Una 'obra de arte' de tres ruedas que transforma vidas Supervivientes de la guerra de Camboya donan una silla de ruedas al Papa
El padre sinodal Enrique Figaredo, jesuita y prefecto apostólico de Battambang, presentó al Papa Francisco una versión especial de la 'silla de ruedas' producida por un taller de Phnom Penh
En este taller, las personas mutiladas por las bombas de racimo y las minas terrestres o discapacitadas por falta de vacunas encuentran trabajo, rescate y dignidad
Francisco se mostró encantado con la silla que lleva el escudo del papado en el respaldo y dibujos de dos palomas en los laterales: "La usaré hoy"
Francisco se mostró encantado con la silla que lleva el escudo del papado en el respaldo y dibujos de dos palomas en los laterales: "La usaré hoy"
| Salvatore Cernuzio
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Desde el corazón de Camboya ha llegado al Vaticano un regalo especial para el Papa: la «silla de ruedas Mekong». Totalmente artesanal, ha sido fabricada por la empresa social y caritativa Motivation International en el marco del proyecto Banteay Prieb, un taller a las afueras de Phnom Penh creado por los jesuitas en 1994 que imparte enseñanza técnica a personas con discapacidad. Apoyado por las asociaciones Manos Unidas, Misereor y Obos, en él estudian actualmente más de 200 alumnos.
El don del padre Figaredo
El padre Enrique Figaredo, jesuita de origen asturiano, prefecto apostólico de Battambangm desde el año 2000 y presidente de la Cáritas local, entregó la silla de rueda al Papa Francisco la mañana del 23 de octubre, a las puertas del Aula Pablo VI, antes del inicio de los trabajos del Sínodo. Lleva casi 35 años dedicado al cuidado de los necesitados, desde que empezó a trabajar en los campos de refugiados de la frontera entre Tailandia y Camboya en 1985.
«Un símbolo de solidaridad», calificó el regalo entregado al Papa, en declaraciones a los medios de comunicación vaticanos. Un símbolo también de resistencia y compasión, y también de esperanza que devuelve la movilidad, la dignidad y la independencia a innumerables personas».
"Una herramienta única para las aldeas remotas, donde viven personas que han sufrido accidentes o han perdido todo acceso a los medios de subsistencia"
Dignidad para los enfermos y marginados
Fabricada en madera, con tres ruedas, la silla está diseñada para adaptarse a las discapacidades locales, a la situación cultural y social del país, pero sobre todo a sus carreteras llenas de baches. Una herramienta única para las aldeas remotas, donde viven personas que han sufrido accidentes o han perdido todo acceso a los medios de subsistencia.
Son supervivientes de la guerra, pobres o personas mutiladas durante el sangriento conflicto civil de Camboya. Donde, entre otras cosas, los discapacitados son aislados o mantenidos al margen de la vida social. También son niños, incapaces de ir a la escuela o llevar una vida normal sin una silla de ruedas. Una silla, por tanto, transforma sus vidas, porque hace que vuelvan a ser activos en sus comunidades. Y no sólo eso, se convierte en una oportunidad laboral, porque muchos supervivientes se convierten en ayudantes y acompañantes de otras personas con discapacidad.
El poder de la solidaridad
El Papa Francisco, que en los últimos años se ha visto obligado a recorrer largas distancias en silla de ruedas por problemas de rodilla, «siempre ha sido un defensor de los marginados, ahora comparte esta misión de compasión», subraya el padre Figaredo, reconocible entre la multitud de padres sinodales por su Krama, el pañuelo a cuadros típico de la vestimenta camboyana. «El viaje de esta silla nos recuerda a todos el poder del amor, de la curación y de la solidaridad».
«Las personas implicadas en el proyecto – dice el jesuita, que también participa activamente en la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres (ICBL) – producen unas cien sillas de ruedas al mes. Y donde se creó la famosa silla de ruedas Mekong, produciendo y distribuyendo más de 1.400 ejemplares de esta silla por todo el país. Regalar una al Papa es una gran señal para quienes trabajan por la paz y la reconciliación en el mundo. Las víctimas de la guerra le ofrecen una silla de ruedas para que pueda hablar de paz desde ella».
Las víctimas de la guerra le ofrecen una silla de ruedas para que pueda hablar de paz desde ella"
"Sacramento" de la vida
Francisco se mostró encantado con la silla que lleva el escudo del papado en el respaldo y dibujos de dos palomas en los laterales. «Estaba encantado y también asombrado porque es una silla de ruedas diferente».
La de la silla es «una tecnología buena porque grupos como Handicap International, que nos apoyó primero, y luego Motiva International, que nos ayudó a diseñarla, en sencillez y asequibilidad hacen productos de calidad. Son sillas prácticas para la campaña. Cuando se lo expliqué al Santo Padre, se puso muy contento. Dijo: bien, la usaré hoy. Luego se sentó, pero quizá estaba un poco alto», sonríe Figaredo.
Sin embargo, se mostró feliz de ver al Papa, «contento y orgulloso de que Camboya reciba lo que para mí es un sacramento de vida, porque es un signo visible que cambia la vida de la gente, especialmente de los marginados». La esperanza es que de alguna manera «cambie también la vida del Papa, dándole fuerza y energía positiva para seguir adelante».