El artista alicantino Juan Susarte, junto con Juanma Muñoz de su grupo Confia2 han estado este fin de seman en Vitoria-Gasteiz  ofreciendo un tiempo para Dios repartido en tres momentos que tuvieron como escenario la capilla del Colegio San Viator de Vitoria, la Cripta del Centro de Acogida del Santuario de Estíbaliz, y la iglesia de San Antonio de las Hnas Clarisas.

La noche del viernes la cita era en el Colegio de San Viator que con motivo del mes “Q” , el més que dedican al venerable Luis Querbes, fundador de los viatorianos, se aprovechó la visita de Juan Susarte para hacer, en el formato entrevista-concierto un momento de reflexión mientras se disfrutaba con el testimonio y las canciones de Juan. 

Susarte contó algunos detalles de su vida, de su opción de laico consagrado, de cómo Dios se fijó en él siendo un “trasto”, y cómo de la mano de Dios lleva varios años caminando y ofreciendo canciones sin ser él ni cantante ni compositor de formación. 

La velada contó con la participación de muchos niños y niñas, algunos junto a sus padres, todos del grupo Crisol, aceptaron el reto de poner en palabras y dibujos lo que las canciones les inspirase, y de ahí nació un moral/oración.

José Javier Ruiz de Eguilaz (JJ) sacerdote viatoriano, artista también y uno de los organizadores interpretó junto a Juan Susarte algunos temas que fueron acompañados por los niños y niñas y los adultos que se animaron a sumarse a los estribillos.

La siguiente cita era en el Santuario de Estíbaliz. Tras participar en la eucaristía presidida por el obispo y que este sábado acogía la peregrinación de familias y de la Cofradía de la Santa Vera Cruz en el marco del año Santo Jubilar de Estíbaliz los que pudieron se acercaron hasta la cripta para un encuentro con temática vocacional.

La dinámica fue que Juan Susarte, JJ y tres miembros de la Asociación de Vida Apostólica Peregrinos de la Eucaristía (hna. María Ines; el hno Lorenzo y hna  María Misericordia ) respondieron a tres preguntas relacionadas con su vocación, y cada respuesta era acompañada de una canción que tuviese alguna relación. 

Con algunos de los temas la gente colaboró tanto en la danza como en el canto. Los tres testimonios de vida consagrada,  el de JJ como sacerdote, el de Juan Susarte como laico peregrino de la Esperanza, y el de los tres miembros de la comunidad de Peregrinos de la Eucaristía como consagrados religiosos abrieron a los asistentes una parte del amplio abanico vocacional en la Iglesia.

Tras la comida en el cerro de Estíbaliz Juan Susarte y Juanma hicieron la visita guiada a la Catedral Vieja de Santa María, invitados por la Fundación Catedral Santa María de Vitoria, de la que salieron encantados y sabiendo muchas cosas de esta ciudad.

La tercera y última cita fue en la iglesia de San Antonio, perteneciente al convento de las Hnas Clarisas. Allí tras la misa de siete y media se invitó a los asistentes a permanecer un rato más en una vigilia de adoración de media hora. En este templo las canciones de Juan Susarte sonaron, más si cabe, a oración. La iluminación se centró en el altar,  y con la lectura de Marcos, el salmo 138 y algunos textos de la poesía espiritual española escogidos para la ocasión se creó un clima que se rompió al terminar la adoración con un aplauso de los asistentes. 

Non solum sed etiam 

Vitoria-Gasteiz no suele ser plaza de paso habitual para los artistas cristianos, aunque por aquí han pasado Migueli, IXcís, Brotes de Olivo, Luis Guitarra, Luis Alfredo Díaz, … pero son visitas esporádicas, no hay una periodicidad de actividades musicales y menos de las nuevas generaciones de músicos católicos, aunque por dos ocasiones nos ha visitado Paola Pablo. También Vitoria cuenta con grupos como Mara Mara que este curso cumplirán 25 años en activo ofreciendo su buen hacer musical. 

Pero aún así se hace poco, máxime cuando la música es uno de los elementos de ese nuevo anuncio del que parece estar tan necesitada las tierras alavesas. 

Ojalá la visita de Juan Susarte sea el pistoletazo de salida de nuevas visitas, nuevos encuentros de música y oración para esta ciudad del Norte, donde tanto hay para recibir como para dar.