"Mostró estar enterado de lo que pasa, pidió el cese de la violencia y reclamó la búsqueda del diálogo como camino para resolver nuestro problema" El clamor del Papa sobre Perú: "Ni un muerto más"
Mientras, el pueblo sigue mascando su rabia, el Perú se sigue desangrando y cada vez nos están dividiendo más
La gente que lee esas cosas, la gente que puede pensar, la gente que no solo ve la TV o lee los titulares de la prensa vendida es muy poca. Y el Estado lo sabe, lo aprendieron bien de Fujimori y Montesinos que, hasta redactaban o compraban y pagaban por los titulares de las primeras planas aunque no se correspondieran con lo escrito en el interior del periódico ¡Era lo que iba a leer la mayoría en los periódicos colgados en el kiosco de la esquina!
| José M. Rojo Garcia
La frase suena a vieja cantaleta -repetida hasta la saciedad- en un país con más de 50 muertos en el corto tiempo que lleva de presidenta Dina Boluarte. Pero escuchada este domingo pasado en boca del papa Francisco, desde el balcón del Vaticano y con una enorme bandera peruana extendida sobre las cabezas de peruanos en la plaza de S. Pedro tiene indudablemente otra connotación. ¡Lo he visto y lo he escuchado!
Igual que tienen otra connotación las palabras de rechazo y condena -sumándose a los obispos peruanos- “a toda violencia venga de donde venga”, pues “La violencia apaga la esperanza de una justa solución de los problemas”. En el papa Francisco esa violencia nunca por nunca puede verse solo en los manifestantes o en los llegados del interior del país “para tomar Lima”. No, Francisco repetidas veces ha denunciado la “violencia estructural”, la “violencia de la economía o del poder” -también de los estados- que oprime, desprecia, margina y desoye a pueblos enteros y provoca, muchas veces en éstos, otra violencia física más visible.
En su corta referencia durante el rezo del Angelus, el Papa mostró estar enterado de lo que pasa en el Perú, pidió el cese de la violencia y reclamó la búsqueda del diálogo como camino para resolver nuestro problema. Diálogo del que mucho más clara y ampliamente ha escrito en su última encíclica Fratelli Tutti (F.T. cap VI). Búsqueda del diálogo que no solo implica decirlo sino abrir canales eficaces para que ese diálogo conduzca a resultados visibles y constatables.
Un gran agradecimiento al papa Francisco por haberse dirigido al Perú, a todos los peruanos, por haber mostrado preocupación por nosotros y por haberse pronunciado firme para que no haya ni un solo muerto más y para que cese la violencia que nos desgarra y desangra como país.
El gobierno reaccionó de inmediato: "Agradecemos a Su Santidad el Papa Francisco por tener presente al Perú en sus oraciones". Y añadió: “Ese es también nuestro camino: el cese de todos los actos de violencia y el diálogo entre hermanos de una misma nación" Pero pareciera que no quiso profundizar en las palabras del Papa, sino que simplemente se las apropió como si hubiera expresado el Papa que bendecía todo lo que está haciendo el gobierno.
Ninguna otra explicación puede haber cuando todos hemos visto a una tanqueta derribar las puertas de la Universidad de S. Marcos para que entrara la fuerza policial y, a la vez, hemos visto y escuchado la negativa a que entraran profesores de ese centro y abogados para asistir a los estudiantes de provincias allí detenidos, asustados y tumbados de mala manera en el suelo por la policía. Nos consta, incluso, del impedimento de actuación a la Defensoría del Pueblo y del maltrato a abogados que solo intentaban hacer su trabajo en el campus.
La presidenta y voceros del gobierno han hablado varias veces de diálogo, sí, pero que se sepa, las únicas muestras han sido la prepotencia, el abuso, el atropello de múltiples derechos humanos. “Canales eficaces de diálogo”, concretos, ninguno hasta ahora.
Muchas son las voces que se expresan en otro sentido. Hoy mismo, lunes 23 de enero, en La República, Alexandra Ames, de la U. del Pacífico tiene expresiones como estas: “Aquí lo que hay es odio, una cultura de odio que se refuerza de Estado a ciudadano y desde ciudadano a Estado”, “Ahora para el caso de los manifestantes que tiran piedras, ¿por qué pedirles que sean buenos ciudadanos si nunca en su vida han podido ejercer ciudadanía plena?”, “Policía… al que nunca le enseñaron lo que es la democracia, ni en el colegio ni en la escuela de suboficiales. Estos policías solo saben seguir órdenes y tienen miedo…” “Cuando aprendamos a reconocernos como ciudadanos y respetarnos en nuestras diferencias, por fin habremos evolucionado y seremos un país desarrollado”.
Por desgracia, la gente que lee esas cosas, la gente que puede pensar, la gente que no solo ve la TV o lee los titulares de la prensa vendida es muy poca. Y el Estado lo sabe, lo aprendieron bien de Fujimori y Montesinos que, hasta redactaban o compraban y pagaban por los titulares de las primeras planas aunque no se correspondieran con lo escrito en el interior del periódico ¡Era lo que iba a leer la mayoría en los periódicos colgados en el kiosco de la esquina!
¿Seguiremos esperando para confirmar actitudes y sospechas? ¿Hasta cuándo seguiremos diciendo con A. Ames que el gobierno de la señora D. Boluarte “no es una dictadura porque es constitucional”, pero que “los hechos en los que su gobierno se ha sumergido la alejan totalmente de lo que se entiende por democracia…esta no es una opinión, es un hecho que tanto personas de izquierda, de derecha o de centro deberían aceptar?”.
Mientras, el pueblo sigue mascando su rabia, el Perú se sigue desangrando y cada vez nos están dividiendo más.
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