Verano Descanso
Vienen días de descanso, de “parar” ¡frena un poco!, tiempo para tener tiempo, de estar con la familia, amigos, en comunidad, etc…días de alegrías compartidas, de encuentros, de otro ritmo que también llena, y quizás nos podemos preguntar: ¿Cuál es tu tiempo “perdido”?
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
Ayer tenía prevista una mañana tranquila y finalmente fue de todo menos eso, e incluso parecía que faltaba tiempo ante una urgencia. Al día siguiente sí que fue todo lo contrario, entre uno y otro día una gran diferencia; fueron como el día y la noche esos dos días. Así es como hay que acoger todo aquello que vivimos desde el momento presente, sin más, aunque nos agite o nos calme, saber responder y vivirlo.
Vienen días de descanso, de “parar” ¡frena un poco!, tiempo para tener tiempo, de estar con la familia, amigos, en comunidad, etc…días de alegrías compartidas, de encuentros, de otro ritmo que también llena, y quizás nos podemos preguntar: ¿Cuál es tu tiempo “perdido”? Sí, a quiénes y con quien compartirás no solo tu tiempo sino más bien tu persona. Quizás te encuentres con alguien a quien hace tiempo no ves….pasees por la playa, ver el atardecer, disfrutar de un helado en buena compañía, tantas cosas….Sí, es tiempo de aprovechar el tiempo, de gozar también del descanso que nos oxigena, que nos ayuda a aligerar la carga, pero que también nos ponga en modo de disponibilidad para otros, para el encuentro, para Dios.
Nos vayamos lejos o cerca, es hora de saborear el reloj que marca otro ritmo, otros quehaceres, otra manera para poder descansar, sin olvidar que “El Señor es quien os da el descanso” (Ex 16,29).