MISTICISMO 3

MISTICISMO 3
MISTICISMO 3

Se me llenó de Dios toda la casa

 El poeta que hoy preside nuestra entrega es Luis Álvarez Lencero (Badajoz, 1923 – Mérida, Badajoz, 1983). De extracción humilde, autodidacta, la vida le va exigiendo compromiso, y su generosa bonhomía y su fe van dando generosas respuestas. Sus dos iniciales poemarios intimistas fueron generando en sus versos un horizonte nuevo de radical solidaridad (“Juan Pueblo”, por ejemplo, en 1971). Fallecerá el poeta con solo 60 años, pues una dolorosa enfermedad (cáncer de pulmón) le había debilitado física, no espiritualmente, los últimos años. Transcribo cuatro versos de “Humano” uno de sus últimos títulos: “La paciencia es la humilde compañera / que con la enfermedad Dios me regala, / y en mi mano o mi pie me nace un ala / siempre que miro al cielo que me espera.”

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Fascinado al descubrir algunas hojitas verdes por el carcomido tronco de un olmo viejo, cierra Antonio Machado, en 1912, su poema “A un olmo seco”, con estos versos: “Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera.” Si nos entristece el otoño al ver morir las hojas de los árboles, ¿cómo no alegrarnos, al contemplar, un 21 de marzo, el campo ya encendido de flores y belleza? Al sentir Luis Álvarez Lencero la nueva vida en torno suyo, abre su corazón al milagro de la naturaleza y descubre la mano de Dios en el suceso: “Se me llenó de Dios toda la casa”. Todo lo que nos ocurre es señal; todo es gracia. Si os atrae conocer mejor al poeta escultor extremeño, os invito a pulsaraquí.

PRIMAVERA

 Hoy vino Dios a hablar hondo conmigo,
porque quiso su humana compañía
resucitar mi lázara alegría
con palabras de paz, de luz, de trigo…

Veintiuno de marzo, eres testigo
que una flor golpeó la puerta mía,
esta mañana mientras me decía:
Yo soy la primavera, abre, amigo.

Abrí de par en par. Amiga, pasa.
Todo cuanto aquí ves te está esperando.
Haz de nuevo el milagro prometido.

Se me llenó de Dios toda la casa. 
Y eran flores los pájaros cantando
sobre mi corazón buscando un nido. 

BENDITO SEA EL DOLOR DE CADA DÍA

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Álvarez Lencero, escultor y poeta extremeño, falleció en 1983 herido por una enfermedad dolorosa y terminal. Parece difícil encontrar en la literatura religiosa un soneto de despedida final más sincero, más crístico, más tierno. Habrá quien piense que se trata de un acto de fe en el Crucificado, masoquista, literario, enfermizo. Mi actitud es, más bien, de admiración y asombro, porque adivino, por las estrofas de este postrer soneto, una noble y valiente declaración de amor, comprometida, confiada, sana, fervorosamente mística.

GRACIAS, SEÑOR

 Gracias por esta vida que me has dado,
y, también, porque un día seré muerte.
Gracias por esta gracia de comerte
convertido tu cuerpo en pan sagrado.

Gracias, Señor, por todo lo creado,
por mi cruz y mis penas, de tal suerte
que no sería digno de quererte
si no estuviera en ti crucificado.

 Bendito sea el dolor de cada día.
Los clavos que me unen al madero
me tengan a tus pies siempre contigo.

Gracias por el regazo de María.
Gracias por tanto amor y porque muero
besándote las llagas, Dios amigo. 

   EN GIROS LEVITANTES

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 En uno de sus múltiples viajes, se acercó ilusionada Fina García Marruz al corazón de la madre patria, la mística Castilla. En el poema “Los chopos”, descubre la poeta cubana, frente a sí, desafiante, un chopo. Sus altas ramas se cimbrean con libertad "en giros levitantes", como las vueltas de un derviche: "soplos de puro espíritu". Dios, creador del hombre y del universo, con altas señas le invita a la danza del Ser. Aún sorprendidos y temblorosos, se irán sosegando, al fin cuerpo y espíritu. El hombre de Dios, la mujer de Dios, más allá del tiempo de oración viven en comunicación con su Amado y todo lo refieren a su nombre: “Y todos cuantos vagan / de ti me van mil gracias refiriendo, / y todos más me llagan, / y déjanme muriendo / un no sé qué que quedan balbuciendo” (Cántico, 7).

LOS CHOPOS

Miré por primera vez la emocionante
tierra de España al alba. Era la hora
de la salida del Quijote y del pastor.
Corrales vagos, rosa y olivo todo.

No era dura la tierra de Castilla
como pensé. Tierna, madraza,
estaba tendida allí como un regazo virgen.
De pronto, desafiante, el primer chopo.

La alta cima, del aire meneada,
le deshacía la fijeza en giros levitantes,
soplos de puro espíritu.

 Y tuve que esperar a que mi pecho
sosegara su imagen, temblorosa
en mis aguas, serena en su alto aire.


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13. MISTICISMO
1. Todo tu cuerpo estará luminoso
NO FUI YO POR MI ESFUERZO, de Ángeles Gómez Pascual
EL SER QUE HABITA EN MÍ ME VA CREC., de Gómez Pascual
DISUELTA EN TI MI VIDA, de Ángeles Gómez Pascual
2. En ti me muevo, existo y soy
EN TI ME MUEVO, EXISTO Y SOY, de Pilar Paz Pasamar
VIOLENCIA INMÓVIL, de Pilar Paz Pasamar
AYER ME HUNDÍ, ME PUDO LA TRISTEZA, de Á. Gómez Pascual
3. Se me llenó de Dios toda la casa
PRIMAVERA, de Luis Álvarez Lencero
GRACIAS, SEÑOR, de Álvarez Lencero
LOS CHOPOS, de Fina García Marruz
y4. Es preciso aguardar la noche mística
DESDE EL CENTRO DEL PÁRAMO, de Bartolomé Mostaza
PLEGARIA, de Bartolomé Mostaza
SALMO DE LLAMADA, de Bartolomé Mostaza
NADA TE TURBE, de Jesús Mauleón

14. MISTERIO PASCUAL
1. Es la fiesta de la resurrección
VIVES EN EL PAN, de Victor Manuel Arbeloa
TENGO SED, de Antonio Carvajal
DELANTE DE LA CRUZ, de Rafael Sánchez Mazas
2. Demos cuerda de fiesta al corazón
EN ESTA TARDE, CRISTO DEL CALVARIO, de Gabriela Mistral
RESUCITADO EN LA TIERRA, de José María Valverde
y3. Puesta la mano en el pecho
DIOS NOS HABLA A TODAS HORAS, de Ricardo León
EMAÚS, de Rafael Alfaro
JESÚS, de Gabriela Mistral.

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