La teóloga católica, respecto a la situación de la mujer en la Iglesia Roser Solé: "La Iglesia debe recuperar, en la práctica, la dignidad de las mujeres"
Es una de las portavoces de las asociaciones Alcem la Veu y Col·lectiu de Dones en l'Església, que trabajan en Europa para conseguir que "la mujer sea reconocida como sujeto de pleno derecho" en la Iglesia Católica
Se debe "recuperar, en la práctica, esta dignidad, que ha de ir acompañada de la igualdad, amagada en los entresijos de la estructura eclesiástica que ensombrece el mensaje del Evangelio
Apunta a la educación: "¿Qué conocen los seminaristas de la teología feminista? ¿Qué conocen de la teología que subyace en el mensaje de Jesús?". Tenemos más de 300 teólogas de los cinco continentes
"Dicasterios y congregaciones eclesiásticas se pronuncian sobre las mujeres, pero las mujeres no están, y esto es lo que no puede ser", señala
Apunta a la educación: "¿Qué conocen los seminaristas de la teología feminista? ¿Qué conocen de la teología que subyace en el mensaje de Jesús?". Tenemos más de 300 teólogas de los cinco continentes
"Dicasterios y congregaciones eclesiásticas se pronuncian sobre las mujeres, pero las mujeres no están, y esto es lo que no puede ser", señala
| RD/EFE
"Si ahora se habla de reconocernos la dignidad es porque antes nos la han quitado; la dignidad ya la tenemos, falta el reconocimiento eficaz", afirma en una entrevista con EFE la teóloga católica Roser Solé respecto a la situación actual de la mujer en la Iglesia Católica.
Solé es una de las portavoces de las asociaciones Alcem la Veu y Col·lectiu de Dones en l'Església, que trabajan junto con otros movimientos del resto de España y de Europa para conseguir, de la mano de otras muchas compañeras, que "la mujer sea reconocida como sujeto de pleno derecho" en la Iglesia Católica.
Las dos asociaciones luchan en favor de acabar con las evidentes desigualdades estructurales entre ambos sexos dentro de la institución católica, donde las mujeres no solo tienen restringido el acceso al sacerdocio, sino que además están ausentes de los principales espacios de poder y decisión de la Iglesia.
"Las mujeres, igual que los hombres, tenemos nuestra dignidad, una dignidad que nos viene dada por nacimiento y por el bautismo que, si bien se reconoce de palabra, está muy oscurecida a causa del clericalismo existente y de la secular cultura machista presente en la Iglesia", ha señalado.
La teóloga ha destacado que se debe "recuperar, en la práctica, esta dignidad, que ha de ir acompañada de la igualdad, amagada en los entresijos de la estructura eclesiástica que ensombrece el mensaje del Evangelio".
Roser Solé, que se define como una "católica crítica" que asimismo "quiere a la Iglesia", ha señalado que desea una institución abierta "que acompañe sin juzgar a toda la clase de familias humanas que puedan haber, y a toda clase de personas, es decir, sin hacer exclusiones a causa de su identidad sexual".
Las mujeres en el Evangelio y el sacerdocio femenino
La teóloga católica ha señalado que en la defensa del rechazo de la ordenación de las mujeres "hay un problema de tipo histórico: unos la niegan en base a que Cristo solo escogió a doce apóstoles, varones.
"¿Qué hacemos, entonces, con las seguidoras de Jesús?. No se cuenta con ellas, a pesar de que el Evangelio cita a las discípulas, ha subrayado la teóloga, que también ha destacado que "las afirmaciones, en cualquier dirección, deben hacerse a partir de una hermenéutica que tenga en cuenta los contextos y el sentido de las acciones dentro del mensaje del propio Jesús".
Una de las seguidoras a las que Roser hace referencia es María Magdalena, la primera persona a la que se le apareció Jesús después de la resurrección con el mandato de comunicar a sus hermanos que ella le había visto.
"Es el primer anuncio de la resurrección, que ella debe anunciar, una 'apóstola' entre los apóstoles, no es un detalle cualquiera, lo que debemos hacer es analizar el hecho", ha destacado.
Y sigue diciendo sobre la ordenación femenina, que "las circunstancias históricas han hecho que las mujeres vayan quedando excluidas de la ordenación sacerdotal", y si se trata de circunstancias históricas, hay que revisar su interpretación, porque es "absolutamente corregible", pese a que el papa Juan Pablo II cerró ese debate en los años 90 del siglo XX.
Otro problema es recurrir al argumento ontológico, es decir, que no se trata del sexo sino del ser, "aduciendo que hay una diferencia ontológica insalvable entre hombre y mujer, lo que carece de sentido, el ser es el mismo".
La educación en el cambio de la Iglesia
La educación es uno de los caminos, afirma Solé, que considera necesarios para transformar la Iglesia, y por eso reclama más presencia de teólogas en las facultades donde se enseña esta disciplina, por la que pasan muchos fieles laicos, hombres y mujeres, y religiosos y religiosas, en su proceso formativo.
Solé, que es miembro de la Asociación de Teólogas Españolas (ATE) y de la Asociación Europea de Mujeres Investigadoras en Teología (ESWTR), así como profesora en el Institut de Ciències Religioses de Barcelona (ISCREB), también ha apuntado hacia los seminarios.
Piensa que deben cambiar porque, si los futuros sacerdotes "no comprenden, comparten ni asumen esta problemática de la normalización de la situación de la mujer en la Iglesia, aun estaremos muchos más años así, esperando".
Como referentes académicas, destaca a Carmen Bernabé, Silvia Martínez Cano, Ivone Gebara, Elisabeth Schüssler Fiorenza, "y las más de 300 teólogas de los cinco continentes que tenemos en lista, autoras que apenas se conocen en los seminarios y facultades de teología y ni encuentras en las bibliografías de los libros firmados por varones".
"¿Qué conocen los seminaristas de la teología feminista? ¿Qué conocen de la teología que subyace en el mensaje de Jesús? El conocimiento y la voluntad al lado de pedir con insistencia al Espíritu Santo, a la Santa Ruah, un cambio en la institución eclesial, tiene que llevarnos a buen puerto".
En este contexto, se ha lamentado Roser Solé, de que en la Iglesia Católica se hable sobre las mujeres y los laicos, pero sin contar con ellos, y ha destacado que la sinodalidad, a partir del proceso mundial abierto por el papa Francisco para escuchar a todos los que forman la Iglesia, es un primer paso para una institución que, sin perder su esencia, actúe de una forma más horizontal.
"Dicasterios y congregaciones eclesiásticas se pronuncian sobre las mujeres, pero las mujeres no están, y esto es lo que no puede ser"
Es por eso que ha destacado el deseo común de todos los movimientos de corte feminista, de que algún día la Iglesia Católica cuente con un "liderazgo compartido" que sea "más plural y menos jerárquico".
"Dicasterios y congregaciones eclesiásticas se pronuncian sobre las mujeres, pero las mujeres no están, y esto es lo que no puede ser", ha remarcado.
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