Muchos cristianos sienten que la iglesia no ha estado a la altura humana a la hora de tratar y cuidar a los sacerdotes que han dejado su ministerio y lo han dejado para contraer matrimonio. Se le ha denominado de manera despectiva "Reducción al estado laical". La palabra 'reducción' es muy fuerte e injusta.

- ¿No debería la iglesia valorar más y contar más para la pastoral con estos sacerdotes casados que serán sacerdotes para siempre por la imposición de las manos del obispo y que son personas con buena formación?

¿No se están desperdiciando valiosos talentos en un momento de necesidad extrema?

- La Iglesia ha recibido, enseñado, y vivido de generación en generación que el Sacramento del Orden Sacerdotal imprime carácter, y lo expresa con la frase: tú eres sacerdote para siempre. Sin embargo el ejercicio del ministerio está delimitado por la potestad de régimen o de jurisdicción, que se confiere para un servicio eclesial territorial o ambiental, pero siempre bajo la autoridad competente: Obispo y sus delegados. -El orden sagrado está siempre delimitado conforme a la normatividad canónica, con la clara intención de que sea ejercido en beneficio de los fieles. Tiene así la intención de que sea supervisado para evitar cualquier abuso de poder de alguna persona o de una comunidad-.

Sin embargo, la prudencia en el caso de las defecciones sacerdotales llevó a la autoridad eclesial a restringir incluso servicios pastorales como la enseñanza, que no implica el ejercicio litúrgico y sacramental propio del ministerio sacerdotal. En lo personal, considero que debiéramos aprovechar la formación y experiencia de los sacerdotes que han dejado el ministerio, en todos los campos de la acción pastoral, que no implican el estricto ministerio sacerdotal. Bastaría tener claridad de su buen testimonio personal, y de su competencia específica.

- Hay otro problema que afecta a la iglesia de gran manera. Es el posicionamiento de algunos cardenales en contra o en paralelo a las posturas del papa. Me refiero a algunos como Sarah, Vigano, Burker, entre otros.

¿No cree que estos posicionamientos hacen un daño muy grande creando sensación de división y confusión en la iglesia?

- La división y la ruptura con la enseñanza de los Papas, y en particular ahora del Papa Francisco, aludiendo a sus decisiones y orientaciones pastorales, son un testimonio muy doloroso, que daña profundamente la comunión. Es algo que hiere directamente el corazón del mensaje de Jesucristo: Padre, que sean uno, como tú y yo somos uno: Jn 17,21.- Desde mi punto de vista no han entendido el Concilio Vaticano II, recordando que es la Palabra de Dios y la interpretación de los signos de los tiempos, la clave de la fidelidad a la voluntad del Padre. Los acontecimientos interpelan a la humanidad, y la Palabra de Dios ofrece los elementos para descubrir la voz de Dios en ellos.

Si nos quedamos solamente en la interpretación literal de la Sagrada Escritura, sin lugar a dudas edificaremos un concepto de Dios a la medida de mi personal ideología. El ejemplo más claro es el juicio y la condena de Jesucristo, que promovieron los Fariseos y Saduceos de su época en nombre de la ley de Dios para su pueblo Israel.

Solamente la conciencia de discípulo (humildad), y el aprendizaje en constante desarrollo del seguimiento del Maestro Jesús (escucha de la Palabra de Dios e interpretación de los Signos de los Tiempos), con la indispensable asistencia del Espíritu Santo (Oración), y realizado en comunidad (Caridad), nos permite caminar en la fidelidad y en el amor a Dios, Nuestro Padre.

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