El convenio puso fin a medio siglo de relaciones rotas entre China y el Vaticano Roma estudia prorrogar "uno o dos años" el acuerdo provisional con Pekín

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Vaticano-China Agencias

Claudio María Celli: "El diálogo con China no es un camino fácil pero nos hemos embarcado en un camino de respeto, atención y comprensión recíproca para resolver los nudos que permanecen y las situaciones que nos dejan preocupados"

El más firme crítico del acercamiento mutuo, el cardenal y obispo emérito de Hong Kong Joseph Zen, renovó a inicios de año su ataque al acuerdo, aseguró que Bergoglio "no sabe mucho" sobre China

El Vaticano estudia prorrogar "por uno o dos años" el acuerdo provisorio para la designación conjunta de obispos que firmó con China en 2018, que vence el 22 de septiembre de este año y supuso el primer paso de acercamiento bilateral desde 1950.

"El diálogo con China no es un camino fácil pero nos hemos embarcado en un camino de respeto, atención y comprensión recíproca para resolver los nudos que permanecen y las situaciones que nos dejan preocupados"; planteó hoy el arzobispo Claudio Maria Celli, jefe de la delegación de la Santa Sede en la negociación con Beijing.

"Pienso que probablemente deberemos reconfirmarlo todavía por uno o dos años, aunque todavía la Santa Sede no tomó una decisión al respecto, que luego será comunicada a las autoridades chinas", agregó Celli en declaraciones televisivas.

El Papa quiere abrazar a China y Taiwán
El Papa quiere abrazar a China y Taiwán

Designación conjunta de obispos

Tras un lustro de acercamiento entre China y el Vaticano desde las elecciones de Francisco y el presidente Xi Jinping con apenas un día de diferencia en marzo de 2013, el gran hito bilateral fue la firma, el 22 de septiembre de 2018, de un acuerdo para la designación conjunta de obispos, que permitiría poner fin a más de 50 años de divisiones en una Iglesia en la que por medio siglo convivieron obispos leales a Roma y otros a Beijing.

En esa línea, con el texto del acuerdo aún secreto, se nombró a Stefano Xu Hongwei como coauditor de Hanzhong y a Antonio Yao Shun titular en Jining/Wulanchabu.

Gallagher y Wang Yi, en Pekín
Gallagher y Wang Yi, en Pekín Vatican media

Este año, el último paso del camino común de acercamiento fue la reunión a mitad de febrero de los cancilleres de la Santa Sede, Paul Gallagher, y de China, Wang Yi, que constituyó el encuentro de más alto nivel desde la proclamación de la República Popular China en 1949, ya que el Vaticano cortó entonces los vínculos con el gigante asiático tras el ascenso de Mao Tse Tsung al poder y estableció relaciones bilaterales con Taiwán.

Pese a que con más de 1.300 millones de habitantes en China hay "apenas" unos 10 millones de católicos, según las estimaciones más favorables de la prensa oficial, el Papa argentino no ahorró gestos hacia Beijing y reiteró en más de una oportunidad su intención de visitar el país.

Acercamientos y opositores

Los constantes acercamientos en el primer lustro de convivencia entre Francisco y Xi incluyeron puntos altos, como que Bergoglio obtuviera en 2014 el permiso de sobrevuelo que le había sido negado a Juan Pablo II en 1989, o que tanto el Papa como su secretario de Estado concedieran en 2016 y 2018 entrevistas a medios de comunicación del gigante asiático.

En ese marco, Celli planteó hoy que "el clima es positivo, es una atmósfera de respeto, claridad, corresponsabilidad, previsión".

"Intentamos mirar hacia el futuro y tratar de darle al futuro de nuestras relaciones una base profunda y respetuosa y yo diría que estamos trabajando en esta dirección", agregó.

Francisco y Zen
Francisco y Zen

"Es innegable que hay situaciones y eventos que requieren un camino que no será fácil, pero la Santa Sede quiere continuar en este paso, quiere avanzar y alcanzar una normalidad a partir de la cual el católico chino pueda expresar toda su fidelidad al Evangelio y también con respeto por ser chino; la Iglesia Católica en China debe ser completamente china pero completamente católica", finalizó Celli.

No sin críticas de sectores conservadores, la firma del acuerdo puso bajo órbita de Francisco a los últimos siete prelados que quedaban fuera del radar vaticano y sentó las bases para que las futuras designaciones fueran concordadas entre ambas partes.

El más firme crítico del acercamiento mutuo, el cardenal y obispo emérito de Hong Kong Joseph Zen, renovó a inicios de año su ataque al acuerdo, aseguró que Bergoglio "no sabe mucho" sobre China y, de gira en Estados Unidos, culpó al secretario de Estado Pietro Parolin de ser el origen de "todas las cosas malas" del vínculo pro-chino de la Santa Sede. 

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