Un santo para cada día: 17 de diciembre San Juan de Mata (Fundador de los Trinitarios)
Fue un santo venerado desde el siglo XIII, cuando se constituyeron los procesos, pero no fue canonizado, junto con Felix de Valois, hasta el 21 de octubre de 1666
| Francisca Abad Martín
Juan de Mata pasa por ser “El redentor de cautivos”. Fundador de la Orden de la Santísima Trinidad para el rescate de los prisioneros. Contemporáneo de Francisco de Asís y Domingo de Guzmán.
Nació el 23 de junio de 1160 en Franson-de-Barcelonette, en la Provenza Francesa. Los primeros estudios los hizo en su pueblo natal, después pasó a Marsella, donde estudió filosofía y artes liberales. Allí estuvo hasta los 20 años.
La “guerra santa” de los musulmanes en contra de los cruzados cristianos, daba lugar a un intenso tráfico de esclavos. Había miles de cautivos apresados en el Norte de África (Túnez, Marruecos, Trípoli, etc.). Por otra parte, la caída de Jerusalén a manos de Saladino, en 1187, motiva la organización de la Tercera Cruzada. En medio de toda esta problemática va Juan de Mata a estudiar a París para cursar teología en el Studium o Escuela de la Catedral, de donde surgiría después la famosa Universidad de La Sorbona. Recibió en París el grado de doctor en teología y el 23 de enero de 1193 fue ordenado sacerdote. Durante un tiempo ejerció como profesor y se relacionó con los monjes de la abadía de San Víctor, pero al celebrar su primera misa tuvo una visión, que fue decisiva para su vida. Había visto a Jesucristo (el Pantocrator) sentado en el centro, a su izquierda tenía un hombre negro y a su derecha un hombre blanco; a ambos los tenía amarrados, parecía como si se dispusiera a canjearlos. Juan interpretó la visión como que Dios le llamaba a hacer algo por rescatar a los cautivos, pero no sabía cómo.
Se retiró entonces a meditar en soledad, a una zona boscosa, a unos 80 Km. de París, llamada Cerfoid. Allí estaban 4 ermitaños, entre ellos el que había de ser su amigo, compañero y cofundador, Félix de Valois. Al exponerles Juan sus proyectos, ellos se unieron rápidamente a él y en 1194 ya estaba diseñado el germen de lo que sería la Orden Trinitaria. Estuvieron durante tres años en Cerfoid, haciendo oración, planificando, estructurando y redactando las Constituciones. Después se dirigieron a Roma para entrevistarse con el Papa Inocencio III, a quien Juan había conocido en París. Al Papa le pareció bien el plan de estos hombres y la Orden de la Santísima Trinidad fue aprobada el 17 de diciembre de 1198, dándoles también una carta para el rey de Marruecos. Como Juan era el más joven se encargó de la acción, dejando a Félix la parte más logística y espiritual del grupo.
Durante los años siguientes fueron rescatados muchos cautivos, algunos pagando su rescate con el dinero de limosnas y donaciones, otros incluso canjeándolos por frailes. Uno de los cautivos rescatados en estos años fue Miguel de Cervantes, que estuvo preso en Argel durante cinco años. Por eso el Príncipe de las letras españolas siempre tuvo una gran veneración hacia los Trinitarios, pidiendo en su testamento ser enterrado en el convento de las Trinitarias de Madrid.
Durante estos años se hicieron muchas fundaciones, incluso el Papa les había donado una gran casa en Roma, cerca del Coliseo, donde hicieron un hospital para acoger y curar a los cautivos rescatados, en cuya fachada mandó colocar Juan de Mata un rosetón con la visión que él había tenido en París y que se convirtió desde entonces en el símbolo de la Orden, junto con el hábito blanco con la cruz roja y azul, roja como la sangre de Cristo y azul como el Reino de Dios. En esta casa de Roma falleció Juan de Mata el 17 de diciembre de 1213. Sus restos han sido trasladados después a España y ahora reposan en la iglesia parroquial de San Juan de Mata, en Salamanca. Fue un santo venerado desde el siglo XIII, cuando se constituyeron los procesos, pero no fue canonizado, junto con Felix de Valois, hasta el 21 de octubre de 1666.
Reflexión desde el contexto actual:
Fue inmensa la labor humanitaria que los Trinitarios, capitaneados por Juan de Mata, llevaron a cabo en aquellos difíciles tiempos de persecución y esclavitud. Los tiempos han cambiado pero el carisma trinitario, trasmitido por el santo fundador a sus hijos, permanece vivo. Otro tipo de esclavitudes han venido a suplantar a las de otros tiempos y sigue habiendo hombres y mujeres que necesitan de ayuda para salir del pozo donde se encuentran metidos: Las redes de drogas, la trata de blancas y las mafias que trafican con emigrantes, están causando muchas víctimas que necesitan que alguien se ocupe de ellas. El espíritu trinitario no ha cambiado en el tiempo que lleva de existencia. La liberación de los oprimidos sigue siendo la razón de su vida para muchos miles de hombres y mujeres dispuestos a seguir en la brecha,empeñados en liberar a los espíritus a través de la de la enseñanza y la catequesis