El primer fin de semana de octubre un grupo de entusiastas belenistas de la Asociación Belenista de Álava partía para Madrid para dejar instalado el belén de tamaño casi natural que formará parte del decorado navideño del programa especial de Navidad de Masterchef junior.  

Acostumbrados a trabajar en miniatura, sin embargo la asociación belenista de Álava no se amilanó ante la propuesta del programa de televisión, en parte porque parte del trabajo ya estaba hecho. Hacía falta ampliarlo un poco para responder a las medidas exigidas en el guión. 

Podemos decir que este belén ha sido confeccionado por dos generaciones de belenistas. Precisamente quien mejor conoce la historia es Pedro Pablo, pues su padre fue parte importante de ese proyecto, y así lo recuerda: “Fue una odisea, colaboraron José Antonio Iñigo, Félix ( un cursillista de ese año), Marisa, Juan Cruz y Mariete. Pero el que pegó la gran pechada fue Carlos ( mi padre). Se hizo en dos semanas para montar en la antigua sala de Caja Laboral en la calle Dato. El primer año tuvimos tres corderos de ovejas lacha y tres gallinas vivas. Íbamos todas las noches a retirarlos y dormían en una cuadra hecha a propósito. Los carmelitas, que entonces eran más de 10, estaban encantados con la novedad. La madre de los corderos estuvo todos los días en el Carmen. ¡Que recuerdos¡”  Esto sucedió hace 26 años, en 1996. 

Se da la circunstancia también de que esta aparición televisiva coincide con los 35 años de la Asociación.

Masterchef se suma con este decorado a la celebración de la declaración institucional que este año se hizo del belenismo como bien inmaterial por parte del Gobierno español, y su candidatura a la consideración por la UNESCO de bien inmaterial universal.

Durante el mes de septiembre y, compatibilizando con la preparación y celebración de las jornadas belenistas en Vitoria-Gasteiz, varios miembros de la asociación trabajaron a destajo para llegar a tiempo y cumplir con la productora de Masterchef. Horas y horas de modelar, pintar, ensamblar, subir y bajar piezas desde los almacenes ubicados en el convento de los carmelitas de la capital alavesa y trasladarlos a la sede del casco viejo o a otras dependencias para preparar el escenario.

Vitoria-Gasteiz tiene una tradición belenista longeva, aun cuando la asociación como tal solo celebra sus 35 navidades. Y también tiene experiencia en montajes de tamaño natural, no en vano su belén de la Florida fue durante muchos años el nacimiento a escala natural más grande de España desde su inauguración en la década de los 50.  

El presidente de la asociación Iñigo Bastida valora muy positivamente la experiencia y cree que “visibilizar el belenismo en un programa como Masterchef ayudará a todas las asociaciones de España a potenciar el belenismo en sus respectivos lugares.”

Este año ese mismo belén se puede admirar desde el pasado día 15 en la tradicional exposición belenista en el claustro de El Carmen de la capital alavesa, junto con el resto de creaciones artísticas que cada año atraen a numeroso público. 

Non solum sed etiam

Cada vez hay menos personas que no reconozcan en el belenismo una parte del acervo cultural de los pueblos desde diversos ángulos: como creación artística que refleja lugares, oficios,  usos, modas y costumbres y las reproduce a escala; como herencia que se actualiza de tradiciones y ritos religiosos y profanos; y también como reflejo de esa herencia religiosa que ha marcado desde siglos la cultura occidental. Por lo tanto el gesto de este programa dice bien no solo del buen gusto de su creadores, sino de la sintonía con los pàsos que la cultura y la sociedad va dando poco a poco. 

Cuando la UNESCO reconozca el belenismo como bien inmaterial de la humanidad, y ojalá sea dentro de este año que recordamos los 800 desde que San Francisco quiso representar el pesebre de Belén, esta práctica estará más protegida frente a instituciones que confunden churros con merinas y prohíben su instalación en espacios públicos por una ofensa a otras religiones que no es real, por ejemplo, y su única justificación son fobias personales que se las tendrían que hacer mirar.  Así que bien por Masterchef y larga vida al belenismo.