La sociedad reptilica El Misterio del mal: Evolución en la sociedad reptilica y la abolición del hombre
Capitulo II
Los ataques a la concepción del ser humano
La revolución científico-tecnológica que tuvo su inicio en el siglo XVII y que trajo junto la revolución industrial, también fue acompañada de cambios culturales y filosóficos. Podemos observar así, que los filósofos de la ilustración, aunque la mayoría no era atea, insistían en la no existencia del pecado original, negaban el derecho divino y atacaban las prácticas religiosas, imponiendo la secularización.
El elemento nodal de su teoría es la libertad, considerada como espontaneidad, es la búsqueda de la libertad individual, el aspecto comunitario es tratado solo por Rousseau.
Junto con esta línea, igualmente aparece el racionalismo. Este coloca el conocimiento en el centro del debate al preguntarse por el origen y fundamento del conocimiento verdadero. Así, frente al escepticismo positivista, que afirma que no se puede conocer la esencia de las cosas, el racionalismo, está convencido de la fortaleza de la razón humana y de su potencial para lograr la verdad universal.
Al defender la autosuficiencia de la razón para explicar la realidad de modo deductivo y valorar el sujeto frente al objeto, su influencia se extendió hasta principios del siglo XX.
Sin embargo, en el siglo XX dos guerras mundiales, que indicaron ser de las más sanguinarias e inhumanas de la historia humana, llevó a meditar en los errores que habían desencadenado esta situación. Debemos destacar aquí, el holocausto nazista que llevó a la muerte a 6 millones de judíos, pero también a gitanos, homosexuales etc. A esto debemos adicionar la eliminación de millones de campesinos, por el régimen estalinista, por diversos motivos, y finalmente las innecesarias dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Por este motivo la pregunta fundamental de la filosofía en este siglo fue por el ser humano. Quien es y qué sentido tiene su existencia. Diversas versiones antropológicas han sido formuladas. Algunas de ellas, han tomado como centro de reflexión la comprensión del ser humano como persona. Dando origen a la corriente que se denominó “personalismo”.
El personalismo es una corriente heterogénea de pensadores, que comparten algunos principios básicos y difieren en algunos aspectos, más o menos importantes. Desde nuestro punto de vista, debemos mencionar el personalismo de Emmanuel Mounier, un filósofo francés (1905-1950) que escribía: “El personalismo es una filosofía, no es apenas una actitud. Es una filosofía no es un sistema”.
El personalismo es más que un sistema donde se predica un ideal o un conjunto de ideales. Es una filosofía, que pretende llegar a verdades fundamentadas. Sin embargo, Mounier, aclara que, siendo la existencia de las personas libre y creadora, existe un principio de imprevisibilidad que aleja cualquier deseo de sistematización definitiva.
Por otra parte, el individualismo extremo que acompaño el liberalismo económico y la continua competición predatoria del capitalismo financiero llevaron el hombre a ser considerado un mero engranaje en la máquina de producción de bienes. Mounier desea oponerse a esta destrucción de la imagen humana por eso su personalismo no se encaja en un mundo perfecto, donde todo está programado, como si el hombre fuera una máquina.
En el personalismo no cabe el individualismo, pensando que individuo (indivisible en latín) cuando se aplica al ser humano, manifiesta la condición de un ser que se basta a sí mismo. No necesita de los otros. Es un sistema de costumbres, sentimientos, ideas e instituciones que se organizan partiendo de actitudes de aislamiento y defensa. Así, se reduce la persona a ser una cosa, un objeto, y eso hace que el hombre sea disminuido en su dignidad y se aprisione en su egoísmo.
Este reduccionismo demuestra cuan distante esta la idea del hombre, que se tiene actualmente, respecto de la realidad misma del ser humano. La idea de una persona individualizada da cierto estatus de superioridad, de libertad y de seguridad. El sistema económico actual favorece esta idea mostrando que el individuo lo puede todo.
En definitiva, para Mounier la persona tiene un valor absoluto y por eso debe ser la finalidad de la organización política. Por estar situada en el mundo, la persona sufre las acciones de los otros y actúa transformando lo que está a su alrededor y por consecuencia a sí misma y a los otros.
Es interesante indicar las líneas de acción que Mounier observa debe tener el personalismo: a) debe ser independiente respecto de los partidos políticos, mas no asumiendo una posición anárquica o apolítica; b) las actividades y los medios de acción deben ser delimitados de forma rigurosa. Afirmar, solo los valores, no tiene una acción mágica; c) se debe buscar la libertad incluso de nuestros pensamientos que, se muestren equivocados, durante la investigación. Pero, se debe permanecer fiel al espíritu que lo guía; d) la revolución no lleva automáticamente a la solución de la crisis.
Otro filosofo que nos interesa destacar es Emmanuel Lévinas, de origen judío. Y que se opone al pensamiento occidental que nace en Jonia, que es una filosofía de la identidad, de la mismidad, que no deja lugar a la alteridad (Seguimos el pensamiento de Urabayen y col, 2007).
Esta filosofía que no ha solucionado el problema de identidad y alteridad ha dado lugar a una determinada comprensión de la política, que es el gran logro de Grecia, pero que ha generado violencia y guerras, por su deficiente comprensión del sentido de lo humano. El humanismo europeo es insuficiente y ha provocado la muerte del hombre, no solo teóricamente sino histórica y concretamente: los genocidios.
Lévinas piensa, que, a partir de la relación del yo con el otro, es cuando se puede hablar de legitimidad del Estado, o de su no legitimidad. Un Estado en el cual es imposible la relación interpersonal, en que esa relación viene dirigida de antemano por el determinismo propio del Estado, es un Estado totalitario. El Estado tiene un límite. Por eso para Lévinas, sin una afirmación primera y primaria de la alteridad radical no es posible la política.
Lévinas, acepta que el hombre es un ser personal, que es un fin en sí mismo, que no puede ser tratado como medio. Pero no acepta que el hombre es un ser personal en la medida que es dueño y señor de sus acciones y capaz de responder por ellas. Lévinas, muestra que por técnicas sofisticadas es posible crear personas esclavas e incapaces de tomar decisiones, personas que son reducidas a nuda existencia.
Siguiendo con su razonamiento centra su crítica en la definición Aristotélica del hombre como un animal racional. Aquí el individuo es supeditable al género, que es lo más importante, y esta supeditación se manifiesta brutalmente en el siglo XX, en el nazismo y estalinismo. “El totalitarismo político reposa sobre un totalitarismo ontológico”. El ser predomina. Nadie se opone a él y nadie lo juzga.
La imagen del ser humano como autónomo, dueño de sus obras y responsable de sus actos se trasladó desde Europa al mundo, pero eso no pudo vencer al ego, centrado en sí mismo y ávido de dominio.
Este pensador judío lituano, se opone al escepticismo y agotamiento de ciertas posturas culturales, aunque comparte el diagnóstico del anti-humanismo. Quiere analizar la raíz del problema para devolver al hombre su real dignidad. Propone lo que fue conocido como “el humanismo del otro”, un humanismo que centra la dignidad del hombre en su vulnerabilidad. El verdadero humanismo es el que comienza afirmando el derecho del otro, de cualquier otro ser humano.
- En nuestra visión antropológica
1.a) Vulnerabilidad
La comprensión del hombre como vulnerable, en la cual coincidimos con Lévinas,. Es la vulnerabilidad vinculada con la idea de criatura. El ser humano es una criatura, un ser creado de la nada. Ni el ser humano, ni la vida pueden ser explicados por la ciencia moderna, sin la existencia de un ser vivo y creador (Yunes, 2017).
Debemos recordar, que nuestro cerebro, que estaba pronto antes del hombre culturalmente moderno, tiene 100 mil millones de neuronas, 100 trillones de sinapsis, 60 neurotransmisores distintos, y 160.000 km de vasos sanguíneos, lo que representa aproximadamente, 4 vueltas a la tierra. Los científicos han identificado 26 fuerzas sinápticas diferentes, cada una tiene el equivalente de 4,7 bits de computador y si las sumamos da una memoria de 1 Penta byte (l015)) 1 seguido de 15 ceros. Así, la información presente en la Internet, de forma global, cabría en la cabeza de cualquier humano adulto.
Con esta complejidad, casi infinita, como vimos en el cap. I, contacta con el Infinito Absoluto, de Cantor, que es Dios, esto significa que es vulnerable a Dios que, por el principio matemático de reflexión, le otorga algunas de sus propiedades, haciéndolo a su imagen y semejanza (ver mayores detalles ver el trabajo antes mencionado).
Nos fundamentamos, igualmente, en lo que escribe San Pablo (1 Cor. 3, 16-17): “¿No sabéis que sois templos de Dios y que, el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios que sois vosotros, es santo”
El contacto de la mente humana vulnerable con Dios define el yo y el Tú, y también el tu de la fraternidad, todos somos criaturas del mismo Creador.
El teólogo James Keenan (2019) escribe que, tal vez, en la formación del clero “el énfasis debe darse no al dominio, si a la vulnerabilidad”. Una vulnerabilidad que ha sido abandonada durante mucho tiempo. Tiene, como objetivo, llegar a un sacerdocio servidor o a un episcopado servidor, para eso, según Keenan debemos atravesar y vivir una cultura de la vulnerabilidad.
La vulnerabilidad humana ya fue manifestada en la caída, el pecado original, en el cual los seres humanos dieron oído a la vieja serpiente: satanás.
La vulnerabilidad establece, para los seres humanos, la posibilidad de ser relacionales y por tanto, morales. Aquí, entra la relación con Dios y el prójimo, no es un humanismo del otro.
Esta vulnerabilidad está claramente manifestada en las parábolas del Hijo prodigo y del buen samaritano. En la parábola del hijo prodigo la vulnerabilidad se presenta en el hermano que el Padre reconoce como su hijo a distancia, pero lo abraza lo reincorpora y trabaja para restaurar todo o que es inestable y amenazado. El mismo Padre permanece vulnerable al hermano más viejo que sufre de resentimiento.
En la parábola del buen samaritano, Jesús responde de una manera sorprendente a la pregunta ¿Quién es mi prójimo? En el inicio de la historia somos llevados a pensar que el prójimo es el hombre herido al margen del camino, este es el precario. Pero, al fin de la historia observamos que el prójimo, no es el precario, sino el vulnerable que está actuando. El prójimo es quien demuestra misericordia, el que ayuda al hombre asaltado.
Para Keenan los ejemplos de la vulnerabilidad de Jesús son abundantes. Entre ellos en la última cena, cuando abandona sus vestiduras y lava los pies de sus discípulos trasmitiendo la propia vulnerabilidad, que él demuestra en su pasión y muerte.
Keenan encierra su escrito con una pregunta: ¿Porque no podemos desenvolver una eclesiología basada en la vulnerabilidad de riesgo de Dios? ¿Exactamente ahora, cuando tentamos reconstruir nuestra Iglesia, no debemos precisamente observar la vulnerabilidad, una realidad que fue abandonada, mientras nuestros obispos se tornaban sordos a los sacerdotes vulnerables, a los niños vulnerables y a los adultos vulnerables que fueron terriblemente violados?
Este concepto es más claro que el concepto de Paul Ricoeur que define el hombre como un ser falible, un agente endeble, porque es una apertura, no una debilidad (Ulate, 2013).
1.b) Humildad
Por otra parte, el concepto de vulnerabilidad está relacionado con el concepto de humildad. El teólogo Lucas Chan, nacido en Hong Kong, argumenta que precisamos atender a las bienaventuranzas, porque son lo que debemos aprender para seguir a Cristo (Keenan, 2015). Para eso, se basa en San Agustín que había afirmado que ellas son la enseñanza completa y perfecta de la moralidad cristiana. Considerando la primera bienaventuranza en Mateus (5:3-16) “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos”, Chan observa que esos pobres son los mendigos, que están en especial necesidad de la ayuda de Dios, estos pobresde espíritu que muchas veces sufren con su pobreza económica, son aquellos que adquieren una actitud interna de humildad. Esa humildad es un vaciamiento espiritual, ser humilde significa aceptar la completa pobreza de nuestra condición humana.
Chan enfatiza que, desde Clímaco, Crisóstomo, Ambrosio, Agustín a Gerald Vann y Metz encuentran la humildad como fundamento de cualquier antropología cristiana. La humildad comienza con el reconocimiento de Dios como fuente última y significado de nuestras vidas, lo que nos lleva a “renunciar” a cualquier cosa que nos separe de Él.
Su análisis aparece más claro al considerar la segunda bienaventuranza “Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados”. Chan demuestra, por estudios lingüísticos, de la tradición Bíblica y otros, que no se trata de una convocación barata solo para aconsejar en el luto. El luto apunta para un valor moral orientado para el otro. En el luto, el yo tienta identificarse con el otro. Es la subordinación del propio conforto al sufrimiento del otro. El hecho es que cuando nuestros hermanos sufren (tienen hambre, viven en casas inhumanas etc.) no podemos dejar de lamentar y de sufrir por y con ellos.
Por esto la solidaridad es la virtud de la segunda bienaventuranza. Todas las bienaventuranzas, llevan a lo que Jesús dice al final: “Alegraos porque es grande vuestro galardón en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que vinieron antes de Uds.”
1.c) La voz de la consciencia
Como mencionamos, nuestra antropología coincide, en buena medida, con la teoría de Viktor E. Frankl (1981). Al analizar los sueños, Frankl demuestra que se da con un hecho psicológico de la religiosidad inconsciente, o reprimida, o de espiritualidad inconsciente. Trata, entonces, de buscar una relación ontológica. Porque el análisis existencial de la consciencia debe desembocar, en última instancia, en la trascendencia de la consciencia.
Mencionamos que Dios creo el espíritu humano a su imagen y semejanza, otorgándole un don precioso: la libertad. Pero la libertad tiene un “de que” y un “para que”. Si preguntamos “de que”, la respuesta es de ser impulsados por nuestro ego reptilico, mientras que, si preguntamos “para que”, la respuesta es para ser responsables de nuestros actos obedeciendo la voz de nuestra consciencia.
Frankl observa que debemos seguir la voz de nuestra consciencia. Pero eso significa que esa voz debe ser otra cosa, algo distinto de mí mismo. La voz de la consciencia debe ser algo extrahumano. O sea, trasciende mi mero ser hombre. Y así, si atiendo la voz de mi consciencia, me comprendo a mí mismo, comprendo mi existencia a partir de la trascendencia. Se explica porque la consciencia es voz, voz de la trascendencia.
La consciencia, como hecho psicológico inmanente, nos lleva por sí misma a la trascendencia. Frankl, analógicamente y metaforicamente, muestra que el ombligo humano, considerado en sí mismo, no tiene sentido, porque debíamos considerarlo históricamente, en su historia, antes de nacer, y así lo remite a algo que trasciende al ser humano, a su procedencia del organismo materno en que es formado. De la misma manera la consciencia, solo puede entenderse totalmente, cuando se la remite a su origen trascendente.
De este modo la consciencia, que hemos considerado como modelo del inconsciente espiritual, se convierte en punto clave, que nos revela la trascendencia de este inconsciente espiritual. Así, el hombre irreligioso no es sino aquel que ignora esta trascendencia de la conciencia, aunque el hombre irreligioso tiene también consciencia y tiene responsabilidad, solo que no pregunta algo decisivo: “ante que” de su responsabilidad, ni “de donde” su consciencia.
Frankl cita el Libro de Samuel (3,2-4), en el cual se describe que el joven Samuel dormía una noche en el templo al lado del sumo sacerdote Eli. De repente siente una voz que lo llama por su nombre. Se levanta y se dirige a Eli para preguntarle qué es lo quiere de él, pero el sumo sacerdote le dice que él no lo había llamado. Lo mismo se repite una segunda vez y solo en la tercera vez, el sumo sacerdote, le aconseja que, si oye, que de nuevo lo llaman por su nombre, se levante y diga: ¡habla Señor, que tu siervo escucha! El joven profeta ignoraba el llamado que le viene de la trascendencia, de esa voz que le habla a su consciencia.
El hombre irreligioso se para, digamos, antes de tiempo. Considera la consciencia como una última instancia. Sin embargo, la conciencia no es el último “ante que” del ser responsable, es solo una pen ultimidad. ¿Porque el hombre irreligioso no sigue hasta la ultimidad? Porque a) no quiere dejar de tener tierra firme bajo sus pies, b) la verdadera cima se esconde de su vista, se halla oculta en la niebla y en esa niebla, en el misterio, el hombre no se atreve a internarse.
Tanto el hombre religioso que se interna, como el irreligioso que no, deben respetarse El hombre es libre, ha sido creado libre por su creador, que hasta puede ir en contra de su propio Creador, puede incluso negar a Dios. A veces el hombre niega a Dios con arrogancia, y muestra su sentido, actualmente, con un carácter panteístico
1.d) Nuestra visión del futuro en un cosmos en evolución
Debemos observar el futuro considerando una visión fundamentada en los nuevos paradigmas científicos que pueden iluminar este aspecto de la realidad de nuestro mundo. No podemos basarnos en un optimismo ingenuo, pero tampoco en un pesimismo paralizante. Debemos basarnos en datos científicos comprobados.
Así, fundamentados en la teoría del caos, que surgió en la física aproximadamente en la década del 80, sabemos que el futuro es imprevisible, e implica una serie de posibilidades que no son deterministamente afirmadas por el pasado.
Nuestro mundo a manifestado una serie de discontinuidades que debemos indicar: el origen de la vida, la emergencia del homo sapiens y finalmente la ¡resurrección de Cristo, que esta probada por la sábana Santa de Turín. Respecto del origen de la vida y la emergencia del homo sapiens remitimos al trabajo ya mencionado de Yunes (2017), donde se demuestra que estos eventos exigen un ser vivo que trasmite la vida y su imagen y semejanza
Respeto de la resurrección se puede leer el artículo de Emanuela Marinelli en Nuova Bussola Quotidiana de 21/02/2019, donde muestra como un nuevo experimento coordinado por el famoso físico John P. Jackson y presentado en el Congreso Anual de la Academia Americana de Ciencias Forenses celebrado en Baltimore (2019) demuestra que el flujo de sangre, de la muñeca y el antebrazo, observado en la Sábana Santa es real contradiciendo así un trabajo anterior que habían usado un maniquí para demostrar que eran errados.
Igualmente se puede leer el trabajo de Adolfo L. Orozco Torres “Sabana Santa ¿Fraude colosal o Testimonio de la Resurrección?” (2013).
La vida y muerte de Jesús que pueden ser demostrados y su resurrección modifican el curso normal de la historia humana, significa una discontinuidad que lleva a pensar y meditar en cuestiones esenciales para el ser humano.
La ciencia actual, como la religión muestran el sentido de la vida humana. Y nos llevan a vivir con esperanzas. Sin esperanza en la resurrección nos lleva a una depresión y angustia de la nada y de la muerte como escribe Heidegger.
Finalmente, de acuerdo a la realidad actual, de un mundo con guerras parciales entre las grandes potencias, con armas nucleares que pueden destruir toda nuestra civilización y el mundo vivo, con cambios climáticos que pueden ser irreversibles y llevarnos a catástrofes nunca vistas, evidentemente, el pensamiento escatológico presenta dos posibilidades: i) el apocalipsis descripto por Juan y una nueva creación o un universal acuerdo entre las naciones para cambiar totalmente nuestro sistema económico-social.
- Contenidos de la Información de los mass media
Ahora, es el momento en que debemos analizar el déficit de McLuhan y Powers al observar solo los efectos de las tecnologías de información, en sus características físicas de velocidad. Porque el hombre no fue diseñado para vivir a la velocidad de la luz, agregando que los resultados pueden ser peligrosamente inflativos y esquizofrénicos. McLuihan y Powers, olvidan algo fundamental, el contenido de la información.
Respecto del contenido comenzaremos por los autores del siglo XIX.
2.a) El primer ataque al concepto cristiano de hombre
Jacques Arnould (2001) escribe en su libro “La Teología después de Darwin”: “Basto un viaje a las Islas Galápagos realizado en 1830, por un naturalista inglés, Charles Darwin, para destruir irremediablemente el paraíso de Adán y Eva” e igualmente el modelo de universo como un reloj de Newton. Y agrega “Con Darwin y sus seguidores, la teología y la idea cristiana de la obra creadora de Dios entraron en un periodo de turbulencias”.
Debemos hacer un breve panorama histórico, para comprender mejor su origen y evolución. Máximo Sandin, un investigador español, que se dedicó a estudiar el darwinismo, dice en una entrevista con Angel Petricca (2013) “Lo que yo crítico, desde el punto de vista científico, no es a Darwin, sino al darwinismo, una creación ajena a él. Sus libros son un reflejo de lo que era: un aficionado a la naturaleza, de buena posición económica y mucho tiempo libre”.
Así se dedicó a informarse sobre las actividades de los ganaderos y agricultores de su entorno. Y al que se le ocurrió que del mismo modo que ellos seleccionaban animales y plantas …..la naturaleza seleccionara animales que tuvieran ventajas sobre los demás” y finaliza “Este argumento es pura especulación sin base científica, junto con la concepción malthusiana de la vida (una competencia permanente de todos contra todos) es lo que se ha conformado como la visión darwinista de la vida” .
Su libro fue objeto de muchas ediciones hasta que en 1871 publica Darwin su libro, donde explicita su idea de la emergencia del hombre como un animal más. En este libro Darwin escribe: “Entre los salvajes, el débil, físicamente o de entendimiento, es rápidamente eliminado, y los que sobreviven exhiben normalmente un estado de salud vigoroso, en cambio, nosotros, las personas civilizadas, hacemos los mayores esfuerzos por controlar ese proceso de eliminación. Construimos asilos para los imbéciles, tullidos y enfermos. Instituimos leyes protectoras del pobre y nuestros médicos se exigen al máximo en sus capacidades para salvar la vida de cada uno hasta el último momento”.
Por este motivo, fue fuertemente apoyado por los que apoyan la eugenesia y en 1942 el Galton Institute, que apoya firmemente la eugenesia, lanzó una ofensiva en el medio académico que, desde entonces, aceptó el darwinismo como única explicación del origen del hombre.
Según Lang-Stanton y Jackson en un documentario de la BBC del 16/04/2017 la eugenesia tuvo éxito en EEUU donde se esterilizaron, apoyados por leyes, que fueron formuladas a fines del siglo XIX e inicio del XX, entre 60 y 80 mil personas. Fueron esterilizados: sordos, ciegos, epilépticos, “débiles mentales”, hasta pobres, pues la pobreza tenía su propio diagnostico medico: pauperismo. En Virginia y California siguieron esterilizando hasta 1979.
Hitler copió párrafos enteros de Darwin en su libro Main Kampf, y apoyo la eugenesia eliminado gitanos, homosexuales y judíos, lo mismo hizo EEUU que practico la eugenesia hasta 1961, e Inglaterra o sea el Imperio anglo-sajón.
Según Sandin el éxito de esta teoría se debe fundamentalmente a Sir Thomas Henry Huxley que fue presidente de varias instituciones científicas como la Geological Society, la Ethnological Society, la British Association for the Advancement of Science, la Royal Society, etc.
En su libro “Pensando la Evolución, pensando la vida” Sandin (2010) explica que lo que el poderoso Huxley ayudo a construir, fue resultado de la revolución de la nueva burguesía inglesa surgida de la Revolución Industrial. En la segunda mitad del siglo XIX las clases medias de Gran Bretaña adquirieron un poder creciente que fue desplazando a la nobleza y a los terratenientes tradicionales. Este nuevo poder luchaba por una reforma que incluyera la educación laica, que liberase a la ciencia de la tutela de la Iglesia establecida y justificadora del orden tradicional.
Desde el inicio el darwinismo tuvo el apoyo por parte de los grandes magnates sociales como Rockefeller y Carnegie. John Rockefeller afirmó que la supervivencia de los más aptos era una ley natural y divina, es decir, que las cosas son como son porque son leyes naturales. En definitiva, el libre mercado, donde el poderoso se fagocita al débil, y el darwinismo van juntos.
Precisamente Friedrich Hayek, Premio Nobel de economía y asesor de Reagan, Thatcher y Pinochet escribe “Las demandas de justicia social carecen de sentido, porque las demandas de justicia son sencillamente incompatibles en cualquier proceso natural de carácter evolutivo”
El darwinismo de Huxley que incluye el “azar” y la selección natural fue la ideología de esta revolución como forma de rebatir la “intervención divina en la explicación del mundo y fundamentalmente del hombre. El hombre, así, es producto del azar, de la casualidad, no existe ningún proposito o con alguna finalidad. En 1863 Huxley escribe en el Times que la publicación del Origen de las Especies de 1859 por Darwin marca la huida de la ciencia de las idolatrías de una creación especial a la pura fe en la evolución.
Y Sandin también toca un tema de gran actualidad cuando señala que “El asfixiante poder de manipulación, de control de la información que se ha puesto especialmente de manifiesto durante el “año de Darwin” (2009: 200 años del libro), con las narraciones repletas de omisiones, medias verdades y mentiras completas, con la colaboración de “estómagos agradecidos” e incluso de sus propias víctimas convencidas de estar defendiendo la ciencia de los ataques del oscurantismo.
Sin embargo, el que mejor expone el darwinismo en tiempos modernos es Jacques Monod (1976), para él existen 3 propiedades de la vida: teleonomía, que significa que los organismo tienen un proyecto, pero ese proyecto no significa la intervención de algún agente externo, sino que es propio de su organización interna, la morfogénesis que determina por interacciones internas las formas de los organismos autónomamente, implicando una libertad casi total de agentes exteriores y finalmente la invariancia reproductiva, porque los seres vivos pueden transmitir sus estructuras complejas, integralmente conservadas de una generación a la siguiente.
Y Monod explica “Es la propia existencia de ese proyecto, al mismo tiempo realizado y perseguido por el aparato teleonomico que constituye el “milagro”. ¿Milagro? NO, la verdadera cuestión está en un nivel diferente, y más profundo, de aquel de las leyes físicas: se trata de nuestro entendimiento, de la intuición que tenemos del fenómeno., no existe paradojos ni milagros, mas una flagrante contradicción epistemológica”.
Y adiciona para completar “La piedra angular del método científico es el postulado de la objetividad de la naturaleza. Esto es, la recusa sistemática en considerar como capaz de conducir aun conocimiento “verdadero”, toda interpretación de los fenómenos dada en términos de causas finales, o mejor de “proyecto”.
Pero, previendo objeciones, más adelante dice “Postulado puro, para siempre indemostrable”.
Monod completa su raciocinio explicando: ”Los seres vivos son maquinas químicas”, “como maquina, todo organismo, incluyendo el más “simple”, constituye una unidad funcional coherente e integrada” y finalmente “el organismo es una máquina que se construye a sí misma”, esto es no existen fuerzas exteriores que intervengan.
Igualmente establece que toda estructura primeria de una proteína nos aparece como producto de una elección hecha al acaso. Este acaso es captado, conservado, reproducido, por la maquinaria de la invariancia y así, convertido en orden, regla, necesidad. Acaso y necesidad los dos factores fundamentales de la evolución de los seres vivos.
Aun más, en un arrebato explica “El acaso puro, y, solo el acaso, libertad absoluta, pero ciega, en la raíz misma del prodigioso edificio de la evolución”.
Explica que las sociedades liberales de \occidente aun enseñan, de la boca para fuera (lo cual era la verdad), como base de su moral, una repugnante mezcla de religiosidad judeo-cristiana de progresismo científico, de creencia en los derechos naturales de los hombres y de pragmatismo utilitarista.
Y termina su libro “En fin, el hombre sabe que esta solo en la inmensidad indiferente del universo, de donde emergió por acaso. No mas que su destino, su deber no está escrito en lugar alguno. Cabe a él elegir entre el Reino y las Tinieblas”.
2.b) El segundo ataque a la concepción del hombre
Vamos a discutir el ataque realizado por Freud al concepto de hombre siguiendo algunos trabajos importantes sobre el tema (Pavesi, 2010; Valenzuela, 2016; Driver, 2013).
Sin embargo, siguiendo a Paul Ricoeur (1970), debemos examinar los 3 pensadores del siglo XIX que, junto con Darwin, desenmascaran los valores ilustrados de racionalidad y verdad; ellos son Freud, Nietzsche y Marx.
El medico austríaco Sigmund Freud (1856-1939) es conocido por ser el fundador del psicoanálisis, denominada psicología profunda porque la profundidad de la persona corresponde al inconsciente.
Se fundamente en la teoría evolutiva de Darwin, para opinar que el desenvolvimiento del hombre es igual al de otros animales, sin embargo, al organizar su psique en interacción con el medio familiar, social, cultural, lo hacen más complejo, pero no existe ninguna diferencia cualitativa.
Distingue las instancias que forman la psique humana que son el ello, el yo y el superyó. El ello es el componente innato de las personas que nacen con él. Consiste en los instintos y deseos originados por el placer. El yo surge de la interacción del hombre con su realidad, adecuando el ello al ambiente en que vive. El yo busca regular los impulsos del ello, al mismo tiempo que busca satisfacerlos de una manera realista. El superyó se desarrolla a partir del yo y trata de los ideales y valores morales y culturales de la persona.
Considera a la psicología una ciencia como la física o la química que, aun considerando sus partes no conocibles, es posible establecer las leyes a las cuales obedecen. Para Freud la naturaleza está regida por la fuerza de la necesidad, considerando esta como escasez, coerción, una fuerza mecánica e indiferenciada.
Y como antípoda absoluta de la necesidad se encuentra el deseo humano, imperativo ineludible de placer, de placer inmediato y total. El deseo manifiesta así, para Freud, la esencia primordial y originaria del hombre, pues nos remite a sus pulsiones inconscientes, irracionales que coinciden con las primitivas experiencias de la vida: la infancia.
Sin embargo, el deseo considerando la primera forma de libido que tiene como otro a su madre, recae en sí misma, se cierra en sí misma. La psique en sí misma es amoral, ajena al bien y al mal, por algo más profundo, porque se opone a la esencia de la moralidad en general ya que es regresivo y egocéntrico y contrario al carácter comunitario.
Con el modelo del yo, el ello y el superyó extrapolado afirma que la sociedad y la cultura no son más que una combinación de pulsiones y del complejo de Edipo-por el que el niño expresa deseo hacia la madre y agresividad hacia el padre-de esta forma la oposición entre la sexualidad y la moralidad, entre libido y cultura se desvanece porque surge una nueva polaridad, más profunda y excluyente que ninguna :hora entre las pulsiones de la vida (Eros) y las pulsiones de la muerte.
El enemigo principal de la cultura no será ahora la sexualidad, destinada al placer, sino la agresividad y la muerte. La naturaleza humana revela su malignidad en estas pulsiones originarias, pulsiones de destructividad, agresividad, en general pulsiones de muerte.
Estas pulsiones de muerte se manifiestan como agresividad del sujeto hacia los otros o hacia sí mismo, como el odio del hombre por el hombre, que permite a Freud explicar las guerras irracionales, la infelicidad de la vida, y las diversas formas de suicidio y criminalidad, la esclavitud, el dominio y la crueldad. El hombre resulta la criatura más siniestra y aterradora como Freud lo escribe en el Malestar en la Cultura: “Bajo circunstancias propicias, cuando están ausentes las fuerzas anímicas contrarias que suelen inhibirla se exterioriza también espontáneamente, desenmascara a los seres humanos como bestias salvajes que ni siquiera respetan a los miembros de su propia especie” (Freud, 1979).
Finalmente, Freud pone de relieve la actividad estereotipada de los actos obsesivos de los neuróticos, a los que compra con las prácticas devotas con las que el creyente atestigua su piedad. Freud piensa que, en el sujeto religioso, existen mecanismo de la neurosis obsesiva. Así define a la religión como una neurosis obsesiva universal y, de modo más genérico, la dependencia de la voluntad de representaciones inconscientes que escapan a la consciencia.
La reflexión psicoanalítica, que puso límites a la consciencia, rompe con la racionalidad tradicional de la ilustración y descubre los caminos de la violencia reprimida, que hablan por sí mismas en el cuerpo de los sufrientes. La insistencia de Freud en su teoría del inconsciente sacudió todo el edificio entero de la filosofía moderna.
Siglo XVIII y la ilustración, sus consecuencias
Antes de considerar los próximos ataques a la persona y sus autores, debemos observar como el siglo XVIII fue fundamental en la historia del mundo occidental. Allí, se desenvolvieron los principales ideales de la denominada “modernidad”, que era un nuevo modo de pensar, de valorar, de sentir y de vivir. Sus consecuencias siguen vigentes en la mentalidad actual, porque sus ideales, aunque no cumplidos son los mismos de algunos contemporáneos.
La Revolución Francesa, que fue un efecto práctico más significativo no fue solo una revolución política, sino que abarcó toda la vida humana: una nueva idea de libertad, derecho, justicia, orden social con deseos de universalidad. Así surgió la crítica a la religión, al sentido de la vida, la ética, a los valores. La ilustración busca cambiar el fundamento de Occidente que era el cristianismo.
Surge también, en el inicio del siglo XIX, el positivismo De la mano de Augusto Comte y John Stuart Mill, es una exaltación del método científico, para el cual la sociedad debe ser fundada y condicionada por la ciencia. La ciencia sería la garantía del progreso humano individual y social.
Por esto Kant, resume su opinión sobre la ilustración escribiendo que significaba: madurez del hombre, de la humanidad, que había sido conducida por maestros, padres, sacerdotes etc. La autonomía humana, que se desvincula de su relación con Dios y se da sus propios principios morales y políticos.
El último tercio del siglo XVIII y primer tercio del siglo XIX, se caracterizan por la vigencia del idealismo alemán, en el cual se destaca Hegel, la ciencia es el método que debe aplicarse a la filosofía, y niega la metafísica. De aquí surgen el positivismo y el materialismo que niegan la realidad espiritual y para los cuales la única realidad objetiva es la matera.
2.c) El tercer ataque a la concepción del hombre
Nietzsche (1844-1900), es el autor de la filosofía que manifiesta la crítica más radical y agresiva que se halla realizado contra la “cultura establecida”, fundada en el cristianismo, en todas sus facetas: religión, filosofía, ciencia y moral.
Seguimos ahora, especialmente, los trabajos sobre el tema que nos interesa (Lolas y col, 2012, Audisio, 2014). Nietzsche utiliza la genealogía, que es exponer los orígenes de algo, como alternativa al método científico.
Nietzsche supone que la cultura occidental está viciada desde su origen, es racional y dogmática, dogmatismo que se manifiesta en la religión, la moral y en la filosofía y así se opone a la vida, a los instintos, y por eso es decadente. Han prevalecido los valores de los débiles, la misericordia y la compasión. El fundamento de esta filosofía es el platonismo, el mundo de las ideas, del más allá, que es apropiado por el cristianismo.
Sin embargo, lo que guía a Nietzsche es su concepto de la unidad de la naturaleza, que es algo que se nos impone en el cuerpo, en su carácter experiencial (Lolas y col). Nietzsche, se pregunta cómo pensar de un modo moderno la articulación entre naturaleza y espíritu. Una naturaleza pensada como exterioridad y el espíritu del hombre pensado como interioridad. Esta es la pregunta que movió también al empirismo, al racionalismo, al criticismo, al idealismo, al positivismo etc.
El idealismo mostro que no podemos pensar la naturaleza en y por sí misma, porque este camino es inviable para el hombre. Pero también no podemos pensar el hombre en y por sí mismo, porque resulta inviable. Nietzsche afirma que el problema está en saber si ese juicio favorece la vida y la conserva como especie. Y adiciona que estamos inclinados a afirmar que los juicios más falsos son los más necesarios para nosotros, que el hombre no podría vivir sino midiese la realidad del mundo puramente inventado de lo incondicionado, idéntico a sí mismo.
Para Nietzsche el pensamiento idealista de la infinitud es imposible para pensar lo propiamente natural. La vía idealista es la vía teológica que nos lleva a hundirnos en la noche de la nihilidad. Y profetiza lo que debe venir en los próximos dos siglos (XX y XXI) la ascensión del nihilismo. Su paso es inexorable y violento.
Solo podemos salir del nihilismo cuando derribemos a Kant, que es donde comienza a darse el problema de la infinitud, desde la “cosa en sí” kantiana a la idea hegeliana solo hay un paso.
Para Nietzsche la filosofía tradicional es dogmática, considera al ser como algo estático, inmutable, abstracto. Pero ese ser no existe, solo existe el devenir, el cambio, como pensaba Heráclito. Los errores de esta filosofía son: a) minusvalorada a realidad que es cambiante, b) se guía por conceptos generales y vacíos, c) crea una confusión entre lo último y lo primero, así Dios es lo último, pero también es lo primero. Como conclusión: Dios ha muerto.
Así llegamos a los conceptos más definidos de Nietzsche sobre el hombre: a) es un ser miserable, a medio hacer entre la bestia y el Superhombre, b) es el único animal que se debe hacer, o se supera para convertirse en el Superhombre o vuelve a la animalidad. Para superarse debe usar la” voluntad de poder”, para eso debe superar la moral tradicional decadente y alienante para llegar a una moral que coincida con su naturaleza.
2.d) El cuarto ataque a la concepción del hombre
Para entender mejor a Karl Marx (1818-1883) recurrimos a un libro de Erich Fromm (1962) que destaca la índole real del materialismo histórico y del socialismo para oponerlos como protesta a la enajenación del hombre en la sociedad industrial. Para Marx “no es la consciencia del hombre lo que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su consciencia”. Por eso el hombre concreto depende de su sociedad y de su clase social como cautivo de estas. La realización del hombre y su emancipación de las fuerzas sociales que lo aprisionan están así relacionadas.
Filosóficamente, el materialismo sostiene que la materia en movimiento es la estructura fundamental del universo. Este pensamiento es opuesto al de Hegel que pensaba que el mundo de los sentidos es variable mientras que la realidad es de las esencias sin cuerpo o de las ideas.
Marx critico el materialismo de su época que reducía todo a lo físico o químico sin ver el proceso histórico y social del ser humano. Igualmente, niega que el capitalismo resulte de una tendencia universal del hombre. Por eso puso una diferencia entre los impulsos humanos fijos y los constantes. El sexo y el hambre eran impulsos fijos, pero nunca fue el de obtener el máximo de ganancias como desea el capitalismo. No es el interés por el dinero y la ganancia material el principal motivo del ser humano y en su concepción del socialismo este interés dejaría de ser dominante.
Para Marx el hombre es un ser natural-activo, que comprende la materia, no como inerte sino como dotada de movilidad y pasible de evolucionar. Por eso, el hombre no es algo definitivo, él es una realidad abierta y dinámica rumbo a la plenitud que es inalcanzable. Así, no existe una realidad humana común y universal porque esto supone un ser dado e inmutable.
El hombre es un ser social e histórico. Lo que somos y hacemos depende de la sociedad en la cual vivimos. El hombre es un agente de sí mismo, se hace en la historia. Por eso la historia aparece como tarea del hombre, y de su trabajo. Más que pensar la realidad debe transformarla. Antepone la praxis, a la contemplación de Feuerbach, porque solo por la praxis el hombre se libera de la opresión y logra su realización.
Marx, considerando los socialismos utópicos, propone un socialismo científico, para lo cual critica el idealismo de Hegel, que era absoluto, que observaba la historia como una afirmación de la razón y a la filosofía como la interpretación de la realidad. Observa que en el sistema capitalista existen una aserie de contradicciones que llevan a la explotación de la clase trabajadora. Y deja al hombre alienado, reducido y como un medio del proceso productivo que se le superpone.
Finalmente distingue la sociedad primitiva donde toda la propiedad era común, todos participaban de la producción y de sus resultados, la sociedad esclavista donde aparecen el sometimiento y dominio, la sociedad feudal donde las relaciones de dominio permanecen pero de una forma distinta, la sociedad burguesa o capitalista donde pese a la conquista de los derechos del hombre, permanece el sometimiento de los trabajadores, donde el capitalista es dueño de las materias primas y de los medios de producción y los trabajadores solo su fuerza de trabajo.
Así para Marx, el sistema de producción de un momento histórico determinado es el que condiciona la historia humana y que la distribución entre sometedores y sometidos es lo que conduce a los cambios.
En estos cambios distingue tres etapas: la democrática la toma del poder político da lugar a una dictadura del proletariado que tendrá que obligar a la burguesía a ceder sus privilegios económicos y políticos, la etapa socialista donde el estado democrático, mientras potencia los medios de producción y fomenta la riqueza social va abolir las clases sociales, finalmente la etapa comunista meta final del proceso, abolidas la propiedad privada y las clases sociales el estado pierde su sentido y se extingue. Es una especie de Reino de Dios terrenal.
Concluimos, con el pensamiento de Vattimo que para mas allá de cualquier fundamentalismo es la kenosis (el vaciamiento de Cristo de todos sus atributos divinos, quedando solo como una criatura, sin dejar de ser lo que Èl es) protagonista de una historia salvífica, por la vía del vaciamiento y no por la “imposición de una verdad” que simplemente debe ser seguida. El “paradigma kenotico”, vivido en las palabras y acciones de Cristo, hace parte del camino de entrega del misterio de Dios.
Si el Dios de la metafísica es violento, el Dios Cristiano supera la metafísica porque supera la violencia. Así el cristianismo rompe con la ligación entre sagrado y violencia, porque la kenosis revela solo un gesto de “amor” salvífico.
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