El Papa emérito Benedicto XVI, de 92 años, ve disminuir sus fuerzas y anhela su tierra, el estado federado de Baviera, según señaló a medios alemanes.
"Soy un hombre anciano al final de su vida", dijo el alemán Joseph Ratzinger durante una visita de periodistas de la emisora estatal de Baviera y del diario "Merkur" de Múnich a su lugar de retiro en el Vaticano.
"Mi corazón siempre está conectado con Baviera y siempre le recomiendo nuestra región al Señor por la noche", aseguró Benedicto XVI.
Desde su retiro en febrero de 2013, Benedicto XVI vive en un monasterio en el Vaticano junto en compañía de su secretario privado, Georg Gänswein.
Un corazón en Alemania
Si bien está débil para viajar, Gänswein relató que Benedicto XVI "frecuentemente dice: 'De todas maneras estoy en Baviera, con mi corazón simplemente recorro mi tierra natal'".
Y, de todas maneras, es posible encontrar un poco de Baviera en Roma. "El papa adora especialmente los platos dulces de su tierra", indicó su secretario privado.
Gänswein contó que, al principio, las monjas que atienden a Benedicto XVI también tuvieron que aprender a cocinar a la manera bávara.
Según la radioemisora de Baviera, un corazón de pan de jengibre con la inscripción "Dahoam es Dahoam" ("no hay como la tierra natal") cuelga en la entrada del lugar.
Gänswein también comentó que el papa emérito jamás lamentó su dimisión:
"La renuncia fue una decisión larga, muy rezada y sufrida, de la que nunca se arrepintió. El papa está completamente en armonía consigo mismo".
El 28 de febrero de 2013, Benedicto XVI se convirtió en el primer papa en más de 700 años en abdicar de forma voluntaria. Fue sucedido por Francisco, el argentino Jorge Mario Bergoglio, el 13 de marzo de 2013.