(Archimadrid).- Desde hace siete años, el Servicio de Asistencia Religiosa Católica Urgente (SARCU) cuenta con un número de teléfono (913 717 717) atendido por sacerdotes que ofrece asistencia espiritual de 22 horas hasta las 7 de la mañana. Si es necesario, con visitas a domicilio tras establecer contacto. Además, cuenta con laicos que se desplazan junto a los presbíteros durante las visitas físicas a quienes llaman para implicar a la Iglesia en su totalidad durante el proceso. De las 2.591 noches sin falta que lleva funcionando, entre otras muchas emergencias, ha servido para ofrecer la Unción de los Enfermos a 51 personas.
Hace unos días el cardenal José Cobo se reunía con los presbíteros que participan en esta asistencia espiritual. Uno de los sacerdotes que participa desde sus comienzos es el hoy vicario episcopal de la III, Ángel López Blanco, al que el pasado viernes 28 de junio, entrevistaron en El Espejo de Madrid de COPE. Una asistencia muy necesaria «porque hay mucha gente que vive sola, y la noche, que es un momento muy duro», por ello, «que las personas puedan contactar con un sacerdote, porque muchas veces cuando llaman preguntan ¿es usted sacerdote?».
📰El @CardenalCobo , al #SARCU: «Sois la vanguardia» de la atención pastoral
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) June 19, 2024
➡️El arzobispo de Madrid se ha reunido con los miembros del Servicio de Asistencia Religiosa Católica Urgente: «Es necesario implicar a muchos más sacerdotes»
🖊️@ErrarEsRomanohttps://t.co/cIVZiLWs2O
En un principio, el SARCU surgió «más como una respuesta, una necesidad de la Unción de Enfermos, en caso de necesidad extrema», pero con el tiempo, «te das cuenta de que hay mucha gente sola que necesita ser escuchada». En este sentido, López ha afirmado que «es verdad que hay llamadas que se podrían atender por las mañanas, pero creo que la opresión de la noche, la soledad, y la angustia que vive la gente, cuando saben que hay un teléfono donde pueden hablar con un sacerdote, que te puede escuchar, dar un consejo, y que te puedes sentir acompañado. Es un servicio estupendo».
«Para mí es una ayuda», es verdad que «esa noche estás inquieto porque no sabes qué va a pasar cuando te llaman», por ejemplo, «en una ocasión me llamó una mujer porque había fallecido su marido y me dijo que si podía ir a rezar con ella. Fue una experiencia preciosa para la familia, pero también para mí. Cuando volvía a casa le daba gracias a Dios».
En la reunión, el cardenal Cobo recordaba a los sacerdotes la necesidad de salir al encuentro para hacer que el Señor llegue a todas esas personas que lo necesitan, y de hecho para que esto sea posible, invitaba a todos a seguir animando a muchos más presbíteros a esta iniciativa, también lo hacía en la entrevista el vicario episcopal, «no solo pensando en el bien que haces sino en el bien que recibes, porque esta posición de escucha, de apertura, es un bien que todos necesitamos y que muchas veces por la rutina va decayendo».