El polaco Marcin Jablonski se convirtió en la mano derecha del campeón del Rally Dakar El cura que sirvió de chófer por el desierto a Carlos Sainz: "Yo creía que sólo bendeciría su coche"

Marcin Jablonski
Marcin Jablonski

El Colegio Real Monasterio de Santa Isabel del distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona es un centro concertado y gestionado por la congregación Regnum Christi, con una docena de miembros en la ciudad

Un edificio al que cada día accede un millar y medio de niños y adolescentes y donde, desde que se ordenó, el cura Marcin Jablonski (Varsovia, 1990) sólo ha faltado una veintena de días en su trabajo de cura

Durante el pasado mes de enero, se convirtió en el sacerdote oficial del piloto Carlos Sainz con motivo de su participación en el Rally Dakar, en Arabia Saudita, donde quedó primero en la categoría de coches

"Yo creía que sólo bendeciría su coche y ya está, pero las cosas fueron muy diferentes", cuenta

"Bendecir el coche del campeón del Rally Dakar ha sido una de las mejores experiencias de mi vida"

(Agencia Flama).- En varios momentos del día, la presencia de chicos y chicas con uniforme es constante por las calles cercanas al Colegio Real Monasterio de Santa Isabel del distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona, un centro concertado y gestionado por Regnum Christi, con una docena de religiosos en la ciudad. 

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Un edificio al que cada día accede un millar y medio de niños y adolescentes y donde, desde que se ordenó (2023), Marcin Jablonski (Varsovia, 1990) sólo ha faltado una veintena de días en su trabajo de cura. Son los que, durante el pasado mes de enero, se convirtió en el sacerdote oficial del piloto Carlos Sainz con motivo de su participación en el Rally Dakar, en Arabia Saudita, donde quedó primero en la categoría de coches.

Marcin Jablonski
Marcin Jablonski Agencia Flama

"Yo creía que sólo bendeciría su coche y ya está, pero las cosas fueron muy diferentes"

Tras ser invitado por el padre de unos alumnos (ingeniero del equipo ganador, de la carrocería Audi) a “vivir un sueño que tenía desde pequeño”, confiesa, el religioso no se lo pensó dos veces: “Yo creía que sólo bendeciría su coche y ya está, pero las cosas fueron muy diferentes”, recuerda Jablonski, que hizo también de chófer y de fiel acompañante de un corredor de élite internacionalmente reconocido por su destreza al volante, en este caso de un vehículo eléctrico, "y que tiene un alto convencimiento religioso", admite.

Un convencimiento que Sainz manifestó cuando el polaco le regaló, al conocerle, una medalla con la imagen del Padre Pío, religioso italiano canonizado por Juan Pablo II —"un Papa, polaco como yo, por el que siento respeto", reconoce—, que fue entregada previamente a Jablonski con esta intención por el obispo auxiliar de Barcelona, Javier Vilanova. Así fue como este sacerdote que, en su Polonia natal, quería ser comerciante internacional o piloto de Fórmula 1, pudo combinar de nuevo su vocación con su pasión, aunque sean numerosos los proyectos deportivos que tenga entre manos.

De esta forma, dedica parte de su tiempo a coordinar un centro perteneciente a su comunidad —y situado a escasos metros del Colegio—, donde jóvenes de toda Barcelona pueden acudir para compartir su fe mientras utilizan salas de juegos, espacios de estudio e, incluso, una pequeña capilla. 

A diferencia de Arabia Saudí, Jablonski puede vestir con alzacuellos y llevar una cruz colgando del cuello; en Barcelona, sin embargo, se encuentra lejos del desierto que durante tres semanas le acogió ("un lugar por el que el pueblo de Israel deambuló durante años al salir de Egipto", puntualiza) y que espera volver a ver en un futuro no muy lejano.

Marcin Jablonski y  Carlos Sainz
Marcin Jablonski y Carlos Sainz

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