Mujeres Sacerdotes ¿Cuándo?, de Arana y Baracco en Desclée Un libro que escucha, reflexiona y propone “con prudencia y respeto mutuo”
21 mujeres con vocación al sacerdocio han participado en el libro
Muchos teólogos no encuentran objeciones para el sacerdocio de las mujeres ni en el evangelio ni en la doctrina de la Iglesia
La justificación para la ordenación de mujeres hay que buscarla en el presente y el futuro de la Iglesia no en su pasado
“Mujeres sacerdotes ¿Cuándo? Diálogos en torno al sacerdocio de las mujeres”
La justificación para la ordenación de mujeres hay que buscarla en el presente y el futuro de la Iglesia no en su pasado
“Mujeres sacerdotes ¿Cuándo? Diálogos en torno al sacerdocio de las mujeres”
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Tras su presentación en Sevilla, Bilbao y San Sebastián este pasado miércoles se presentó en Vitoria el libro “Mujeres sacerdotes ¿Cuándo? Diálogos en torno al sacerdocio de las mujeres”. El libro se presentó en el salón de actos del Aula de Cultura Ignacio Aldecoa de la capital alavesa.
Maria José Arana y Adelaide Baracco, autoras de este libro estuvieron en Vitoria-Gasteiz para la presentación.
"En el instrumentum laboris titulado “ensancha el espacio de tu tienda”, los capítulos 60-64 tratan la cuestión de la participación de la mujer en la vida eclesial. El texto llama la atención. No solo porque es una de las raras veces que el sacerdocio de las mujeres se aborda en un documento del Vaticano, sino porque se pone de manifiesto que la cuestión de la participación igualitaria de las mujeres en los oficios y ministerios de la Iglesia se está debatiendo en el mundo entero y que no pocas iglesias particulares la consideran una cuestión especialmente urgente en nuestro tiempo”
Este texto con el que comienza el prólogo del libro es el marco en el que se presenta esta obra que aunque la firman Arana y Baracco ha contado con la colaboración de otras 42 personas, de las cuales 21 son mujeres que expresan su vocación sacerdotal, sentir “la llamada al sacerdocio”. el otro 50% son varones con perfiles diversos.
La tesis fundamental que defiende este libro está en sintonía con la línea marcada por el sínodo en Alemania que basa su defensa del sacerdocio femenino en “que se trata de transmitir el mensaje del Evangelio aquí y ahora y no mirar siempre al pasado.”
Es decir que la justificación de la ordenación de mujeres debe estar más en el presente y el futuro de la Iglesia y la sociedad que en argumentos del pasado reciente o lejano.
Entre sus objetivos, según las autoras, es ofrecer una colaboración “en la búsqueda de caminos más justos:”
El libro se hace eco de las palabras de grandes teólogos como Karl Rahner quien aboga porque “la discusión (sobre el sacerdocio de la mujer) debe continuar con prudencia y respeto mutuo.”
Metidos en materia presentan argumentos que rebaten la postura que San Juan Pablo II marcó como “definitiva” en su Carta Apostólica “Ordenatio Sacerdotalis de 1994”. Argumentos que recogen no solo la postura de teólogos sino lo que quizá es más importante los testimonios de aquellas mujeres que sienten la vocación al sacerdocio hoy.
El pasado recoge ejemplos de mujeres que de una manera u otra en el fondo expresaban una vocación a realizar las misiones para las que facultaba el sacerdocio, y bien desde el ejercicio clandestino, o el deseo de aparentar aspecto de varones, no dejan de ser sino signos de una vocación vetada para ellas.
“Hoy en día tenemos otra sensibilidad y desde ella debemos actuar, buscando lo que creemos que significa el bien de la Iglesia” señala el libro.
De los 21 testimonios de vocaciones sacerdotales de mujeres que recoge el libro se desprenden algunos elementos comunes en ellos, como por ejemplo que muchas califican su vocación como “una experiencia de fe”; encontrarse con la negación rotunda de acceso al sacerdocio a la mujer aparece como otro rasgo que enciende la llama; la práctica de servicios en la Iglesia de “diaconías” no reconocidas es otra de las fuentes de inspiración para plantearse una vocación que vaya más allá del servicio puntual a la comunidad, a veces originado por la falta de sacerdotes, aunque sobre esta cuestión señalan que “la penuria de sacerdotes debe hacernos pensar para no ir poniendo parches y acertar en la forma de encarar el problema”; el objetivo de hacer un mundo mejor, una Iglesia mejor también está presente en algunas vocaciones; y un carácter reivindicativo de igualdad con los varones también se manifiesta en los testimonios.
También hay un consenso en los testimonios sobre la no repetición del modelo sacerdotal masculino
Maria José Arana en su exposición destacó la importancia de “rescatar lo femenino para reanimar la Vida.”
Las dos co-autoras valoraron mucho la experiencia de las conversaciones con las 42 personas que han participado en el libro. Así mismo dan un valor trascendente a todas las iniciativas que sobre la mujer y la teología se han llevado a cabo en lugares como Deusto o Madrid por ejemplo.
En el libro se manifiesta una confianza en el Espíritu y su acción en la Iglesia.
En el capítulo IV se da la palabra a los varones donde teólogos reconocidos como Marciano Vidal afirman que para el sacerdocio femenino “no veo ningún impedimento ni en los evangelios ni en ningún dogma. Es una norma de la jerarquía eclesiástica, por lo tanto discutible y modificable.”
Otros argumentan su postura a favor de la ordenación de mujeres apelando a los evangelios, a la lectura del papel de las mujeres en el grupo de seguidores de Jesús, se justifica que en otros tiempos la mujer tuviese vetado el acceso al sacerdocio, pero hoy ya no se entiende.
En este apartado también se dice no encontrar contradicciones entre la reclamación del acceso al sacerdocio desde un planteamiento de derecho civil, social, y el Evangelio.
Por otro lado también se afirma que “el sacerdocio de las mujeres es una ocasión de replantear el sacerdocio en su integridad”.
La realidad actual es que hasta la fecha ningún papa, incluído Francisco, ha abierto la puerta al sacerdocio femenino. Pero queda la pregunta de si el Sínodo podría dar un giro a esta cuestión cuando se escuche la voz del pueblo de Dios. Aunque también se reconoce que independientemente del resultado del Sínodo las mujeres que viven su vocación seguirán convencidas de la misma y trabajando para su reconocimiento.
El capítulo VII del libro es un recorrido interesante por el evangelio y el Arte acompañado de ilustraciones.
En dos anexos diferenciados se ofrece el testimonio de mujeres vocacionadas y de los varones que han participado en el libro.
Un tercer anexo ayuda a la comprensión de algunos términos utilizados.
Non solum sed etiam
Pocos minutos antes de la presentación tuve la oportunidad de charlar brevemente con las dos autoras del libro y comprobar antes de la presentación del libro y de su lectura que participamos de la misma tesis: El asunto del sacerdocio de las mujeres hoy no hay que tratarlo mirando al pasado sino al presente y al futuro. Es decir, no se trata ya de justificar o argumentar la ordenación de mujeres en lo que la Iglesia pudo o dejó de hacer hace siglos o desde sus orígenes; ni siquiera en el papel más o menos protagonista que el Nazareno les diese a ellas en contra de todos los convencionalismos de su época. La ordenación de las mujeres es una cuestión que, muchos en la Iglesia de hoy, consideran necesaria para dar respuesta a una Iglesia del siglo XXI. No se justifica ni por el descenso de vocaciones en los varones, ni siquiera por una hoja de ruta del feminismo.
Desde mi punto de vista la mujer debería poder optar al sacerdocio por su condición de hija de Dios, y solo ese atributo la capacita para optar al sacerdocio. Luego los requisitos de formación, de discernimiento vocacional que los establezca la Iglesia para todos igual.
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