"Casi todas las víctimas de abusos procedían de familias o instituciones católicas" El Estado Vaticano cambiará su ley para perseguir los abusos, se acabará con el secreto pontificio y se perseguirá a los encubridores
Hans Zollner desvela algunas de las claves de las nuevas normas que promulgará el Papa: “Los eclesiásticos no estamos fuera de la ley”
“Lo más importante para las víctimas es sentirse escuchadas”, asegura. Reconoce que en España “hay muchos más casos
El responsable de la Comisión Vaticana de Protección a Menores, ante la condena al cardenal Barbarin por negligencia: “Una persona que ha cometido un crimen tiene que cumplir su pena”
El responsable de la Comisión Vaticana de Protección a Menores, ante la condena al cardenal Barbarin por negligencia: “Una persona que ha cometido un crimen tiene que cumplir su pena”
La Santa Sede cambiará su propia legislación para perseguir los abusos sexuales, también entre los muros vaticanos. Ésta será una de las medidas que, “en las próximas semanas”, decretará el Papa Francisco, según anunció el jesuita Hans Zollner, de visita en la Universidad Pontificia Comillas.
Junto a ello, el responsable de la Comisión Vaticana de Protección a Menores, anunció que se acabará con el secreto pontificio para las denuncias de abusos, se “aclarará la ley de 2016” para perseguir a los encubridores, y se ampliará la prescripción canónica en el caso de la tenencia de pornografía infantil.
Al tiempo, se elaborará un vademécum para que todos los obispos y líderes religiosos “sepan lo que tienen que hacer en caso de recibir acusaciones de este tipo”, y la creación de una 'task force' o 'fuerzas especiales' por continentes, para clarificar qué se tiene que hacer cuando llega un caso de este tipo.
Escuchar a las víctimas
“Lo más importante para las víctimas es sentirse escuchadas”, apuntó Zollner, quien insistió en que “las conferencias episcopales deberían abrirse a las víctimas para comunicarse con ellos, cuando y como quieran”.
Junto a ello, el jesuita apostó por “la prevención y la protección de menores”. En Comillas “hay un equipo muy potente que está trabajando con toda su competencia para la preparación de una nueva legislación respecto a la protección del menor, y la Iglesia podría estar a la vanguardia de la protección de niños y niñas”.
Condena a Barbarin
Este mismo jueves, se supo la condena al cardenal francés Philippe Barbarin por negligencia en la gestión de casos de abusos. Barbarin ha sido condenado a seis meses, exentos de cumplimiento. Sobre esto, Zollner se refugió indicando que “no conozco el contexto judicial. Lo que sí puedo decir es que si hay una negligencia comprobada, se tiene que cumplir una pena. Los eclesiásticos no estamos fuera de la ley”.
“El abuso sexual y la violencia contra niños y niñas, es una realidad muy grave y muy fuerte, y por eso la Iglesia tiene que invertir mucho en la prevención, para hacer de sus lugares e instituciones lugares seguros”, recalcó el jesuita, que subrayó que en el caso de los abusos a menores, y a religiosas, “lamentablemente no son una cosa nueva. Muchos de los casos se produjeron hace 30, 50 o 70 años. No digo que no hay casos actuales, pero casi todos los casos de abusos -por ejemplo, en Alemania o Pensilvania- se produjeron en los años 50 o 60. Después de 2002, en Filadelfia, sólo se han dado tres nuevos casos”.
Qué pasa en España
“¿Por qué en España no se habló antes?”, se preguntó. “Porque está llegado un momento de mayor conciencia, de voluntad de enfrentarse con esto, estamos sensibilizados de una manera diferente”, añadió.
Sobre la actuación de la Iglesia española, el jesuita fue mucho más comedido, recalcando que apenas llevaba en España una tarde. “No puedo pronunciarme sobre la situación en España”, aunque ayer por la noche sí incidió en que “en España se cree que esta es una tormenta que va a pasar y que, por lo tanto, lo mejor es esconderse”.
¿Debería la Iglesia española liderar una investigación sobre abusos? El cardenal Blázquez dijo que no hace pocas semanas. Sobre esto, el jesuita, sin entrar en la situación española, recordó cómo otros países, como Estados Unidos o Alemania, sí que lo han hecho. “En mi opinión, eso fue un acto de coraje y de valentía”. “Tenemos que coordinar mejor la comunicación, y también tomar conciencia de la realidad en cada país”, culminó.
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