El prior de los agustinos admite que la Iglesia "ha permitido la proliferación del mal sin atajarlo, incluso encubriéndolo" Alejandro Moral, OSA: "En nuestra Iglesia se han cometido y ocultado atrocidades, sin escuchar a los seres indefensos cuya vida habíamos convertido en un infierno"

Los agustinos dicen 'No' a los abusos y a la cultura del encubrimiento. En una potentísima carta dirigida a toda la congregación, y que RD les ofrece en exclusiva, su prior general, el español Alejandro Moral, OSA, pide perdón a todas las víctimas y denuncia el “pecado estructural” de la Iglesia ante este horror.

“En nuestra Iglesia se han cometido y ocultado tales atrocidades, sin escuchar, en ocasiones, a aquellos seres indefensos y vulnerables cuya vida se había convertido en un infierno. No valen las falsas justificaciones ni colocarse a la defensiva”, clama el agustino, que defino los abusos a menores como “una enorme tragedia y un tremendo escándalo, mayor aún si se dan en el seno de la Iglesia”.

“Nos cuestionan y nos hieren en lo más profundo, al tiempo que piden de nosotros respuestas valientes”, clama Moral, que sostiene que el de la pederastia “no es un problema ajeno y circunstancial, que no nos afecta ni nos va a afectar. Pensar así es una falsedad y un enorme error”.

Encubrir el mal

“Necesitamos una actitud mucho más productiva y transparente. También resulta imprescindible una mayor colaboración. Sólo así llegaremos a ser verdaderamente eficaces en la prevención, en la gestión y en la ayuda”, sostiene.

“Los abusos sexuales a niños y personas vulnerables se inscriben en un marco de horror y nos conmueven en lo más profundo de nuestra humanidad. No hablamos de casos singulares, sino de un pecado estructural, de haber permitido, como institución, la proliferación del mal sin atajarlo, incluso encubriéndolo”, admite Alejandro Moral, quien insiste en que, frente a este drama, “no caben el silencio ni la inhibición: no cabe mirar hacia otro lado ni minimizar el problema: no cabe la inhumanidad”.

El grito de los débiles sigue clamando al cielo

“El grito de los débiles usados y abusados sigue clamando al cielo. Y retumba en nuestro oídos y en nuestra alma”, reclama el prior de los agustinos, quien admite que, junto a la gravedad de los abusos, también se encuentra el modo en que se han gestionado los dramas de las víctimas. “Lo importante era evitar que se supiera, mantener la apariencia. Se trasladaba al culpable y se ocultaba el delito. Trágicos juegos de engaño en un mundo de sombras. El pecado de omisión ha sido enorme”, reconoce.

¿Qué hacer para frenar este horror? En su carta a la congregación, Alejandro Moral hace algunas apreciaciones, que en algunos casos se adelantan a las normas que implementará, en pocas semanas, la Santa Sede. “Ante cualquier denuncia es necesario realizar una investigación seria, tanto en los estamentos religioso como en los civiles (especialmente donde la ley civil pide la denuncia de los hechos)”, sostiene el prior, que también defiende la labor de los medios. “Los hechos son gravísimos. No podemos minimizarlos ni obviarlos refugiándonos en presuntas campañas anticlericales, como si todo fuera un ataque de los medios de comunicación. Los medios no son nuestros enemigos, sino que pueden ayudarnos”.

“Todos debemos luchar contra los abusos”, recalca el prior, quien aunque apunta que “el porcentaje de abusadores que pertenecen a la Iglesia católica es estadísticamente pequeño en comparación” con los acaecidos en otros ámbitos. “Esto no nos justifica de ninguna manera. En todo caso la gravedad es mayor al contradecir directamente la esencia del mensaje cristiano y la realidad de las personas consagradas, su autoridad moral”.

Medidas prácticas

En cuanto a las cuestiones prácticas para la orden, el prior de los agustinos relata hasta media docena.

1.- Fortalecer la vida comunitaria.Pido a los superiores mayores que tomen las medidas necesarias para que nuestras comunidades tengan un mínimo de 4-5 miembros.

2.- Redactar protocolos de actuación, para todos los casos de abusos a personas vulnerables, que “también deben conocer los responsables sede nuestras parroquias, colegios y otras actividades”

3.- Integrar la protección de menores y adultos vulnerables en nuestros programas de formación (…). Debemos estar atentos a la selección de los candidatos a la vida consagrada desde criterios objetivos y claros.

4.- Prestar una atención prioritaria a ls víctimas. (…)No son culpables, sino víctimas. Esto no lo debemos olvidar jamás.

5.- Apoyarse y orar los unos por los otros

6.- Contar con la ayuda de los laicos (…). Si hubiésemos pedido ayuda y asistencia a los padres, se hubieran adoptado medidas más enérgicas, rápidas y eficaces. Se hubiera evitado mucho dolor a las víctimas y a sus familias. También me parece imprescindible crear equipos de consulta y d investigación, en ambos casos con la presencia de laicos.

Llamada a las víctimas

El prior concluye dirigiéndose directamente a las víctimas de abusos. “Queridos hermanos y hermanas, víctimas de abusos: con todo el corazón os digo que los agustinos deseamos ser más sensibles a vuestro tremendo dolor, que haremos todo lo posible para escuchar mejor a las víctimas, reconociendo humildemente que no siempre lo hemos hecho; que nos comprometemos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para responder de forma eficaz y contundente a esta vergüenza, a este pecado; que asumimos la culpa que nos corresponder y que nos empeñamos en erradicar el mal. Para ello necesitamos vuestra ayuda. Queremos trabajar juntos. Aprender de vosotros y con vosotros”.

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