"Un evento de profunda importancia espiritual, social y eclesial", señala la delegación argentina Concluye en Roma el encuentro mundial de consagrados para preparar el Jubileo 2025
Participaron más de 300 representantes de las diferentes formas de vida consagrada, procedentes de unos 60 países. Se desarrolló del 1° al 4 de febrero en Roma
El misionero claretiano, hermano Ezequiel Takaya CMF, participó en representación de la Conferencia Argentina de Religiosos y Religiosas (CONFAR), junto con María Cecilia Comuzzi (CISA), Marta Finochietto (Orden de las Vírgenes Consagradas) y la hermana Inés Greslebin ACI (CONFAR)
Las actividades del encuentro en Roma se desarrollaron en torno a cuatro temas principales: Espranza, caridad, fe y testimonio
"A lo largo de la historia de la Iglesia, los jubileos han marcado hitos en su camino y, de manera similar, las personas consagradas están llamadas a ser testigos y profetas de esperanza y paz, especialmente en este próximo jubileo", destacan
Las actividades del encuentro en Roma se desarrollaron en torno a cuatro temas principales: Espranza, caridad, fe y testimonio
"A lo largo de la historia de la Iglesia, los jubileos han marcado hitos en su camino y, de manera similar, las personas consagradas están llamadas a ser testigos y profetas de esperanza y paz, especialmente en este próximo jubileo", destacan
(AICA).- Más de 300 representantes de las diferentes formas de vida consagrada, procedentes de más de 60 países, se reunieron en Roma del 1º al 4 de febrero para participar de un encuentro en preparación al Jubileo de 2025, que se realizará con el lema "Peregrinos de esperanza, por el camino de la paz".
El misionero claretiano, hermano Ezequiel Takaya CMF, subdirector de Editorial Claretiana en la Argentina, participó en representación de la Conferencia Argentina de Religiosos y Religiosas (CONFAR), junto con otros representantes designados por la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada (CEViCO): María Cecilia Comuzzi (CISA), Marta Finochietto (Orden de las Vírgenes Consagradas) y la hermana Inés Greslebin ACI (CONFAR).
El encuentro representó una nueva fase en el camino hacia el Jubileo, destinado a compartir vivencias y misiones, “con el propósito de volver a los respectivos países con el encargo de seguir siendo agentes de reconciliación entre los pueblos”, señalaron los representantes de la delegación argentina.
Además, explicaron que el lema “refleja la urgente necesidad de paz en nuestros tiempos. Este lema responde al llamado del Papa Francisco para crear, a través de este camino jubilar, un ambiente de esperanza y confianza como señal del renacimiento que la humanidad entera anhela”.
Las actividades del encuentro en Roma se desarrollaron en torno a cuatro temas principales, que fueron tratados cada uno de los cuatro días. Así, el 1º de febrero se trabajó sobre ‘Creer en la esperanza’, con un espacio sinodal para compartir y reflexionar sobre las diferentes realidades territoriales.
Luego, el día 2, fue el turno de ‘Crecer en la caridad’, que contó con plenarios en los que estuvieron presentes el padre Paulin Batairwa Kubuya, SX, subsecretario del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, y la hermana Alessandra Smerilli, FMA, secretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, y culminó con una Eucaristía en la basílica de San Pedro presidida por el Papa Francisco, por ser la festividad de la Presentación del Señor y el Día de la Vida Consagrada.
Al día siguiente, se trató el tema ‘Con la fuerza de la fe’, y en la misma jornada se peregrinó en comunidad por las basílicas e Iglesias romanas, donde se compartieron testimonios de fe de los participantes.
Finalmente, el 4 de febrero, se desarrolló ‘Testimoniar la esperanza’, que concluyó con una evaluación final y la entrega del encargo a los participantes.
“Este Jubileo representa un evento de profunda importancia espiritual, social y eclesial, donde el pueblo de Dios busca experimentar el perdón y la misericordia divina”, manifestaron los representantes de la delegación argentina.
Finalmente, destacaron también que, “a lo largo de la historia de la Iglesia, los jubileos han marcado hitos en su camino y, de manera similar, las personas consagradas están llamadas a ser testigos y profetas de esperanza y paz, especialmente en este próximo jubileo”.
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