"Siguen siendo nuestras hermanas, aunque deje de haber un vínculo jurídico" La Federación Dominica tras el anuncio del convento de Santa Clara de dejar la clausura: “Su decisión es fruto de las nuevas formas de hacer el bien”
Sor María Teresa de Jesús Gil Martínez, priora federal de la Federación Dominica de la Inmaculada, avala la decisión del convento de Santa Clara, en Manresa, de dejar la clausura para poder seguir llevando a cabo su compromiso social con los más desfavorecidos
El Obispado de Vic ha “valorado positivamente” que la decisión de las dominicas tenga el visto bueno del Vaticano, al mismo tiempo que lamenta “la pérdida de la vida contemplativa”, si bien las monjas abandonan la clausura y no la contemplación
“Entendemos que su decisión es fruto de los nuevos carismas y de las nuevas formas de hacer el bien y de dar a conocer el Evangelio que están surgiendo”. Así ha sido la reacción de sor María Teresa de Jesús Gil Martínez, priora federal de la Federación Dominica de la Inmaculada, tras conocer la decisión del convento de Santa Clara, en Manresa, de abandonar la regla de la clausura, según adelanta el portal manresano Regió 7.
“Para nosotras, siguen siendo nuestras hermanas, aunque deje de haber un vínculo jurídico”, ha destacado la priora federal, conforme con la iniciativa de las hermanas de Manresa de abandonar una regla incompatible con el servicio a los más vulnerables que vienen realizando desde hace más de una década bajo el liderazgo de sor Lucía Caram a través de la Fundación del Convento de Santa Clara.
Por su parte, el Obispado de Vic ha “valorado positivamente” que la decisión de las dominicas —anunciada a mediados de diciembre— tenga el visto bueno del Vaticano, al mismo tiempo que lamenta “la pérdida de la vida contemplativa”, si bien lo que las monjas de la Orden de los Predicadores instaladas en Manresa lo que abandonan es la clausura, no la contemplación.
La aprobación por parte del papa Francisco, con quien sor Lucía Caram ha mostrado una gran sintonía, se ha producido durante los dos últimos encuentros, en junio y septiembre de este mismo año, entre el pontífice y la monja. Fue el propio Bergoglio quien sugirió a la comunidad de monjas que buscaran asesoramiento en el cardenal Joan Josep Omella a fin de encontrar una fórmula jurídica para dar cabida a lo que Caram reconoce como “un cambio radical de paradigma”.
Etiquetas