Momentos... La llama encendida
“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Is 40,31).
| Gemma Morató / Hna. Ana Isabel Pérez
“Que el fuego de Dios nunca se apague dentro de Ti”. Dicha frase iba acompañada de la imagen de una vela encendida, quizás nos ayude a rezar precisamente la luz de la vela pero mucho más allá, tiene que permanecer dentro de nosotros esa luz que no se apaga, que está siempre, aunque el viento venga desfavorable o brille más nuestra vida.
Tratemos de reconocer en lo que vivimos, los momentos de luz pero no son solo aquellos en los que las cosas parece que me van bien sino más bien aquellos por los que hemos pasado e incluso siendo dolorosos iluminaron también la existencia.
Miremos también a los que tenemos cerca y más cuando somos conocedores que pasan por dificultades, donde falta luz o más bien atraviesan por situaciones donde cuesta sonreír a la vida, las fuerzas fallan y no es luz lo que envuelve el día a día pero es también ahí que está cerca Dios y aunque cueste no estamos solos ni abandonados porque Alguien vela por nosotros, camina en esos pasos que cuestan pero que se siguen dando, porque en lo más íntimo de nosotros mismos, lo más puro y verdadero es el Amor que brota de quien nos amó primero. “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán” (Is 40,31)
“Dicen por ahí…
Dicen por ahí que si Dios está lejos, que el amor no funciona, que la paz es un sueño, que la guerra es eterna, y que el fuerte es el dueño que silencia al cobarde y domina al pequeño.
Pero un ángel ha dicho que está cerca de mí quien cambia todo esto, tan frágil y tan grande, tan débil y tan nuestro.
Dicen que está en las calles, que hay que reconocerlo en esta misma carne, desnudo como un verso, que quien llega a encontrarlo ve desvanecerse el miedo, ve que se secan las lágrimas ve nueva vida en lo yermo.
Dicen por ahí que si hay Dios está lejos, pero tú y yo sabemos, que está cerca, en tu hermano, …y está en ti muy adentro” (José María Rodríguez Olaizola, sj)