La española es una de las tres personas designadas para reformar la organización Amparo Alonso: "El decreto del Papa sobre Caritas Internationalis no está motivado por un mal funcionamiento o falta de eficacia"
"Desborda entusiasmo. Y pasión por lo que hace. Amparo Alonso es, desde el pasado 22 de diciembre, una de las tres personas designadas directamente por el papa Francisco para gestionar, temporalmente, la administración de Cáritas Internationalis"
"Mi voluntariado siempre ha estado presente en mi vida, con jóvenes o niños de familias en exclusión social, personas sin hogar, personas en tercer grado penitenciario, en España, o con niños de la calle, en Latinoamérica o África, con Cáritas, y con otras asociaciones de la Iglesia"
"En el decreto, el Santo Padre deja muy claro que su decisión no está relacionada, de ningún modo, con un mal funcionamiento, o una falta de eficacia por parte de la Confederación, ni de sus Cáritas miembros. Al contrario, precisamente porque la misión que lleva a cabo Cáritas es tan importante, es necesario reforzar la estructura de la institución"
"En el decreto, el Santo Padre deja muy claro que su decisión no está relacionada, de ningún modo, con un mal funcionamiento, o una falta de eficacia por parte de la Confederación, ni de sus Cáritas miembros. Al contrario, precisamente porque la misión que lleva a cabo Cáritas es tan importante, es necesario reforzar la estructura de la institución"
Desborda entusiasmo. Y pasión por lo que hace. Amparo Alonso es, desde el pasado 22 de diciembre, una de las tres personas designadas directamente por el papa Francisco para gestionar, temporalmente, la administración de Cáritas Internationalis (CI) tras el decreto pontificio que apartaba a toda la dirección anterior de una confederación que aglutina a 162 organizaciones de ayuda humanitaria, desarrollo y servicio social que trabajan en más de 200 países.
Nacida en Badajoz, casada y con hijos, esta licenciada en Económicas y especialista en Economía Social, Liderazgo Social y gestión estratégica, y desde 2020, responsable de incidencia y de campañas de CI, afronta esta nueva y delicada misión con el mismo espíritu de servicio con el que lo lleva haciendo desde que entró en Cáritas, como voluntaria, hace 28 años: "poniendo en el centro a las personas".
"Descubrí Cáritas y me entusiasmó"
Empezó a colaborar con Cáritas en España, en la parroquia de su ciudad natal, Badajoz. ¿Qué le impulsó a unirse a la organización sociocarititativa de la Iglesia y cómo recuerda aquellos años?
Desde mi juventud, la participación voluntaria en la vida de mi parroquia me movió y animó siempre a mirar la realidad de los más vulnerables. Y mi voluntariado siempre ha estado presente en mi vida, con jóvenes o niños de familias en exclusión social, personas sin hogar, personas en tercer grado penitenciario, en España, o con niños de la calle, en Latinoamérica o África, con Cáritas, y con otras asociaciones de la Iglesia.
Cuando estudiaba en la Universidad, fui elegida delegada de alumnos varios años, y en mi interacción con el profesorado, gracias a uno de ellos, descubrí Cáritas y me entusiasmó. De hecho, mis últimos dos años de mi carrera, y mis cursos del Doctorado, ya los combiné con mi trabajo en Caritas Badajoz, con la Universidad, con mi voluntariado y muchas otras cosas. ¡Todo es cuestión de organizarse! 28 años con diferentes Cáritas, diferentes realidades, o contextos, pero aquí sigo con todas mis ganas!
¿En qué se parece ese servicio al que ahora le ha encomendado el papa Francisco?
Lo vivido de forma directa, en mi contacto directo con las personas, durante tantos años, especialmente, en África, en España, o en Latinoamérica, es el motor de mi trabajo y mi vida. Cuando desde Cáritas hemos movilizado Naciones Unidas para mejorar el acceso a los medicamentos para niños con sida pediátrico, en África, o cuando hemos influido en los Pactos Globales sobre refugiados, portando a las personas afectadas, o buenos ejemplos del trabajo de Cáritas, y estos han sido considerados, lo vivido en el día a día, y que he llevado a estas esferas mundiales, llena de realidad estos marcos que a veces suenan tan teóricos.
El espíritu de Cáritas, sea a un nivel parroquial, diocesano, nacional, o mundial, o en esta tarea encomendada ahora por el papa Francisco, es siempre el mismo, poner en el centro a las personas, las más vulnerables. Detrás de cada una hay una historia de vida, que merece ser respetada, una dignidad que merece ser siempre, y, ante todo, reconocida, donde Cáritas escucha, acoge, promociona, impulsa y responde.
Hay un gran ejercicio de transparencia en el decreto del Papa sobre Caritas Internationalis, al nombrar un nuevo equipo directivo, del que usted forma parte. Pero, ¿cómo evitar que esta transparencia se convierta en un boomerang que arroje una sombra de duda sobre toda la institución, una de las más creíbles, al menos en España?
En el decreto, el Santo Padre deja muy claro que su decisión no está relacionada, de ningún modo, con un mal funcionamiento, o una falta de eficacia por parte de la Confederación, ni de sus Cáritas miembros. Al contrario, precisamente porque la misión que lleva a cabo Cáritas es tan importante, es necesario reforzar la estructura de la institución.
La decisión del papa Francisco forma parte de la reforma eclesial que desea, que incluye la revisión de todas las instituciones para que puedan, cada una según su finalidad, servir de modo renovado, a la misión de la Iglesia, y en especial, a toda nuestra confederación mundial en 200 países del mundo.
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