Entrevista para 24 Vaud & Régions “Tomó siglos construir la Navidad”
El exégeta Thomas Römer desentierra las raíces de la Navidad y narra cómo esta fiesta cristiana fue inventada y reinventada desde la antigüedad.
| Thomas Römer - David Genillard (periodista) - Hanzel Zúñiga (traducción)
Si Roma no fue hecha en un día, debemos decir lo mismo de la fiesta de Navidad. Apenas mencionada en los Evangelios, el relato de la Natividad fue engrosado por elementos paganos, interpretaciones bíblicas y mecanismos de marketing a través de los siglos. Exégeta atípico, arqueólogo de los textos sagrados, con un curriculum tan lago como una genealogía, Thomas Römer nos narra esta fascinante aventura.
Navidad trae consigo un imaginario muy disparejo: el pesebre, el buey y el burro, los regalos, el árbol… ¿Cuáles están realmente presentes en los Evangelios?
El Evangelio más antiguo, el de Marcos (hacia el año 70 e.c.) no menciona el episodio de la Natividad. Lucas y Mateo lo hacen, pero de forma muy diferente y sus relatos son tan sucintos y no evocan ninguna fecha de nacimiento. El buey y el burro son, por ejemplo, un añadido tardío, debido a una interpretación de un oráculo del libro de Isaías. Se puede leer allí que estos dos animales reconocen a su señor, a diferencia del pueblo de Israel. Agregarlos a la escena del pesebre quiere decir que ellos reconocen la llegada del Mesías. Tomó siglos para que el relato que conocemos se construyera. La imagen de la Navidad asociada a la nieve, a la noche, etc., es tardía: ella hace su aparición a partir del s. IX durante las misiones en los territorios escandinavos y germánicos. La Navidad se fusionó con Yule, fiesta que ya celebraba el solsticio de invierno en estas regiones.
¿De dónde viene nuestro deseo de embellecer continuamente el relato siglo tras siglo?
Yo creo que deseamos una bella historia del nacimiento. Ella es portadora de esperanza e impacta nuestro imaginario: un niño que viene al mundo en una noche oscura, en un pesebre o establo, que está en compañía de un buey y un asno… Ella nos deja percibir que, a pesar de la indigencia total allí presente, puede salir algo bueno.
¿Cuándo y cómo los cristianos inventaron esta fiesta?
Debemos esperar hasta el s. III para que surja una fecha “oficial” del nacimiento de Cristo. Antes de esta fecha la pregunta era poco discutida. Una de las primeras propuestas fue el 25 de marzo. ¿Por qué? Porque según el evangelio de Juan, Jesús habría muerto el 14 del mes judío de Nisán. Así pues, según una tradición judía, los grandes hombres mueren el mismo día de su nacimiento. De ahí la idea de asociar el 14 de Nisán que sería nuestro 25 de marzo. También, hubo una reflexión entre los Padres de la Iglesia que pensaban que este día correspondía más bien al de la Concepción por parte del Espíritu Santo [Anunciación]. Sumémosle a esta fecha nueve meses y llegaremos al 25 de diciembre. No fue por casualidad: esta fecha corresponde ya a dos fiestas muy populares en el Imperio Romano. Se marcaba el fin de los Saturnales, que duraban diez días durante los cuales se bebía mucho, el orden establecido era derogado y se daban obsequios. A partir de los años 250-270, se veneró también al Sol Invictus, el sol invicto: a partir del solsticio, las horas de luz solar iban creciendo cada día, atestiguando la victoria del sol sobre las tinieblas. Así como en otras fiestas, los cristianos recuperaron esta fecha e inventaron Navidad el 25 de diciembre.
¿Por qué sustituir las fiestas paganas?
Desde que el cristianismo se convirtió en religión del Estado en el Imperio bajo Constantino (380 e.c. [con Teodosio]), el reto era convencer a los no cristianos que podían continuar celebrando sus fiestas sin problemas transformándose en cristianos. Puedes tener dos discursos para convertir una población: todo eso que crees es falso, debes abandonar esas prácticas. Entonces, la fecha del 25 de diciembre -por ejemplo- es importante, pero la luz que adoras es, en realidad, la de Cristo. Esto lo vemos cuando estudiamos la historia de las misiones: las iglesias protestantes buscaban, sobre todo, marcar una ruptura, notablemente en África donde el culto a los Ancestros fue mal visto. La estrategia de los católicos fue mostrarse más flexibles integrando las costumbres ancestrales en el cristianismo. El mensaje es mejor recibido que si intentas condenarlo todo.
Esta estrategia no es propia del catolicismo. Los romanos la usaron antes que ellos.
Absolutamente. En el fondo es muy humano. El islam igualmente adoptó este mecanismo en cierta medida. No hay religión “pura”; siempre somos herederos de alguna cosa. No podemos imaginar el judaísmo sin las religiones egipcias y mesopotámicas, el cristianismo sin el judaísmo, el islam sin el cristianismo…
¿Cómo se festejaba la Navidad en su origen?
Es difícil de decir. No tenemos descripciones. Pero nos han llegado liturgias. Ellas nos permiten saber cuáles textos bíblicos eran leídos para esta ocasión, notablemente algunos libros proféticos. Pero los teólogos no eran sociólogos. Ellos no hablaban de lo que pasaba en el ámbito familiar. Aun así podemos intentar adivinarlo: algunos Padres de la Iglesia no estaban particularmente encantados de que se celebrara la Navidad, por eso insistían en la importancia de la Pascua. Podemos imaginar que en algunas regiones continuaron celebrando los Saturnales adaptándolos un poco.
Tradicionalmente, es la fiesta de Pascua la que está en el centro de la liturgia cristiana. ¿Cómo es que la Navidad la ha suplantado?
Los teólogos efectivamente han insistido en la Pascua como fiesta mayor. La resurrección es la afirmación central de la fe cristiana. Pero ella es más difícil de admitir para un no cristiano que el nacimiento de un niño con el cual todo el mundo puede identificarse. Navidad es más fácil de comercializar. Hay una noción de búsqueda de la armonía perdida. Esto es especialmente cierto en este período de coronavirus donde las personas buscan este ambiente de reunión familiar. Lleva consigo una forma de esperanza unida al solsticio: después de la noche, nos dirigiremos hacia la luz. Corresponde a una necesidad humana, casi universal.
¿El mito de Coca-Cola también contribuyó a este éxito?
(Se ríe). ¡Claro! ¡Juega un gran rol hoy! Papa Noel es una invención de Coca-Cola y un tipo de fusión con el personaje de san Nicolás. Es tan remarcable al punto de que esta figura se impuso rápidamente. Los cánticos que podemos escuchar en Coop o Migros [cadenas de supermercado suizas] se añadieron al cabo del tiempo y participaron en este éxito. Inclusive los no cristianos van a la misa o al culto de medianoche para escuchar este ambiente musical, que sin duda hará falta este año.
¿Antes del nacimiento de Papá Noel se intercambiaban regalos?
Sí, en algunas regiones eran traídas por el Niño Jesús. San Nicolás fue asociado también a esta práctica. Es una tradición heredada de los Saturnales y atestiguada en Navidad desde los siglos V y VI. Pero debemos esperar a la Reforma para que esta tradición se ancle verdaderamente en el imaginario de esta fiesta: la iglesia protestante, siguiendo a Lutero, buscó contrarrestar el culto de san Nicolás, juzgado demasiado católico. El mensaje era claro: continúa dando regalos, pero hazlo en Navidad.
Está de moda criticar la dimensión comercial de la Navidad. ¿Nos hemos alejado mucho del espíritu de esta fiesta?
Aun en este tiempo de pandemia, las tiendas abrirán, se trata de negocio. Pero pienso que este negocio corresponde también a un deseo de las personas de encontrarse en familia, de intercambiar obsequios, de compartir una buena cena. Esta fecha evoca una forma de nostalgia de la infancia y cada quien tiene recuerdos de estas fiestas en familia. Creyente o no, construimos una parte de nuestra identidad con la Navidad.
¿Tuvieron las grandes pandemias un efecto sobre la celebración de la Navidad?
Sobre esta fiesta específicamente es difícil de decir. Pero ellas han tenido el amplio efecto de empujar a la gente a cuestionarse sobre la noción de culpabilidad. El sentimiento de castigo divino estaba muy presente. Hoy no estamos, forzosamente, en la misma lógica, pero es evidente que para muchos esta situación interroga nuestro modo de vida, nuestra manera de consumir, incluso algunos ven una revancha de la naturaleza. Ella refuerza también la necesidad de encontrarnos en familia. ¿Veremos vigilias de Navidad por Zoom? ¿Funcionarán? Esto contradice directamente el espíritu de convivialidad y de reencuentro que buscamos para esta ocasión particular.
Original francés: Mythologie chrétienne – «Il a fallu des siècles pour construire Noël» | 24 heures (24 de diciembre 2020).