Paz Pasamar 5. Hueco para Tu Nombre
VENTURANDO LAS LÁGRIMAS DE TODOS LOS QUE LLORAN
Dos páginas de “Sophía” se enfrentan misteriosamente. A la izquierda, el poema “La palabra encerrada”, que denuncia el cautiverio de escrituras reducidas a museo, letra muerta de pergaminos atrapados en la vitrina... Conozcamos los inquietantes versos finales: “¡Ay la palabra viva, alfilerada, / fijada con un dardo en la clausura, / en un descolorido / bullir que pide a gritos / ser eficaz y útil para el hombre, / cansada de la letra / y la cronología, / del lastre que le impide / volar, llegar a ser palabra viva!”
A la derecha, descubrimos “La palabra aireada” a orillas del lago de Galilea. Bendice el Hombre a los sencillos, humildes ciudadanos que le rodean y veneran. Ocho bienaventuranzas se proclaman en la versión más dulce de Mateo, señalando a las generaciones “la norma al aire libre”. Dirigiéndose al mundo “con lo que bien pudiera ser el mundo algún día”. Escuchan las aves aquello que no entienden pero respetan y adivinan. El paisaje se tiñe de azul, se santifican de azul el cielo, la voz, ¡las palabras que “tienen clave en el universo”!
LA PALABRA AIREADA
Cafarnaún tan cerca, a la orilla del lago.
La colina se yergue fresca y suave y redonda
como el vientre de un niño, y son niños los hombres
sentados en sus márgenes, o en el suelo tendidos.
Porque van a escuchar resonancias y ecos
tan eternos que el tiempo se queda esta mañana
venturando los cielos y la tierra por siempre.
Venturando las lágrimas de todos los que lloran,
la mansedumbre, el hambre y la sed de justicia,
la limpieza del alma y la misericordia,
y a la gente pacífica, y a todo perseguido,
injuriado y maltrecho,
a los pobres de espíritu y de tierra y de bienes,
a los que sólo tienen la inocencia.
El discurso del Monte no aventó ningún ave,
también ellas escuchan aquello que no entienden.
Por la yerba el insecto sigue su curso. ¡El cielo
es tan azul, la voz tan azul, tan azules
las palabras que tienen clave en el universo!
Un día, en un rincón de la tierra se dijo
la norma al aire libre. Era un día de calma.
Un lago azul y el Hombre dirigiéndose al mundo
con lo que bien pudiera ser el mundo algún día.
YA VA TOMANDO CONSISTENCIA EL NIDO
Bello relato de la construcción de un nido, parábola de la creación poética, que tantas veces “aprovecha todo lo desechable”. La palabra lírica es ave mensajera que bate alas desde el palomar de la voz... La mística jerezana se despide del canto y nos lo entrega: “Libre y frágil y armónica, / liviana compañera, / paloma mía, vuela desvalida (“Palabra”).
Presentados los versos de "El nido" a continuación de “La palabra aireada”, diríamos que el “hueco para Tu Nombre” final consagra para la divinidad, como el vientre de María, como la nave de una catedral, el misterio central de una Presencia.
EL NIDO
Mira cómo aprovecha todo lo desechable:
briznas, carcasas, plumas, cáscaras y palitos,
pelos y hojas, afanada el ave.
Ya va tomando consistencia el nido,
enmarañado en grises hirsutos, picotazos
torpes, ya va teniendo asomo la ternura
del próximo calor. Así queremos
prepararte la lengua como cuna,
nombrarte, aposentarte, acalorarte,
lanzarte al vuelo, luego, de la boca,
apresarte en la encía, sumir por la garganta,
regurgitarte, hacer con palabra y saliva,
pobre nido sonoro, hueco para Tu Nombre.
AHORA SÉ MÁS DE TI QUE CUANDO ESTABAS
Entrevistada Paz Pasamar por Ana Sofía Pérez–Bustamante, se establece el siguiente diálogo:
–Uno de los poemas tuyos que más me ha impresionado es “Ahora te sé, pues te recuerdo”, de “Sophía”... El inspirado en Carlos [murió en 1997]”.
(La voz de Pilar se oscurece, su mirada se desvía, vulnerada; su voz se apaga.) Responde Pilar:
–Sí... Nadie sabe el precio que he pagado por escribir este poema.
[AHORA TE SÉ, PUES TE RECUERDO...]
Ahora te sé, pues te recuerdo.
-Saber es recordar, según el griego-.
Ahora sé más de ti que cuando estabas.
Ahora puedo medir lo que me deshabitas.
Ahora sé más de ti por lo que falta.
Te digo más, porque el silencio impera.
-Más resuena la bóveda
cuando más solitaria está la nave-.
Tus gestos sin soporte son tus gestos,
sin cejilla que ajuste los sonidos
suenas mejor a ti. Ahora te siento.
Desanudo el cordón del embalaje
a ver si hay algo más que nada dentro.
Las cosas distraían; las ideas,
los mundos, el sonido. Interferían
sombras que te alejaban, me alejaban.
Ellas sobrevolaban, tú me sobreentendías.
Quizá no como entonces, así estamos:
tú en mi memoria, acaso yo en la tuya.
Ahora te sé, por cuánto te recuerdo.
PILAR PAZ PASAMAR
"Como una fuente a mitad de camino"VICENTE ALEIXANDRE
1.La soledad, contigo
MUNDO NUEVO
PROMESA DE VIDA
2.Violencia inmóvil
ESE AMOR QUE -NOS DICEN- TE TENDREMOS
SEÑOR ENMUDECIDO, NO TE CALLES
QUÉ FALTO DE TERNURA...
3.La torre de Babel
LA TORRE
ÉXODO
PENTECOSTÉS
4.Eres calor, calor, tibio regazo
MAITINES
PHILOMENA, TU CÁNTICO...
LA NOCHE ABOLIDA
5.Hueco para Tu Nombre
LA PALABRA AIREADA
EL NIDO
AHORA TE SÉ, PUES TE RECUERDO