Mensaje del Patriarca de Bagdad de los Caldeos a los fieles musulmanes y cristianos Cardenal Sako: "El Ramadán y la Cuaresma refuerzan la unidad nacional"

En este 2025 el mes de ayuno islámico coincide con la fiesta cristiana y "es un signo de esperanza"
Así lo ha señalado el Patriarca de Bagdad de los Caldeos en su mensaje a los fieles musulmanes y cristianos difundido en los últimos días
"Es inaceptable que no aprendamos la verdad sobre la religión islámica y que los musulmanes no aprendan la verdad sobre la religión cristiana y otras religiones, estudiando fuentes fiables y acreditadas y no basándose en creencias populares y prejuicios"
"La fraternidad humana no es sólo una idea, sino un camino que nos ha educado y que encarnamos en nuestra vida cotidiana"
"Es inaceptable que no aprendamos la verdad sobre la religión islámica y que los musulmanes no aprendan la verdad sobre la religión cristiana y otras religiones, estudiando fuentes fiables y acreditadas y no basándose en creencias populares y prejuicios"
"La fraternidad humana no es sólo una idea, sino un camino que nos ha educado y que encarnamos en nuestra vida cotidiana"
(Vatican News).- Reconocer y atesorar el poder renovador del ayuno, incluso cuando Oriente Medio y el escenario mundial están desgarrados por la guerra, el terror y la devastación. Con un fuerte llamamiento a la esperanza, el Patriarca de Bagdad de los Caldeos, el Cardenal Raphaël Louis Sako, se dirige en su mensaje a los fieles musulmanes y cristianos.
La luz de Dios es necesaria
«En esta ocasión -se lee- dirijo a los musulmanes, en este mes de ayuno, y a los cristianos, al comienzo de la Cuaresma, mis sinceros buenos deseos, rogando que el Todopoderoso nos cubra a todos con su misericordiosa benevolencia y garantice la seguridad de nuestro amado país y de los países de la región».

El Ramadán y la Cuaresma -continúa el mensaje- son «tiempos de ayuno, oración, arrepentimiento y perdón, purificación de los vicios, limosna y caridad, y altos valores que deben vivirse en un espíritu de amor y tolerancia». El Patriarca de Bagdad de los Caldeos lamenta «el alejamiento de muchas personas de Dios, el Dios del amor y la misericordia», pero también «el alejamiento de los demás, de la tolerancia, de hacer el bien». Durante el periodo de ayuno», recuerda el cardenal, “los creyentes necesitan que la luz de Dios ilumine sus mentes y sus corazones para traducir Su voluntad en un estilo de vida virtuoso”.
Con la mirada puesta en Iraq
El cardenal Sako extiende su mirada a Irak: «Para una estabilidad duradera en el país, no hay otra solución que someterse a la lógica delEstado, cooperar con él para consolidar la justicia, el Estado de derecho y la unidad nacional, y aplicar el concepto de ciudadanía y no de sectarismo. La manera de lograrlo es a través de la educación y los medios de comunicación». A su vez, «el clero -continúa el Patriarca- está llamado a exhortar a sus fieles a los valores religiosos y morales, para que el ayuno sea una elección del corazón y del alma, y se convierta en un punto de inflexión de conversión y un momento de bendición para el país y el pueblo, y no se quede en una práctica meramente formal».
Conocimiento entre religiones
El cardenal ha subrayado en numerosas ocasiones lo necesario que es que las dos religiones se conozcan más a fondo. De hecho, en el prefacio de un libro de próxima publicación sobre el Islam, escribe: «Es inaceptable que no aprendamos la verdad sobre la religión islámica y que los musulmanes no aprendan la verdad sobre la religión cristiana y otras religiones, estudiando fuentes fiables y acreditadas y no basándose en creencias populares y prejuicios». En el texto, el Patriarca de Bagdad pide «una nueva visión que abra el camino a una mejor relación de cooperación, lejos de la tendencia a la dominación y el extremismo. Es hora de purificar nuestros corazones y reformarnos a la luz de la verdad, porque una cosa es la fe y otra la religiosidad».
El camino hacia la fraternidad humana
Para el cardenal, existe una diferencia entre el islam religioso y el político. «El verdadero Islam -se lee en el prefacio- acepta la coexistencia y el pluralismo. El cristianismo es el camino del amor indicado por Cristo, que invitó a sus discípulos a vivir como hijos suyos y hermanos entre sí, en el amor y la paz. La fraternidad humana no es sólo una idea, sino un camino que nos ha educado y que encarnamos en nuestra vida cotidiana». En el Islam -subraya el libro- existe una llamada a la misericordia, que muchos musulmanes practican independientemente de la identidad de las personas. El amor y la misericordia son inseparables, la misericordia se encarna en el amor».
Por último, el cardenal sostiene que es necesario «afirmar con valentía y franqueza lo que tenemos en común y reconocer honestamente lo que es diferente, partiendo de la presuposición de que Dios nos creó diferentes para que podamos amarnos y trabajar juntos». Esto -concluye el Patriarca Sako- es lo que quiere Dios, que extiende su amor y su misericordia a todos».

Etiquetas