La reconstrucción de una sinagoga en Jerusalén dispara una nueva oleada de violencia

La sinagoga Hurva está situada en la ciudad vieja de Jerusalén, a sólo 400 metros de la explanada de la Mezquita de Al-Aksa. El gobierno israelí ha impulsado la restauración de este enclave que, según algunas tradiciones judías, marcaría el comienzo de la reconstrucción del templo. El grupo politico Hamás convocó a sus seguidores para responder de forma violenta ante lo que consideran una grave ofensa.


La llamada a la violencia ha tenido un efecto inmediato. Los enfrentamientos entre palestinos y el ejército israelí se han extendido por Jerusalén y Cisjordania durante toda la semana, con la trágica consecuencia de una víctima mortal. Un joven palestino de 16 años perdió la vida en un enfrentamiento con el ejército israelí que se produjo cerca de la ciudad de Naplusa, en uno de los asentamientos judíos en territorio cisjordano.

El detonante de este nuevo foco de violencia fue la inauguración de las obras de restauración de la sinagoga conocida como «Hurva» en el territorio judío de la ciudad vieja de Jerusalén. Esta antigua sinagoga, que posee un gran valor histórico y simbólico para los judíos, había sido destruida durante la guerra de 1948. El nombre de Hurva significa «ruina», lo que ha sido durante estos últimos 60 años. Pero el Gobierno de Israel se ha propuesto restaurar y reconstruir la sinagoga, que está situada a 400 metros de la mezquita de Al-Aksa.

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