ARGENTINA: EL CASO MALDONADO

El maniqueísmo de los católicos conservadores

Un sacerdote, abogado, profesor universitario, doctorado en filosofía en la Pontificia Universitá Lateranense, escribe un artículo “Es mentira la verdad, acerca del caso Maldonado” donde afirma “A principios de agosto del corriente año, luego de una refriega con unos militantes anarquistas y pseudo-mapuches de izquierda, un joven hippie y tatuador, de nombre Santiago Maldonado, desapareció sin dejar rastros a la orilla del rio Chubut, en el sur argentino”. (Info Católica 22/10/17)

Añade “Todo era incierto, no había rastros, pero habían sido los milicos” y agrega que la verdad salió a flote por un pobre indiecito, que cobro la jugosa recompensa del gobierno, contando:” el pobre muchacho quien, luego de un enfrentamiento con las fuerzas del orden, había muerto ahogado por falta de pericia revolucionaria”.

Como observamos de inicio el sacerdote determina un eje del mal; son anarquistas, pseudo-mapuches de izquierda. Esto falsifica la realidad, los investigadores del Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional del Comahue, en “Comunicado Institucional: desaparición forzada de Santiago Maldonado” del 11/08/2017, repudiaron la represión llevada a cabo por la Gendarmería y la Policía de Chubut y al mismo tiempo demuestran estar preocupados por discursos errados o sesgados sobre la realidad de los pueblos indígenas actuales y sus orígenes.

En otra nota, investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (25/01/17), dicen igualmente que, si bien en las últimas décadas la destrucción de sus territorios intensificó las migraciones, también se observa un proceso inverso y algunos deciden volver a la tierra. Ese proceso de recuperación pone al descubierto el despojo territorial que vivieron sus mayores, así como los métodos fraudulentos y violentos empleados tanto por privados como del Estado.

Esto explica porque Benetton es hoy el mayor propietario de la Patagonia. Los pobres indios se encuentran en tierras fiscales, sin títulos de propiedad comunitaria, sujetos a la amenaza constante de desalojo.

El sacerdote de la comunidad Verbo Encarnado, ante el hallazgo del cadáver de Maldonado, sigue tratando de justificar las fuerzas del orden “No importa que la izquierda haya usado del pobre cadáver como un rehén post-mortem con fines electorales”. “No importa ni siquiera lo verosímil (la apariencia de verdad), porque el mundo moderno reniega de la verdad.

“Había sido la derecha”, “¡Fueron los milicos!”, “¡Justicia por Maldonado!!!”

El autor observa el maniqueísmo de un sector, aun cuando los mayores crímenes en la historia argentina fueron de la derecha, de los militares, sin observar su propio maniqueísmo.

Y concluye su documento “En que el ideólogo es como el fariseo: tiene oídos y no oye; tiene ojos y no ve. Compra un sombrero pequeño y, en vez de agrandarlo, redice su cabeza, como los jibaros” o sea: al definir de forma maniqueista se define a sí mismo.

Maldonado despareció después de una represión injustificada de la Gendarmería y la Policía que fue repudiada por indígenas, profesores, estudiantes, trabajadores del Estado, organismo de derechos humanos y organizaciones religiosas. El maniqueísmo del sacerdote lo lleva a calificar a todos los partidarios de izquierda como un eje del mal, pero en este caso no importa si son de izquierda, de derecha o de centro, lo importante es lo que él llama VERDAD, que el mismo falsifica atribuyendo toda la culpa, por principio, a los indios. No espera el laudo de los científicos forenses que estudiaran el caso.

Pero, cuando la historia de este sacerdote es analizada se observa algo importante: es hijo de Jorge Olivera, un represor condenado a cadena perpetua en San Juan por el secuestro, torturas y desaparición de la joven Francesa Anne Marie Erize. Se fugó del Hospital Militar en 2008, ayudado, según se cree, por su esposa que era psicóloga en ese hospital y los hizo trasladar para allí para ser tratados (Daniel Calivares, Uno; diario uno. com.ar 15/08/2013)

El sacerdote pertenece a una asociación de familiares y amigos de miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policías y Personal Civil “que se encuentran detenidos y/o procesados, por haber cumplido con el sagrado deber de defenderá la Patria durante la Guerra con el Terrorismo de Estado en la década del 70”.

Otra grave falsedad: no fue una guerra y se encuentran detenidos por crímenes de lesa humanidad por hacer desparecer, y matar fríamente 30 mil personas humanas y compatriotas, como fue demostrado en el juicio a las juntas militares, de la Dictadura Militar más cruel de Argentina.

Igualmente, grave es no haber considerado las palabras del Papa Francisco en el II Encuentro mundial de los movimientos populares (09/07/15): “Y aquí quiero detenerme en un tema importante. Porque alguno podrá decir, con derecho, que, cuando el Papa habla del colonialismo se olvida de ciertas acciones de la Iglesia. Les digo, con pesar: se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios” Y pidió perdón una vez más después de JP II”. El sacerdote no piensa en esta verdad y compromete la Iglesia con su maniqueísmo.

Más aún, olvida que Francisco dijo “Los pueblos de Latinoamérica parieron dolorosamente su independencia política y, desde entonces, llevan casi dos siglos de una historia dramática y llena de contradicciones intentando conquistar una independencia plena”. Independencia plena que no conquistamos por católicos como él alienados por el capitalismo neoliberal.

El sacerdote se olvida del documento de puebla que dice: “El temor del marxismo impide a muchos enfrentar la realidad opresiva del capitalismo liberal. Se puede decir que, ante el peligro de un sistema claramente marcado por el pecado, se olvida denunciar y combatir la realidad implantada por otro sistema igualmente marcado por el pecado. (Cfr, JP II en Zapopán) (Puebla 92)

Debemos meditar: ¿es posible ser maniqueo y cristiano al mismo tiempo? Nunca fue posible si nos atenemos al Evangelio (Mt. 13:24-30) donde en la parábola sobre el reino, Jesús refiere que el hombre que sembró el trigo les dice a quienes quieren cortar la cizaña “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. Dejad que ambas crezcan juntos hasta la siega”

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