Cuando descubrí en mi juventud que el Señor me llamaba para un servicio de caridad en la Iglesia, lo primero que hice fue buscar una congregación que llenara mis expectativas de servicio. Miré los perfiles de los fundadores para ver si mi vida podía encajar con su carisma. Así vi que las Dominicas de la Presentación ofrecían un abanico de posibilidades en el cual me podía sentir identificada: Salud y educación eran las grandes líneas de su ministerio dentro de un carisma dominicano de oración y predicación. Es decir dar de lo orado a los que somos enviadas.

Al cabo de más de 50 años de vivir en la Congregación puedo decir que estoy muy contenta de la elección realizada sin excluir los momentos de dificultad hallados como en cualquier elección que uno realice en su vida.

He realizado varios servicios durante estos largos años: Trato con niños de familias desestructuradas, con universitarias, con niñas de nuestros colegios, trato con el personal docente y de servicios, conocimiento y visitas de muchos países donde la Congregación desarrolla la misión. Todo me ha llevado a dar gracias a Dios por haberme hecho conocer el carisma de nuestra fundadora Marie Poussepin mujer emprendedora del siglo diecisiete, nacida en Francia.

Entre las manos del Señor pongo los años que me quedan de vida y le pido la gracia de la fidelidad hasta que él me llame.