R. Montesinos y7. MADRUGADA DE DIOS
En línea con la fervorosa intuición damasiana de que toda poesía es religiosa, iniciaba Montesinos su "Poética" para la antología de Leopoldo de Luis, en los siguientes términos: "Toda poesía, por el solo hecho de serlo, es religiosa. Explicar esto es muy difícil: tan difícil como definir la misma poesía. Todo poeta amoroso –como en la rima de Bécquer– cree en Dios. Y también el poeta social, "que ni Dios aguanta tanta injusticia". La alusión al sevillano Bécquer, hace referencia, sin duda, a su conocida rima XVIII:"Hoy la tierra y los cielos me sonríen, / hoy llega al fondo de mi alma el sol, / hoy la he visto, la he visto y me ha mirado..., / ¡Hoy creo en Dios!"
Se llega, pues, a Dios por la poesía amorosa y por la poesía social, según Montesinos. Pero también nos informaba entonces, con cierto pudor, de que, al principio, su poesía religiosa fue imaginera y localista. De ella hablaremos hoy en nuestra última entrega; porque reunió el poeta, en 1998, un sugerente florilegio de su poesía de Semana Santa. Podemos observar ya la sugerente portada que nos ilustra. Se titula el poemario "Madrugada de Dios" (antología 1944-1997). Casualmente, los dos poemas que vamos a conocer son de última etapa, cargados de humanidad y belleza.
HOY LA MEMORIA ESCOGE EL CAMINO MÁS CORTO PARA HERIRME
El padre del poeta fallecería en 1977. Cuatro años después, será la madre quien habrá de entregar sus años al Señor de la muerte y de la vida. El desolado poeta, en este primer Viernes Santo sin fuego de hogar, sin alas, está sintiendo el corazón malherido de tristeza. Y vislumbra, en la memoria, a su padre oficiando con solemnidad el ritual de vestirse túnica, cíngulo y capirote, y atravesar Sevilla en silencio por el camino más corto.
¡Cuánta soledad y desamparo tras la cerrada cancela del caserón familiar definitivamente vacío! El hispalense Antonio Burgos ha escrito de este poema: "Os digo mi verdad sin ninguna otra clase de dudas: "El rito y la regla" es el mejor poema que nunca se haya escrito sobre la vida que hay en la Semana Santa de la ciudad. Leyéndolo, todos salimos con el alma medio rota y medio muerta, en el amanecer de niebla lejana e irreparable de esta Madrugada de Dios."
EL RITO Y LA REGLA(Viernes del 82)
En el patio, mi padre, con su túnica
negra, en la madrugada más profunda
de la clarísima ciudad, se ha puesto
solemnemente el negro capirote.
Silencioso es el rito, no aprendido,
sino heredado, yéndole en la sangre,
pues los siglos se ven hasta en la forma
de sujetarse el antifaz al rostro.
(Y silencioso y sin hablar con nadie,
el nazareno escogerá el camino
más corto...)Oh padre mío,
cuánto silencio hay en este Viernes
tan lejos de mi vida,
cerrada para siempre la cancela
que a nadie espera ya.
Hoy la memoria escoge
el camino más corto para herirme.
DONDE NACÍ UNA VEZ MORIRÉ SIEMPRE
El título del poema y del poemario, “Madrugada...”, alude, sin duda, a la noche más especial de la semana Santa sevillana, “La madrugá”, noche del Jueves al Viernes Santo cuando se dan cita en las calles más de medio millón de personas que, con excepcional devoción, viven intensamente, entre el silencio y la oración hecha saeta, el misterio de la Pasión y Muerte del Redentor. Del templo de los gitanos saldrán dos pasos: Jesús con la cruz a cuestas, “El Medinaceli”, y María Santísima de las Angustias, de inconsolable expresión, mecida en carroza bajo palio.
Rafael Montesinos, afincado ya para siempre en Madrid, expresa con desgarro, en “Madrugada del destierro”, su nostalgia de la sagrada noche sevillana. Es el Viernes Santo de 1983. Y le llegan aromas (azahar, incienso...) y sonidos (“oigo el ruido / de los pies que sisean bajo el paso...”). Y claridades: “Regresando estará la luz ahora / a la ciudad...” (“Cómo lastima / la luz aquella...”). “Es cruel el destierro...” Dejemos solo, en su dolor, al poeta que así cierra sus versos: “Donde nací una vez moriré siempre...” Al presentar Montesinos los once poemas de “Madrigal de Dios”, escribió con tinta de sangre: “Estos poemas son como gotas de cera ardida que me vuelven a quemar al caer de nuevo en la memoria...”
MADRUGADA DEL DESTIERRO(Viernes del 83)
Ya duele el azahar en la memoria.
Cómo lastima
la luz aquella.Ahora,
un incensario –péndulo de plata
del reloj de mi tiempo– estará dando
mi pena en punto en aquel sitio.
Duele el incienso, duéleme en el alma
la lenta cera ardida, oigo el ruido
de los pies que sisean bajo el paso
en el silencio de la madrugada,
como llamando, ¿a quién?, como llamándome.
Regresando estará la luz ahora
a la ciudad que es suya, a su costumbre
de ser azul y cielo y siempre mía,
y avanza a paso largo la memoria
de regreso a su casa.
Es cruel el destierro. Cae de bruces
sobre la dolorosa dicha aquella.
Intentar levantarlo
es más cruel aún. Quiere estar solo,
entre dos luces, por aquella calle.
Donde nací una vez moriré siempre.
RAFAEL MONTESINOS
Director durante 50 años de la Tertulia Literaria Hispanoamericana
1.La nube en el cielo se puso a llorar
LAS CUATRO ESQUINAS
EL POETA REZA A SU ANTIGUO AMOR, ANTES DE ACOSTARSE
TÚ LO SABES, SEÑOR
2.He salido a mi encuentro
ORACIÓN A DIOS PADRE 2
LA ESCALERA
LA OTRA VIDA
3.Poemas a Marisa
A MARISA, RODEADA DE ARCÁNGELES
SÁLVAME
INFINITO Y AMOR
LOS OJOS CLAROS
4.Primer soneto a mi hijo
CANCIÓN A MARISA, ESPERANDO LA MATERNIDAD
PRIMER SONETO A MI HIJO
EL VIAJERO
5.Canción del cogedor de aceitunas y otras poesías sociales
CANCIÓN DEL COGEDOR DE ACEITUNAS
CANCIÓN DEL POZO DEL TÍO RAIMUNDO
ROMANCE DEL CATECISMO DE MI INFANCIA
CANCIONCILLA CON UNA CIERTA ESPERANZA
6.Canción con juventud
CANCIÓN CON JUVENTUD
REFLEXIONES DE UN ANTIGUO ALUMNO DE JESUITAS
VILLANCICO
7.Madrugada de Dios
EL RITO Y LA REGLA
MADRUGADA DEL DESTIERRO