Como en el caso del colegio del Opus, el líder del Sodalicio también es un laico Tras Figari, ¿Gaztelueta?
El 'todos, todos, todos' del Papa Francisco no sólo se refiere a la participación en la construcción de la Iglesia, sino también en la asunción de responsabilidades
Figari es un laico. Consagrado de aquella manera especial que se inventan quienes quieren clericalizar a los laicos (aún más), pero laico. Y eso lo convertía, según aseguraban los clásicos del Derecho Canónico, en casi 'inimputable' desde el punto de vista de la justicia eclesiástica. Hasta ahora
Ahora, solo falta que, al igual que en el caso del fundador del Sodalicio, Roma se pronuncie oficialmente. Algo que sucederá en breve. Que ya va tocando
Ahora, solo falta que, al igual que en el caso del fundador del Sodalicio, Roma se pronuncie oficialmente. Algo que sucederá en breve. Que ya va tocando
El Vaticano acaba de expulsar del Sodalicio de Vida Cristiana a su fundador, Luis Fernando Figari. Una medida histórica, que a buen seguro tendrá continuidad en las próximas semanas, con la reconfiguración de un carisma que no puede permanecer impasible ante los abusos y desmanes de su fundador (antes, incluso, de serlo) y muchos de sus responsables. Y es que el 'todos, todos, todos' del Papa Francisco no sólo se refiere a la participación en la construcción de la Iglesia, sino también en la asunción de responsabilidades.
Figari, quien incomprensiblemente todavía vive refugiado al amparo de instituciones eclesiásticas en Italia, tiene, además, una condición que hace que el proceso liderado por Scicluna y Bertomeu (gran definición la de los '007' del Papa trazada por José Manuel Vidal, por cierto) sea aún más relevante: se trata de un laico. Consagrado de aquella manera especial que se inventan quienes quieren clericalizar a los laicos (aún más), pero laico. Y eso lo convertía, según aseguraban los clásicos del Derecho Canónico, en casi 'inimputable' desde el punto de vista de la justicia eclesiástica.
¿Les suena el argumento? Porque es exactamente el mismo que han utilizado, desde hace casi dos años, quienes critican el procedimiento, también auspiciado por el Papa Francisco, para hacer justicia en el 'caso Gaztelueta'. Justicia canónica, pues la civil, a diferencia de Figari, ya trabajó, condenando en firme al pederasta José María Martínez Sanz, a dos años de prisión.
El exprofesor, que también es laico (numerario del Opus Dei, pero laico, de los que eligen permanecer célibes pero siguen siendo laicos), con la inestimable ayuda de quienes le apoyan frente al Papa (omitiremos, por el momento, nombres de personas e instituciones), tal y como hizo el Sodalicio, planteó serias objeciones sobre si un laico podría ser juzgado canónicamente. La decisión contra Figari, si cabía alguna duda, las ha despejado de un plumazo. Ahora, solo falta que, al igual que en el caso del fundador del Sodalicio, Roma se pronuncie oficialmente. Algo que sucederá en breve. Que ya va tocando.
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