¡ALELUYA! PARA LOS CATOLICOS NEOLIBERALES DE LA REVISTA ARGENTINA CRITERIO:
1-ESTE SISTEMA QUE MATA ESTÁ PRÓXIMO DEL REINO DE LOS CIELOS.NO EXISTE DUALIDAD CAPITAL-TRABAJADOR 2-DESVIRTUAN A JP II PARA APOYAR EL NEOLIBERALISMO 3-ATACAN VEHEMENTE Y VELADAMENTE AL PAPA FRANCISCO
El último editorial del consejo de redacción, de la Revista 'Católica' Criterio en Argentina denominado 'Trabajo, capital y persona' (01/04/2017), es un opúsculo de defensa y apología del capitalismo financiero actual olvidando, y veladamente atacando lo que dice el papa Francisco y fundamentalmente el Evangelio.
El editorial inicia mostrando como en las antiguas civilizaciones de Grecia y la Romana la actividad de artesanos y comerciantes era vista con menosprecio para esos trabajos estaban los esclavos. En oriente la situación era semejante recordando a los mandarines que dejaban crecer sus uñas para mostrar que no habían empleado sus manos para el trabajo artesanal.
Pasa entonces a explicar la valoración del trabajo dado por la civilización judeo- cristiana, la Biblia que muestra dios modelando el hombre de la arcilla de la tierra, San Benito que en sus monasterios puso la consigna de ‘reza’ y trabaja.
Esta visión sin embargo era eclipsada por una idea sobrenaturalista que veía en el trabajo un modo de procurar la propia subsistencia con el sudor de la frente, como consecuencia del pecado.
En el siglo XIX con el nacimiento de la sociedad industrial la terrible condición de los trabajadores llevó a Leon XIII s escribir la Rerum novarum donde afirma la dignidad del trabajador y su tarea. Sin embargo fue en el concilio Vaticano II y la constitución Gaudium et spes que es claramente expresada la doctrina del valor ‘intrínseco’ de la actividad humana, ya no como función de la vida eterna, sino como realización del hombre y transformación del mundo.
Y aquí inicia el viaje de la imaginación. Escriben que J. Pablo II en su encíclica Laborem exercens se esfuerza en evitar toda contraposición entre trabajo y capital. El capital considerado como trabajo acumulado que debe estar al servicio del trabajo. Más adelante, escribe el editorial, el pontífice abandona el anacrónico planteo dual de trabajo-capital. (No existen obreros, ni capitalismo usurario. Ahora todos somos hermanos El neoliberalismo nos lleva a estar próximos del reino de Dios ¡Que belleza!).
El trabajo no es solo manual, o el asalariado industrial, sino también varias actividades humanas creativas, como la actividad empresarial, intelectual, científica, artística, etc. Escriben que el concepto de capital se refiere fundamentalmente al ‘capital humano’ (¿De nuevo el hombre considerado como capital, o sea como recurso económico no como persona, y se dicen católicos?).
Los países ricos no lo son por la abundancia de recursos naturales, sino ante todo por el modo en que permiten el despliegue de su capital humano, mientras los países rezagados suelen poner insalvables obstáculos a la iniciativa y creatividad de sus ciudadanos. El mismo cuento del Opus Dei, de Comunión y Liberación y de todos los contradictorios ateos-católicos. (No analizan, por ingenuos o cínicos, las causas históricas que muestran la acción depredadora de las potencias colonizadoras en África y América Latina sobre el ‘capital’ humano).
A continuación afirman “la historia no se detiene y la reflexión social de la Iglesia tampoco debe hacerlo” pero sería de lamentar que se volviera atrás en los avances logrados reduciendo el concepto de trabajo al propio de las sociedades agrarias o protoindustriales concibiéndolo como lucha contra el capital, extrapolando ciertos fenómenos históricos localizados y confundiéndolos con incompatibilidades estructurales y necesarias”.
Y aquí algo de gran importancia, el editorial sigue: “Esto parece verificarse cuando dentro de la Iglesia católica se alzan voces autorizadas reclamando sobre todo al Estado y desde un discurso fuertemente crítico del capitalismo y del mercado” Una vos autorizada es nada menos que el mismo papa Francisco.
Están atacando directamente al papa Francisco que dice “Hoy debemos decir no a una economía de la exclusión y de la inequidad”. Esta economía mata. No es posible que no sea noticia el hecho de que muera de frio un anciano obligado a vivir en la calle, mientras que si lo sea la pérdida de dos puntos en la Bolsa…Algunos todavía defienden(CRITERIO entre ellos) las teorías de la 'recaída favorable', que presuponen que todo crecimiento económico, favorecido por el libre mercado, logra producir por sí mismo una mayor igualdad e inclusión social en el mundo” ( Del excelente libro de A. Tornielli y G. Galeazzi “Papa Francisco ESTA ECONOMIA MATA” El capitalismo y la justicia social” Palabra, Madrid 2015).
En ese libro, que recomiendo leer, los autores dicen que para estos catoneoliberales el sistema se ha transformado en un 'dogma'. Cristianismo es igual a libertad, libertad es igual a libre empresa y libre comercio y por tanto capitalismo; luego el capitalismo es igual cristianismo puesto en práctica. No observan que están basados en el darwinismo ateo donde siempre triunfa el más fuerte.
El editorial escribe que la falta de empleos genuinos no es por mala voluntad de los administradores públicos o de los empresarios sino por la configuración de una economía y sociedad que no permiten los incentivos a la iniciativa, la innovación tecnológica y la inversión.
Reconoce que el capitalismo genera inevitables desajustes en el mercado laboral. Pero los justifica por el fenómeno que Schumpeter denominaba de “destrucción creativa” que es cuando nuevos productos desplazan los viejos, como las máquinas de escribir substituidas por los computadores personales etc. Sigue: “esta dinámica produce 'dificultades' para una multitud de trabajadores. Para estos señores que ven el mundo desde un pedestal son meras 'dificultades', no la pérdida de la DIGNIDAD humana, de la que poco antes, contradictoriamente, mencionaban como concepto del cristianismo. Por eso Francisco escribe “Los excluidos no son 'explotados', sino desechos, basura”. Y ellos los catoneoliberales dicen que sufren solo dificultades.
Hacen recordar a los que apoyaron la genocida dictadura militar argentina diciendo que el asesinato de Mons Angelleli, Mons Ponce de Leon y 19 sacerdotes eran 'efectos colaterales' de su defensa de la civilización occidental y 'cristiana'.
Según el editorial estas “son las ideas maduras que J. Pablo II expuso magistralmente en su última encíclica social Centisimus annus, en la que reflexionaba las causas de la caída del comunismo y las condiciones para un capitalismo aceptable”.
Pero el Papa, presionado por su asesor neoliberal, el falso profeta Rocco Butiglione, fundador del CyL, y su amigo Michael Novak, teólogo norteamericano, pago por empresas petroleras, ponía condiciones muy claras: “Pero, si por “capitalismo” se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuestas es absolutamente negativa” . La pregunta es ¿Cuándo la persona humana fue el centro del capitalismo? Si la misma palabra capitalismo indica que su centro es el CAPITAL, por eso con cierta habilidad cínica la redacción de la revista Criterio, transforman al ser humano en capital humano. ¡Belleza de filosofía neoliberal!
Este editorial va contra el papa Francisco, contra toda la enseñanza de la Iglesia, hace hoy más de ochenta años en la profética encíclica Quadragesimo anno, escrita después de la crisis de la bolsa de 1929, Pio XI había definido este sistema como “imperialismo internacional del dinero”, que es el modelo de economía especulativa y actualmente de dominio cultural, capaz de empobrecer en un instante a millones de familias como está pasando en los dos países más importantes de américa latina: Brasil y Argentina.
El editorial inicia mostrando como en las antiguas civilizaciones de Grecia y la Romana la actividad de artesanos y comerciantes era vista con menosprecio para esos trabajos estaban los esclavos. En oriente la situación era semejante recordando a los mandarines que dejaban crecer sus uñas para mostrar que no habían empleado sus manos para el trabajo artesanal.
Pasa entonces a explicar la valoración del trabajo dado por la civilización judeo- cristiana, la Biblia que muestra dios modelando el hombre de la arcilla de la tierra, San Benito que en sus monasterios puso la consigna de ‘reza’ y trabaja.
Esta visión sin embargo era eclipsada por una idea sobrenaturalista que veía en el trabajo un modo de procurar la propia subsistencia con el sudor de la frente, como consecuencia del pecado.
En el siglo XIX con el nacimiento de la sociedad industrial la terrible condición de los trabajadores llevó a Leon XIII s escribir la Rerum novarum donde afirma la dignidad del trabajador y su tarea. Sin embargo fue en el concilio Vaticano II y la constitución Gaudium et spes que es claramente expresada la doctrina del valor ‘intrínseco’ de la actividad humana, ya no como función de la vida eterna, sino como realización del hombre y transformación del mundo.
Y aquí inicia el viaje de la imaginación. Escriben que J. Pablo II en su encíclica Laborem exercens se esfuerza en evitar toda contraposición entre trabajo y capital. El capital considerado como trabajo acumulado que debe estar al servicio del trabajo. Más adelante, escribe el editorial, el pontífice abandona el anacrónico planteo dual de trabajo-capital. (No existen obreros, ni capitalismo usurario. Ahora todos somos hermanos El neoliberalismo nos lleva a estar próximos del reino de Dios ¡Que belleza!).
El trabajo no es solo manual, o el asalariado industrial, sino también varias actividades humanas creativas, como la actividad empresarial, intelectual, científica, artística, etc. Escriben que el concepto de capital se refiere fundamentalmente al ‘capital humano’ (¿De nuevo el hombre considerado como capital, o sea como recurso económico no como persona, y se dicen católicos?).
Los países ricos no lo son por la abundancia de recursos naturales, sino ante todo por el modo en que permiten el despliegue de su capital humano, mientras los países rezagados suelen poner insalvables obstáculos a la iniciativa y creatividad de sus ciudadanos. El mismo cuento del Opus Dei, de Comunión y Liberación y de todos los contradictorios ateos-católicos. (No analizan, por ingenuos o cínicos, las causas históricas que muestran la acción depredadora de las potencias colonizadoras en África y América Latina sobre el ‘capital’ humano).
A continuación afirman “la historia no se detiene y la reflexión social de la Iglesia tampoco debe hacerlo” pero sería de lamentar que se volviera atrás en los avances logrados reduciendo el concepto de trabajo al propio de las sociedades agrarias o protoindustriales concibiéndolo como lucha contra el capital, extrapolando ciertos fenómenos históricos localizados y confundiéndolos con incompatibilidades estructurales y necesarias”.
Y aquí algo de gran importancia, el editorial sigue: “Esto parece verificarse cuando dentro de la Iglesia católica se alzan voces autorizadas reclamando sobre todo al Estado y desde un discurso fuertemente crítico del capitalismo y del mercado” Una vos autorizada es nada menos que el mismo papa Francisco.
En ese libro, que recomiendo leer, los autores dicen que para estos catoneoliberales el sistema se ha transformado en un 'dogma'. Cristianismo es igual a libertad, libertad es igual a libre empresa y libre comercio y por tanto capitalismo; luego el capitalismo es igual cristianismo puesto en práctica. No observan que están basados en el darwinismo ateo donde siempre triunfa el más fuerte.
El editorial escribe que la falta de empleos genuinos no es por mala voluntad de los administradores públicos o de los empresarios sino por la configuración de una economía y sociedad que no permiten los incentivos a la iniciativa, la innovación tecnológica y la inversión.
Reconoce que el capitalismo genera inevitables desajustes en el mercado laboral. Pero los justifica por el fenómeno que Schumpeter denominaba de “destrucción creativa” que es cuando nuevos productos desplazan los viejos, como las máquinas de escribir substituidas por los computadores personales etc. Sigue: “esta dinámica produce 'dificultades' para una multitud de trabajadores. Para estos señores que ven el mundo desde un pedestal son meras 'dificultades', no la pérdida de la DIGNIDAD humana, de la que poco antes, contradictoriamente, mencionaban como concepto del cristianismo. Por eso Francisco escribe “Los excluidos no son 'explotados', sino desechos, basura”. Y ellos los catoneoliberales dicen que sufren solo dificultades.
Hacen recordar a los que apoyaron la genocida dictadura militar argentina diciendo que el asesinato de Mons Angelleli, Mons Ponce de Leon y 19 sacerdotes eran 'efectos colaterales' de su defensa de la civilización occidental y 'cristiana'.
Según el editorial estas “son las ideas maduras que J. Pablo II expuso magistralmente en su última encíclica social Centisimus annus, en la que reflexionaba las causas de la caída del comunismo y las condiciones para un capitalismo aceptable”.
Este editorial va contra el papa Francisco, contra toda la enseñanza de la Iglesia, hace hoy más de ochenta años en la profética encíclica Quadragesimo anno, escrita después de la crisis de la bolsa de 1929, Pio XI había definido este sistema como “imperialismo internacional del dinero”, que es el modelo de economía especulativa y actualmente de dominio cultural, capaz de empobrecer en un instante a millones de familias como está pasando en los dos países más importantes de américa latina: Brasil y Argentina.