R. Montesinos 1. LA NUBE EN EL CIELO SE PUSO A LLORAR
Seleccionamos este autor para Religión Digital, por su perseverante inquietud religiosa, como Unamuno, entre la duda y la fe. Fijaos con qué versos cierra su ultimísima entrega, "La vanidad de la ceniza" (Ediciones Vitrubio 2005) por las mismas fechas de su fallecimiento:
LAS CUATRO ESQUINAS
Ya no son cuatro esquinitas,
que son cuarenta verdades.
De mi verdad y otras dudas
nadie ha podido arrancarme.
Estoy dudando, rezando,
Señor, pidiéndote ayuda.
Gracias por haberme dado
la libertad de la duda.
Así describe Antonio Burgos a nuestro poeta de la melancolía y la gracia lírica: "Eterno niño de las nostalgias de Sevilla, contable lírico del libro mayor de las cosas perdidas, entre ellas los años irreparables de la infancia en un literario colegio de jesuitas, los mismos jesuitas del colegio de Juan Ramón o de Alberti, con naranjos de Sevilla en lugar de olas de marinerito de la bahía del Puerto de Santa María..."
A DIOS LE GUSTA QUE LE PIDAN EXPLICACIONES
Leopoldo de Luis, poeta y crítico prestigioso, destacó igualmente como antólogo de Poesía Social y Religiosa. No podía faltar el buen hacer del lírico sevillano, doblemente galardonado con el Premio Nacional de Literatura: en 1958, por el poemario "El tiempo en nuestros brazos", y en 1977 por el ensayo "Bécquer, biografía e imagen".
A solicitud del autor del florilegio, redactó Montesinos su personal "Poética". Así se expresaba: "Entre las melifluidades de ciertos cantores y ese recio enfrentarse de Unamuno con Dios, prefiero esto último. Lo considero más honrado y "religioso". A Dios le gusta que le pidan explicaciones, incluso desde la resignación a regañadientes, como en el verso de Antonio Machado: "Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía". Aunque publicó versos en la revista "Garcilaso", su talante liberal le llevó a expresarse con acento muy personal, difícilmente clasificable.
EL PARAÍSO DE LA INFANCIA
Nacido en 1920, su estancia sevillana transcurrió feliz. Pero le sorprendió la guerra civil con 16 años. A los 18 ya vestía uniforme militar. Subtitulado "prosas en memoria de la niñez", nos ha descrito, en "Los años irreparables"(Madrid 1952), sucesos y sentimientos de aquella época que marcaron toda su vida. De momento, nos centraremos en una de las experiencias cumbre: su loco amor, a los 15, hacia una muchacha de 20.Esta pasión se prolongó cuatro años y jamás se apagarían sus rescoldos.
ÁNGEL DE MI AUSENCIA, DULCE COMPAÑÍA
Cuando, en 1941, se traslada con su familia a Madrid le anegará el corazón una tristeza, una soledad infinitas. Con ingeniosos y desenfadados versos, que muchos calificarían de frívolos, se desahoga el torturado amante, convirtiendo literariamente a su antigua novia en ángel soñado de sus noches. El texto está tomado de la 1ª edición de "El libro de las cosas perdidas" (Halcón 1946):
EL POETA REZA A SU ANTIGUO AMOR,
ANTES DE ACOSTARSE
Ángel de mi ausencia, dulce compañía,
no me desampares ni de noche ni de día.
Si a tu lado un día en mi amor crecí
mirando las aguas del Guadalquivir,
déjame en el sueño abierta la herida,
ángel de mi ausencia, dulce compañía.
La palmera aquella ya no creció más
-a su sombra un día me supiste amar- .
Mírala en mis ojos igual que aquel día,
ángel de mi ausencia, dulce compañía.
Ay, amada, dime qué hago yo aquí,
más muerto que vivo, rezándote a ti;
rezando, rezando esta letanía,
ángel de mi ausencia, dulce compañía.
La nube en el cielo se puso a llorar.
¡Cómo me dolía toda la ciudad!
¡Ay mis veinte años, cómo me dolían!,
ángel de mi ausencia, dulce compañía.
Lejos de Sevilla me quedé a morir,
lejos de la torre que ha crecido allí,
lejos de tu nombre, ¡ay, quién lo diría!,
ángel de mi ausencia, dulce compañía.
No me resisto a transcribir la simpática definición de la poesía de Montesinos que leemos en Federico Carlos Sáinz de Robles: "Rafael Montesinos ha de quedar incluido en el mejor y más trascendental neopopularismo. Como buen andaluz, es gracioso, colorista, garboso, originalmente paradójico e imaginativo, cálido, noblemente estoico. En Montesinos se inicia un retorno al romanticismo más intenso y cálido, con decidido acento actual."
¡EL OLIVAR AQUEL!
En esta primera etapa lírica de búsqueda de expresión, reproducimos una oración, “Tú lo sabes, Señor”, de hondo sufrimiento. Evoca el poeta sevillano su primer amor y recuerda momentos felices bajo las ramas de un olivar. Reprocha a Dios que le mirase con indiferencia, y hasta con enfado culpabilizador. (Referirá en “Los años irreparables” cómo el Padre Espiritual del Colegio le conminaba a abandonar su temprano noviazgo.) En el poema “La adolescencia” nos dejó escrito, evocando la tentación del Paraíso y su indigesto fruto: “Mi corazón soñaba que era el mundo / una granada abierta, / pero Dios no lo quiso, abrió mis ojos. / El corazón regresa, / peregrino mortal, al pecho mío, / herido y sin defensa.”
Fantasea Montesinos, en los versos de “La novia”, el “tiempo / aquel de los jardines, de las fuentes, / las palmeras y el viento...” Y se llena de dolor, porque recrear, revivir aquella historia de pasión, le incapacita para amar en el presente: “Desierto / dejas mi corazón de otros amores, / mis labios de otros besos...” Recrimina, finalmente, al Señor, en el soneto de hoy, el daño causado por su prohibido amor: “Señor, Señor, ¿qué has hecho con mi vida?”
TÚ LO SABES, SEÑOR
Mi corazón es mío solamente;
Tú lo sabes, Señor. Yo tengo una
historia que sufrí. Desde la Luna,
me estabas Tú mirando indiferente.
¡Qué bien recuerdo todo! Había un puente
y un olor denso y largo de aceituna
-¡el olivar aquel!-; y por alguna
parte, mi sueño errante, adolescente.
Después vino tu Ira, que dejaba
herido el cuerpo mío que no acaba
de regresar de tanta y tanta herida.
¿Qué motivos te di, dime, Dios mío,
para manchar mi corazón de frío?
Señor, Señor, ¿qué has hecho con mi vida?
RAFAEL MONTESINOS
Director durante 50 años de la Tertulia Literaria Hispanoamericana
1.La nube en el cielo se puso a llorar
LAS CUATRO ESQUINAS
EL POETA REZA A SU ANTIGUO AMOR, ANTES DE ACOSTARSE
TÚ LO SABES, SEÑOR
2.He salido a mi encuentro
ORACIÓN A DIOS PADRE 2
LA ESCALERA
LA OTRA VIDA
3.Poemas a Marisa
A MARISA, RODEADA DE ARCÁNGELES
SÁLVAME
INFINITO Y AMOR
LOS OJOS CLAROS
4.Primer soneto a mi hijo
CANCIÓN A MARISA, ESPERANDO LA MATERNIDAD
PRIMER SONETO A MI HIJO
EL VIAJERO
5.Canción del cogedor de aceitunas y otras poesías sociales
CANCIÓN DEL COGEDOR DE ACEITUNAS
CANCIÓN DEL POZO DEL TÍO RAIMUNDO
ROMANCE DEL CATECISMO DE MI INFANCIA
CANCIONCILLA CON UNA CIERTA ESPERANZA
6.Canción con juventud
CANCIÓN CON JUVENTUD
REFLEXIONES DE UN ANTIGUO ALUMNO DE JESUITAS
VILLANCICO
7.Madrugada de Dios
EL RITO Y LA REGLA
MADRUGADA DEL DESTIERRO