La iglesia de San Miguel, donde se ubica la  hornacina de la patrona de la ciudad de Vitoria, ha vuelto a ser punto de encuentro para la familia alavesista. Desde hace décadas el Glorioso ofrece sus triunfos futbolísticos  ante la imagen de la Virgen Blanca. Por eso, en el marco de su centenario ha querido celebrar una eucaristía de Acción de gracias y en memoria de los fallecidos en estos cien años de historia del club. 

La celebración ha sido presidida por monseñor Juan Carlos Elizalde, y concelebrada por el equipo parroquial  compuesto por D. Juan Carlos Aguillo y D. Juan Manuel Ochoa de Aspuru. Han acudido a la misma autoridades de la ciudad y del territorio, equipo directivo y técnico del  Deportivo Alavés, encabezado por su presidente Alfonso Fernández de Trocóniz, y  jugadores de diferentes categorías, tanto del equipo masculino como femenino.  Durante la celebración cantó la Coral Manuel Iradier con Leire Betolaza como directora. 

Elizalde glosó algunos hitos del Deportivo Alavés desde sus orígenes en 1921 hasta el último ascenso a Primera que el obispo recuerda al poco de su llegada a Vitoria: "La Virgen Blanca ha sido testigo de esta historia de 100 años".  También recurrió a las palabras que el Papa Francisco, "gran aficionado al fútbol", ha dicho en algunas ocasiones refiriéndose al deporte: "Dios es como el entrenador interesado en que todos hagamos un buen partido."

Un momento emotivo se vivió al final de la celebración con la intervención de una de las más veteranas aficionadas del Glorioso, Asun Gorospe, propietaria del Bar El Deportivo Alavés. Asun recordó sus vínculos afectivos con el equipo y cómo ella ha acudido a la Virgen Blanca en los momentos más duros para la afición albiazul, por eso invitó a los presentes "a rezar ala Virgen Blanca para celebrar las próximas fiestas de la Patrona con el equipo en Primera"; también se dirigió a la directiva del Alavés para pedirles que recuperen la tradición de acudir a la capilla de la patrona al comienzo de la Liga. 

Los vínculos entre el Deportivo Alavés y la patrona de la ciudad, la dimensión religiosa de muchos jugadores y aficionados a un deporte que comparte con lo religioso, fe, devoción y “liturgia”, se remonta en el tiempo hasta sus orígenes. 

El historiador Santiago de Pablo publicaba en el último número de la revista de la Cofradía de la Virgen Blanca, “La Hornacina”, un artículo sobre este asunto, y del que rescato, con permiso del autor, algunos párrafos:

“Jesús Arambarri y Ángel Antón Tella, jugadores alavesistas en la temporada 1973-1974, cuando el Glorioso consiguió el ascenso a Segunda División, recuerdan que el momento más emocionante de su vida albiazul fue cuando les tocó “entregar el ramo de flores a la Virgen Blanca”. Fue “precioso, el no va más”, en “un día inolvidable para toda Vitoria”, no solo para el once babazorro, que quiso homenajear así a la patrona de la ciudad.”

 “Hubo varios años en los que el Deportivo Alavés formó parte del programa de las fiestas de la Virgen Blanca.”

“En el día en que se abría solemnemente el estadio, fue precisamente Faustino Mendieta, el párroco de San Miguel, la iglesia que acoge la imagen de la patrona, quien bendijo el campo, “en medio del mayor silencio”, antes de que el alcalde, Jaime Ignacio Echevarría, diera el saque de honor.”

“En marzo de 1982, después del atentado contra la Virgen en la hornacina, que dejó completamente destrozada la imagen. Hubo muchos actos de reparación ante este ataque, incluyendo un multitudinario rosario de la aurora, en el que participaron según la prensa, “todos los estamentos de la sociedad vitoriana”. El Alavés no fue ajeno a esta reacción y entregó a la Cofradía el dinero procedente de la recaudación de un partido, para ayudar a la restauración de la imagen.”

Y sin duda las ofrendas florales a la patrona con motivo de los grandes triunfos es la imagen que ha quedado reflejada en las hemerotecas: 

1951, con motivo del ascenso a Segunda; 1968, tras el ascenso a Segunda; 1974, ascenso a la División de plata; 

“Pero, sobre todo, desde hace muchos años el Deportivo Alavés ha acudido a ofrecer sus triunfos a la Virgen Blanca. La plaza presidida por la hornacina con su imagen puede considerarse el corazón de la ciudad y se ha convertido en lugar de celebración multitudinaria por antonomasia de los éxitos albiazules. En los años más recientes todo el mundo recuerda la ofrenda tras el último ascenso a Primera en 2016 o el recibimiento al equipo en 2001, tras la histórica final de la Copa de la UEFA en Dortmund contra el Liverpool, en la que el once babazorro, pese a ser derrotado in extremis, dio una lección de pundonor y lucha, animado por una afición incansable.”

“Pero la Virgen Blanca también ha acompañado los momentos de duelo de la historia albiazul. Uno de los más recordados fue el fallecimiento en accidente de tráfico del prometedor jugador Andoni Sarasola, en junio de 1969, cuando estaba a punto de concluir la temporada. Su muerte conmocionó a la ciudad, pues se le consideraba “todo un símbolo en el Deportivo Alavés”. Sus honras fúnebres congregaron a una gran multitud de aficionados, que se arremolinaron para ver cómo su féretro, cubierto con la bandera del Alavés, era llevado en hombros por sus compañeros hasta la iglesia de San Miguel, donde tuvo lugar el funeral.”

De Pablo recuerda que “también el club acudía anualmente, antes del inicio de la Liga, a ofrecer la nueva temporada a la patrona de Vitoria. Significativamente, esa costumbre se perdió durante la nefasta etapa en que Dimitri Piterman fue presidente del club, echando a perder toda una idiosincrasia de años. Por ello, cuando en 2007 Fernando Ortiz de Zárate relevó al ucraniano-americano en la presidencia, quiso recuperar esa tradición.” Esta tradición ha vuelto a perderse en los últimos años y son muchos los que desearían que se volviese a retomar. 

El último acto de ofrenda floral lo protagonizaron las Gloriosas con su ascenso a primera donde están haciendo un gran papel. El equipo femenino se suma por derecho propio a esta tradición alavesista. 

Más allá del secularismo social el hecho religioso está presente en la vida social y personal. Así son muchos los jugadores que han querido celebrar su matrimonio en San Miguel, como el ex capitán babazorro Manu García. También a título personal otros jugadores acuden a San Miguel antes o después de los partidos como lo hacía Jorge Valdano o Lisandro quien ha llegado a colaborar con la pastoral con jóvenes de la Diócesis de Vitoria. 

Al finalizar la eucaristía, en la capilla de la Virgen Blanca situada en el interior de la iglesia de San Miguel,  donde tantos trofeos ha ofrecido este centenario club a la patrona de Vitoria-Gasteiz, se  se llevó a cabo una ofrenda floral a la Virgen Blanca por estos 100 años de vida con la  petición de, al menos, otros 100 años más. La Diócesis hizo entrega al presidente de la entidad de un cuadro que recoge una de las muchas ofrendas florales llevadas a cabo en la hornacina del exterior de la basílica.  

Non solum sed etiam 

Ciertamente que la actual masa social del Club alavesista, su feligresía más devota que no falta, cuando las circunstancias sanitarias los permiten, a la liturgia (antaño hasta coincidía en el domingo) deportiva, muchos de ellos, aun siendo bautizados todavía la mayoría, no son catolicopracticantes. Pero, también hay que hacer un subgrupo dentro del colectivo no militante religiosamente aquellos que sí siguen siendo devotos de las tradiciones, y algunos de manera especial con todo lo referente a la Virgen Blanca. Porque, y lo he dicho en otras ocasiones, las devociones populares trascienden al sentimiento de pertenencia a la Iglesia. Y la Virgen, en todas sus devociones, tiene un gancho especial que ni curas, ni obispos ni papas han logrado nunca.  Por eso, frente a quienes argumentan un falso respeto a las creencias de todos para eliminar las que a ellos no les placen, les invitaría a respetar las devociones populares, porque del pueblo surgen y el pueblo las sostiene. Y si vamos a defender la voluntad del pueblo hagámoslo con lo que sintonicemos y con lo que no.  Y de momento, mi impresión es que los alaveses seguimos disfrutando de poner y celebrar a los pies de la Patrona nuestros triunfos y acudir a ella también con nuestros fracasos, vamos que seguimos teniéndola como Madre y Patrona. 

¡Gora Andra Mari Zuria, Gora Alavés!