El ecumenismo y la misión son inseparables, afirma el cardenal Koch, en Lambeth: "La expresión 'diversidad reconciliada' describe la situación ecuménica actual"

Discurso en la Conferencia de Lambeth
Discurso en la Conferencia de Lambeth

Alocución del prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos en la Conferencia de Lambeth que se celebra en Londres y que reúne a 600 obispos de la Comunión Anglicana: del camino común también depende la eficacia de la evangelización

Dado que en varias ocasiones en la historia de la Iglesia ha habido ejemplos de exclusiones, o incluso persecuciones en nombre de la propia Iglesia, contra quienes tenían ideas diferentes, el cardenal pide una "comprensión horizontal" de la unidad en la línea de la reconciliación y el equilibrio entre las distintas tradiciones eclesiales

(Vatican News).- Unidad o visión común: este fue el núcleo del discurso del cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en la Conferencia de Lambeth en su noveno día de trabajo. Una delegación católica también fue invitada al encuentro, que se inauguró el 26 de julio y finalizará el 8 de agosto, y que reúne a 600 obispos de la Comunión Anglicana, para reflexionar sobre el tema "La Iglesia de Dios para el mundo de Dios: caminar, escuchar y testimoniar juntos". El discurso del cardenal, ausente por motivos de salud, fue leído a la asamblea por el reverendo Anthony Currer.

El movimiento ecuménico desde la perspectiva católica

El cardenal Koch escribió su reflexión citando uno de los documentos católicos fundamentales sobre el tema del ecumenismo, la declaración Unitatis redintegratio promulgada por Pablo VI en 1964. En el texto reafirma que todos los cristianos están vinculados entre sí por el Bautismo y los fundamentos de la fe y la tradición, y que Dios quiere que su Iglesia sea un signo para el mundo. El documento también definía la división entre las confesiones cristianas como fruto del pecado por el que hay que hacer penitencia.

Visión común y unidad

La reflexión del cardenal pasa a continuación a lo que es, o debería ser, el objetivo del movimiento ecuménico hoy, citando como una de las principales dificultades el hecho de estar de acuerdo en querer la unidad, pero no en qué tipo de unidad perseguir. Dado que en varias ocasiones en la historia de la Iglesia ha habido ejemplos de exclusiones, o incluso persecuciones en nombre de la propia Iglesia, contra quienes tenían ideas diferentes, el cardenal pide una "comprensión horizontal" de la unidad en la línea de la reconciliación y el equilibrio entre las distintas tradiciones eclesiales.

El desafío del pluralismo

"En el intento de recuperar la unidad de la Iglesia – escribe el cardenal Koch – el ecumenismo se enfrenta hoy a otro gran desafío". Se trata del pluralismo, un término "para designar la llamada experiencia posmoderna de la realidad". La mentalidad posmoderna también es efectiva en el pensamiento ecuménico actual, ya que el pluralismo eclesiológico se ha convertido en gran medida en algo plausible y tener diferentes Iglesias se considera una realidad positiva:

“La expresión 'diversidad reconciliada' describe la situación ecuménica actual”

Así lo señala el cardenal, recordando la necesidad compartida de orientar los esfuerzos ecuménicos "a la oración del Sumo Sacerdote de Jesús, en la que pedía por la unidad de sus discípulos".

Superar las divisiones para dar testimonio de Jesús

Hacia el final de su discurso, el prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos recuerda cómo los participantes en la primera Conferencia misionera mundial de 1910 señalaron que la falta de unidad entre los cristianos amenazaba la credibilidad de su testimonio en el mundo. "Las divisiones de la cristiandad demostraron entonces ser una fuerte barrera para la evangelización – escribió el cardenal Koch – y esto sigue siendo cierto, como recuerda el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium en la que se refiere en particular a los contextos de Asia y África, dentro de los cuales la búsqueda de caminos hacia la unidad se hace aún más urgente".

Y concluye afirmando que “el testimonio ecuménico común de Jesucristo en el mundo de hoy sólo es posible cuando las Iglesias cristianas superan sus divisiones y pueden vivir en unidad en la diversidad reconciliada". El ecumenismo y la misión son inseparables, porque sólo así la 'Iglesia de Dios' es verdaderamente 'para el mundo de Dios'".

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