LOS DEMÁS 3
Que te pasa lo que a Dios
De nuevo Gloria Fuertes, en lúcidos versos de solidaridad hacia la humanización planetaria. El poemita se titula “EL CORAZÓN DE LA TIERRA”: "El corazón de la Tierra / tiene hombres que le desgarran. / La Tierra es muy anciana. / Sufre ataques al corazón / —en sus entrañas—. / Sus volcanes / laten demasiado / por exceso de odio y de lava. / La Tierra no está para muchos trotes / está cansada. / Cuando entierran en ella / niños con metralla / le dan arcadas."
QUE TE PASA LO QUE A DIOS
El tema del amor, del amor no correspondido, es central en toda la poesía de Gloria. ("Sola en la sala" es el título de un importante poemario.) A pesar de querer con toda el alma, con todo el cuerpo, no recibe la apasionada amante la misma intensidad de entrega. Le sucede, se queja, como a Dios, Amor incondicional más allá de todo cálculo... Amar es un acto de fe, no hay garantías. Solo hay verdadero amor cuando se entrega el amante sin esperar nada a cambio. Sugerencia: amar a Dios siempre enriquece, porque sabemos que es Padre y Madre de brazos abiertos y corazón en llama.
AUTOBIO
Nadie me quiso tanto
como yo quise.
Siempre gané amando.
Soy medalla de oro
en saltos de ternura.
Nadie se enamoraba de mí
como yo me enamoraba
hasta enfermar
hasta padecer
hasta enloquecer.
–Alégrate Gloria,
que te pasa lo que a Dios,
que siempre nos quiere más
que lo que le queremos.
FIESTA ES AMAR A DIOS EN COMPAÑÍA
Fiesta de vivir. De vivir en compañía. Ay del solo. Al amar, no es suficiente decir “Dios está en nuestro corazón”, sino, sobre todo, “nosotros estamos en el corazón de Dios”, porque Dios es amor. Pedro Casaldáliga, Obispo por la selva amazónica, nos introduce, cálida lluvia tropical, en el tema del amor a nuestros semejantes: “Al final del camino me dirán: / –¿Has vivido, has amado? / Y yo, sin decir nada, / abriré el corazón lleno de nombres”. Los versos siguientes han sido vivencia, literaria y personal, de José María Fernández Nieto.Sugerencia: “Fiesta es amar, en compañía...” En mi tiempo de Meditación no estoy solo: me acompañan Cristo, el Espíritu, el Padre, María, la Iglesia celeste, la Iglesia peregrina. Siento ahora la presencia de Dios, y viviré con más conciencia la próxima celebración comunitaria. ¿Cuántos nombres de verdaderas amistades podría presentar al Señor en un encuentro de revisión?
FIESTA DE VIVIR
Fiesta es vivir en compañía.
Para cantar
las aves se congregan en el árbol;
para que huela el aire
juntas crecen las rosas. No es suficiente
una espiga para amasar el pan.
El júbilo, como el tapiz, se teje
con numerosos hilos.
El llanto es más posible
cuando los ojos se hartan de estar solos.
Fiesta es vivir en compañía.
La tristeza
siempre está sola.
Es como un lago: Agua
que nunca desemboca.
Fiesta es el río
porque nutre, acompaña, ama la tierra
y viste las orillas.
Vivir es entregarse
a alguien, andar juntos, conversar,
ir aumentando el mundo con palabras
dichas a medias.
Fiesta es vivir en compañía,
cantar en coro, en orfeón de almas.
Vivimos juntos y morimos solos.
Fiesta es amar a Dios, en compañía.
¡CON ESTOS OJOS, DIOS, CON ESTOS OJOS!
Torcuato Luca de Tena escribió versos de honda solidaridad como “He cedido mis ojos”, donde refiere el compromiso de donar sus órganos, específicamente los ojos, supongo que para trasplantar la córnea. Alegrándose de su pervivencia en la vida de otro ser humano, el nuevo receptor recibirá los ojos sin memoria: lo que Torcuato ha contemplado con ellos quedará secreto para siempre. Es generoso el compromiso de entregar, ya fallecido, el propio cuerpo. Pero hay personas que, incluso en vida, ofrecen, para trasplante, alguno de sus órganos dobles...
Sugerencia: tener fe diríamos que es mirar la vida con los ojos de Dios. ¡Qué riqueza para el orante pedir a Dios su mirada sobre el hombre, sobre el mundo, sobre la muerte y la vida!
HE CEDIDO MIS OJOS
He cedido mis ojos. Otro cuerpo
que no es el mío, absorto mirará
¡con estos ojos, Dios, con estos ojos!
cosas que yo no he visto. Y su memoria
no podrá registrar las que he mirado.
¡Oh misterio inefable!
alguien que no conozco, en el futuro
se pondrá mis retinas, como un hombre
que encuentra unos cristales en el polvo,
coinciden sus dioptrías y los usa
sin saber de quién fueron esos lentes.
De quien el dulce pasmo de sentir
¡con estos ojos, Dios, con estos ojos!
cómo el mundo exterior se introducía
en mi memoria milagrosamente.
Porque hubo un día en que ellos me mostraron
cuánto en el mundo había de miseria
mas también las montañas y las águilas
el largo caminar de las estrellas
y ese cuerpo entre todos preferido
cuyo tremor sostuve entre mis brazos.
Cuando lo que era polvo vuelva al polvo
y mi cuerpo en sudario de silencios
sea pasto de olvidos y gusanos
mis ojos, vivos, gozarán en otro
la mágica virtud de contemplar
¡con estos ojos, Dios, con estos ojos!
otras luces y sombras, otras rosas
y otros cuerpos distintos
¡pero nunca los mismos!
Cuanto mis ojos vieron, siendo míos,
seguirá siendo mío hasta la tumba.
Y vivirá conmigo eternamente
o morirá conmigo y con mi cuerpo.
¡Porque cedí mis ojos, pero nunca
la dulce claridad de mis recuerdos!
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9. LOS DEMÁS
1. Dios-Amor se hizo hombre en Jesucristo
AMAOS, de Manuel Alonso Alcalde
NADIE COMO EL QUE AMA, de Carmelo Guillén Acosta
2. Cuando nace un hombre
CUANDO NACE UN HOMBRE, de Ángela Figuera
LA LLAMADA, de Gerardo Diego
YO NO TENGO QUE IR A THAILANDIA, de Gloria Fuertes
3. Que te pasa lo que a Dios
AUTOBIO, de Gloria Fuertes
FIESTA DE VIVIR, de José María Fernández Nieto
HE CEDIDO MIS OJOS, de Torcuato Luca de Tena
y4. Pon al viento a volar tu corazón
LOS QUE NO DANZAN, de Gabriela Mistral
LA REPERCUSIÓN, de Leopoldo de Luis
HAZ DE MÍ UN INSTRUM. DE TU PAZ, atrib. a Fco. de Asís
10. ESTE DOLOR
1. Donde hay dolor hay terreno sagrado
ESTE DOLOR, de María Luisa Mora
LA VISITA DEL MAL, de Antonio Colinas
2. Pájaros desatados son las lágrimas
AY, SI NO FUERA POR…, de Pilar Paz Pasamar
ESTABA DIOS AQUÍ, de Francisco Garfias
UN BIEN, de Claudio Rodríguez
y3. Une al gran coro de los mundos tu voz
PECAR, de Amado Nervo
APRESURA, SEÑOR, TIENDE TU MANO, de Torcuato Luca de Tena
ÚLTIMA VOLUNTAD, de Enrique García Márquez