"Hay que mostrarles la alegría del Evangelio", afirma el Secretario del Dicasterio para los Laicos Alexandre Awi Mello: "El Sínodo será una 'Amoris laetitia' para los jóvenes"
El viernes 14 de septiembre, el observatorio MediatrendsAmerica organizó un encuentro con el padre Alexandre Awi Mello, secretario del Dicasterio para los laicos, la familia y la vida, para abordar el tema "La juventud latinoamericana y la Iglesia Católica: Sínodo de los jóvenes, desafíos y oportunidades".
Este sínodo será una 'Amoris laetitia' para los jóvenes, se darán orientaciones generales. Esto permitirá que en cada país la pastoral las adapte a su realidad local y nacional. "O sea la Iglesia va a afirmar sus valores, la doctrina no va a cambiar, en cambio, sí debe cambiar la actitud de algunos obispos y sacerdotes hacia los jóvenes". En particular los jóvenes de América Latina podrán dar su aporte a la toda la Iglesia.
Escuchar a los jóvenes
En su intervención, ante diplomáticos y periodistas, el sacerdote brasileño subrayó la importancia de "escuchar a aquellos que son el tema del sínodo: los jóvenes". En este sentido tuvo gran importancia el pre-sínodo del 19 al 24 de marzo de 2018, cuando se escucharon a unos 300 jóvenes, además de las opiniones de los 15 mil que lo siguieron a través de los seis grupos de Facebook.
El sacerdote de Schoenstatt que trabajó 16 años con grupos juveniles, en Argentina, Brasil y Chile, indicó la colaboración dada por el Documento final de la reunión pre-sinodal de los jóvenes, el cual fue citado más de 70 veces en el Instrumentum laboris. Señaló que en el documento de los jóvenes se ve una línea de trabajo común a pesar de las diferencias: "Hay una síntesis que sirve para tocar el pulso de la juventud latinoamericana, muy heterogénea pero muy entusiasta". No solamente quienes frecuentan las parroquias ya que participó también un joven que es director de un grupo de ateos.
Mostrar la alegría del Evangelio
El secretario del dicasterio precisó que no hay que confundir el mito de la juventud, con los jóvenes que son quienes existen realmente. "Cada joven necesita una atención particular, porque cada uno es único. O sea que las consideraciones pueden ser un tanto genéricas". Después los obispos y responsables de cada país "verán cómo concretizarlas de acuerdo a las situaciones locales".
Indicó también la necesidad de presentarles el cristianismo de manera atractiva, "hay que mostrar la alegría del Evangelio", dijo. Y añadió: "Los mismos jóvenes tienen que llegar a otros jóvenes". "Primero tiene que haber el paso misionero y después llegará el paso catequético" aseguró, además de "crear espacios para que los jóvenes puedan ser protagonistas". Ejemplo de ello, es "la importancia de la música y del arte". Porque en la Iglesia "tiene que haber lugar para todo tipo de iniciativas", y una dificultad es que todo tenga que estar bajo la égida del párroco, pues muchas veces "la pastoral ordinaria no siempre logra satisfacerlas".
La piedad popular y los jóvenes
El prelado señaló también la importancia de la piedad popular, que "es una de las cosas más hermosas que tenemos en América Latina" que son muy estimadas por el papa Francisco pero que algunos sacerdotes no valorizan suficientemente. Las peregrinaciones por ejemplo "son un peldaño para que después se llegue a algo más". Señaló también la tendencia al crecimiento de grupos juveniles más tradicionales "atraídos por la liturgia, a diferencia de los años 60 cuando estaban más identificados con las causas sociales".
"Más que quejarnos debemos entender cómo atraer a los jóvenes, encontrar un camino para ellos". Y concluyó recordando que "es aquí se plantea un desafío para todos" ya que "la Iglesia católica latinoamericana pueda ser no solo receptora sino también aportar a la Iglesia universal".
(RD/Vatican News)