Cómo divertirse poniendo en peligro la salud de los demás. De niñas ways, niñatos pijos y botellópteros.

"Cría cuervos y te sacarán los ojos"

 No hay día, últimamente, viendo las noticias, en que no me enfurezca sobremanera. El virus sigue acechándonos por todas las esquinas, disfrazado de variantes, y nuestros jóvenes, ellos, elles y ellas, son incapaces de controlar sus bajos instintos de pasárselo bien, aunque eso suponga una amenaza evidente para  la salud de toda la población. Los botellones  son innumerables, las faltas  de prevención descaradas y, para colmo, se enfrentan a la autoridad cuando se les pide que guarden las normas como cualquier ciudadano de bien. Las UCIS siguen presionadas por tantos ingresos, la Atención Primaria desbordada y muchos jovencitos imbéciles lo celebran cantando y bebiendo a su antojo. ¡Hombre, un poco de dignidad y respeto!

El endiosamiento y la permisividad a los que estamos sometiendo a la juventud se está pasando de rosca. Creo que está llegando la hora de poner freno a este despropósito que es ya un acto delictivo contra la gente de bien. Se están convirtiendo en una amenaza para la salud pública y alguien tiene que decir basta. El miedo a perder votos aterra a nuestros políticos pero el miedo a perder vidas no les preocupa tanto. Y así se explica, en gran parte, la tragedia a la que estamos asistiendo.

Me parece estupendo que los jóvenes se diviertan pero que lo hagan sin convertirse en amenazas públicas porque, en esos casos, la ley debe aplicárseles sin compasión. Y algunos de sus padres, tal vez, sepan así qué tipo de hijos están alimentando, sin educación ni valores. El día de mañana ellos mismos serán víctimas de sus propios hijos cuando los echen a un lado en su vejez porque quieren seguir pasándoselo bien que es de lo que se trata. Somos lo que alimentamos en nosotros.

Cuando mañana, el Telediario siga abriendo portada con los jóvenes en botellón, en plazas, calles y playas, seguiré enfureciéndome contra esos jóvenes, contra estos políticos de pacotilla que tenemos y contra estos padres que miran a otro lado cuando sus hijos les piden dinero para irse de botellón y se lo dan sin haber dado un palo al agua. Nos quejamos justamente de los efectos del calentamiento global pero nos vamos a quejar mucho más aún del calentamiento y del incendio que va a producir esta falta de valores en los jóvenes y, para entonces, ya será irreversible. “Cría cuervos y te sacarán los ojos”.

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