUE ES SEGURA NUESTRA CITA FELIZ EN LA LUZNUEVA
DONDE YA SERÁ ETERNO NUESTRO AMOR
3.Un ramo de rosas para ti
EN INVIERNO
DE NOCHE
¿HAS VENIDO?
EPITAFIO
4.Últimos pasos
POSTRER DESTINO
LA GRAN DUDA
ORACIÓN PARA DECIR QUE QUIERO QUERER A DIOS
5.Tarde de circo
NIÑO EN EL CIRCO
VIEJO LEÓN
DÚO DE SAXOFÓN Y VIOLONCHELO
6.Las cinco vocales
VILLANCICO DE LAS CINCO VOCALES
A SU HIJO RECIÉN NACIDO
7.Figuras de barro para un belén
FIGURAS DE BARRO PARA UN BELÉN NAIF
8.Desde aquí abajo
LOS ÁNGELES
MI MUERTE
NECESARIA ESPERANZA